Tiempo de Adviento – Leccionario VII

SEMANAS DE ADVIENTOTIEMPO DE ADVIENTOLECCIONARIO VII

SEMANAS DE ADVIENTO - TIEMPO DE ADVIENTO - LECCIONARIO VII

Las Semanas de Adviento marcan el inicio del Tiempo de Adviento, un período litúrgico de preparación y espera en la Iglesia Católica que culmina con la celebración de la Navidad. Este tiempo tiene una doble índole: por un lado, es una preparación para las solemnidades de Navidad, en las que se conmemora la primera venida del Hijo de Dios; por otro, es un tiempo de espera vigilante y de conversión, en el que los fieles se preparan para la segunda venida de Cristo al final de los tiempos. El Adviento invita a los creyentes a vivir con una actitud de esperanza y renovación espiritual, recordando la promesa de salvación y la necesidad de estar siempre preparados para recibir al Señor.

El «Leccionario VII» es una herramienta litúrgica que contiene las lecturas bíblicas específicas para las ferias de Adviento, Navidad, Cuaresma y Tiempo Pascual. Durante la Primera Semana de Adviento, las lecturas están diseñadas para introducir a los fieles en el espíritu de este tiempo litúrgico, enfatizando temas como la vigilancia, la esperanza y la conversión. Las lecturas del profeta Isaías, por ejemplo, son prominentes en este período, ya que Isaías es considerado el profeta del Adviento por sus numerosas profecías sobre la venida del Mesías y la restauración de Israel.

En conjunto, las lecturas de las Semanas de Adviento en el «Leccionario VII» invitan a los fieles a entrar en un tiempo de reflexión y renovación. Este período no solo prepara a los creyentes para la celebración de la Navidad, sino que también los llama a una conversión continua y a una vida de vigilancia y esperanza. El Adviento es un tiempo para recordar las promesas de Dios y para renovar el compromiso de vivir según los valores del Evangelio, esperando con alegría y confianza la venida del Señor.


Lecturas Primera Semana de Adviento LECCIONARIO VII

Ciclo A, B y C

PRIMERA LECTURA

El Señor reúne a todas las naciones en la paz eterna del reino de Dios

Lectura del libro de Isaías 2, 1-5

Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén:

Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor,
en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas.

Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos.
Dirán:
«Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob:

él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor».

Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas.

No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor.

Palabra de Dios.

El vástago del Señor será ornamento para los supervivientes

Lectura del libro de Isaías 4, 2-6

Aquel día, el vástago del Señor
será joya y gloria,

fruto del país, honor y ornamento
para los supervivientes de Israel.

A los que queden en Sión,
a los restantes en Jerusalén,

los llamarán santos:
los inscritos en Jerusalén entre los vivos.

Cuando lave el Señor la suciedad
de las mujeres de Sión

y friegue la sangre
de dentro de Jerusalén,

con el soplo del juicio, con el soplo ardiente,
creará el Señor en el templo del monte Sión

y en su asamblea
una nube de día, un humo brillante,

un fuego llameante de noche.
Baldaquino y tabernáculo cubrirán su gloria:

serán sombra en la canícula,
refugio en el aguacero,
cobijo en el chubasco.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 121, 1-2. 4-5. 6-7. 8-9 (R.: cf. 1)

R. Vamos alegres a la casa del Señor.

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R.

Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R.

Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios». R.

Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo».
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien. R.

Aleluya Sal 79, 4

Ven a librarnos, Señor, Dios nuestro,
que brille tu rostro y nos salve.

EVANGELIO

Vendrán muchos de oriente y occidente al reino de los cielos

Lectura del santo evangelio según san Mateo 8, 5-11

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:

—«Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».

Jesús le contestó:

—«Voy yo a curarlo».

Pero el centurión le replicó:

—«Señor, no soy quién para que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: «Ve», y va; al otro: «Ven», y viene; a mi criado: «Haz esto», y lo hace».

Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían:

—«Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

PRIMERA LECTURA

Sobre él se posará el espíritu del Señor

Lectura del libro de Isaías 11, 1-10

Aquel día,
brotará un renuevo del tronco de Jesé,
y de su raíz florecerá un vástago.

Sobre él se posará el espíritu del Señor:
espíritu de prudencia y sabiduría,
espíritu de consejo y valentía,
espíritu de ciencia y temor del Señor.
Le inspirará el temor del Señor.

No juzgará por apariencias
ni sentenciará sólo de oídas;

juzgará a los pobres con justicia,
con rectitud a los desamparados.

Herirá al violento con la vara de su boca,
y al malvado con el aliento de sus labios.

La justicia será cinturón de sus lomos,
y la lealtad, cinturón de sus caderas.

Habitará el lobo con el cordero,
la pantera se tumbará con el cabrito,

el novillo y el león pacerán juntos:
un muchacho pequeño los pastorea.

La vaca pastará con el oso,
sus crías se tumbarán juntas;

el león comerá paja con el buey.
El niño jugará en la hura del áspid,

la criatura meterá la mano
en el escondrijo de la serpiente.

No harán daño ni estrago
por todo mi monte santo:

porque está lleno el país
de ciencia del Señor,

como las aguas colman el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé

se erguirá como enseña de los pueblos:
la buscarán los gentiles,

y será gloriosa su morada.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 71, 1-2. 7-8. 12-13. 17 (R.: cf. 7)

R. Que en sus días florezca la justicia,
y la paz abunde eternamente

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R.

Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R.

Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R.

Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol:
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.

Aleluya

Mirad, el Señor llega con poder
e iluminará los ojos de sus siervos.

EVANGELIO

Jesús, se llenó de la alegría del Espíritu Santo

Lectura del santo evangelio según san Lucas 10,21-24

En aquel tiempo, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó Jesús:

—«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla.

Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.

Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar».

Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:

«¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que veis vosotros, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron».

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

PRIMERA LECTURA

El Señor invita a su convite y enjuga las lágrimas de todos los rostros

Lectura del libro de Isaías 25, 6-10a

Aquel día,

el Señor de los ejércitos preparará
para todos los pueblos, en este monte,

un festín de manjares suculentos,
un festín de vinos de solera;

manjares enjundiosos, vinos generosos.

Y arrancará en este monte
el velo que cubre a todos los pueblos,
el paño que tapa a todas las naciones.

Aniquilará la muerte para siempre.

El Señor Dios enjugará
las lágrimas de todos los rostros,

y el oprobio de su pueblo
lo alejará de todo el país.
—Lo ha dicho el Señor—.

Aquel día se dirá:

«Aquí está nuestro Dios,
de quien esperábamos que nos salvara;
celebremos y gocemos con su salvación.
La mano del Señor se posará sobre este monte».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6 (R.: 6 cd)

R. Habitaré en la casa del Señor
por años sin término.

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R.

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.

Aleluya

Mirad que llega el Señor para salvar a su pueblo;
dichosos los que están preparados para salir a su encuentro

EVANGELIO

Jesús cura a muchos y multiplica los panes

Lectura del santo evangelio según san Mateo 15, 29-37

En aquel tiempo, Jesús, bordeando el lago de Galilea, subió al monte y se sentó en él.

Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los echaban a sus pies, y él los curaba.

La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y dieron gloria al Dios de Israel.

Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:

—«Me da lástima de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino».

Los discípulos le preguntaron:

—«¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?».

Jesús les preguntó:

—«¿Cuántos panes tenéis?».

Ellos contestaron:

—«Siete y unos pocos peces».

Él mandó que la gente se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente.

Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete cestas llenas.

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

PRIMERA LECTURA

Que entre un pueblo justo, que observa la lealtad

Lectura del libro de Isaías 26, 1-6

Aquel día, se cantará este canto en el país de Judá:

«Tenemos una ciudad fuerte,
ha puesto para salvarla murallas y baluartes:

Abrid las puertas para que entre un pueblo justo,
que observa la lealtad;

su ánimo está firme y mantiene la paz,
porque confía en ti.

Confiad siempre en el Señor,
porque el Señor es la Roca perpetua:
doblegó a los habitantes de la altura
y a la ciudad elevada;

la humilló, la humilló hasta el suelo,
la arrojó al polvo,

y la pisan los pies, los pies del humilde,
las pisadas de los pobres».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 117, 1 y 8-9. 19-21. 25-27a (R/.: 26a)

R. Bendito el que viene en nombre del Señor.

O bien:

R. Aleluya.

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los jefes. R.

Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación. R.

Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina. R.


Aleluya Is 55, 6

Buscad al Señor mientras se le encuentra,
invocadlo mientras esté cerca.


EVANGELIO

El que cumple la voluntad del Padre entrará en el reino de los cielos

Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 21. 24-27

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.

El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca.

Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.

El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los viento y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente».

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

PRIMERA LECTURA

Aquel día, verán los ojos de los ciegos

Lectura del libro de Isaías 29, 17-24

Así dice el Señor:

«Pronto, muy pronto,
el Líbano se convertirá en vergel,
el vergel parecerá un bosque;

aquel día, oirán los sordos
las palabras del libro;

sin tinieblas ni oscuridad
verán los ojos de los ciegos.

Los oprimidos volverán a alegrarse con el Señor,
y los más pobres gozarán con el Santo de Israel;

porque se acabó el opresor,
terminó el cínico;
y serán aniquilados los despiertos para el mal,

los que van a coger a otro en el hablar
y, con trampas, al que defiende en el tribunal,
y por nada hunden al inocente».

Así dice a la casa de Jacob
el Señor, que rescató a Abrahán:

«Ya no se avergonzará Jacob,
ya no se sonrojará su cara,

pues, cuando vea mis acciones en medio de él,
santificará mi nombre,

santificará al Santo de Jacob
y temerá al Dios de Israel.

Los que habían perdido la cabeza comprenderán,
y los que protestaban aprenderán la enseñanza».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 26, 1. 4. 13-14 (R.; 1a)

R. El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R.

Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R.

Aleluya

Mirad, el Señor llega con poder
e iluminará los ojos de sus siervos.

EVANGELIO

Jesús cura a dos ciegos que creen en él

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 27-31

En aquel tiempo, dos ciegos seguían a Jesús, gritando:

—«Ten compasión de nosotros, hijo de David».

Al llegar a la casa se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo:

— «¿Creéis que puedo hacerlo?».

Contestaron:

—«Sí, Señor».

Entonces les tocó los ojos, diciendo:

—«Que os suceda conforme a vuestra fe».

Y se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente:

—«¡Cuidado con que lo sepa alguien!».

Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca.

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

PRIMERA LECTURA

Se apiadará a la voz de tu gemido

Lectura del libro de Isaías 30, 19-21. 23-26

Así dice el Señor, el Santo de Israel:

«Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén,
no tendrás que llorar,

porque se apiadará a la voz de tu gemido:
apenas te oiga, te responderá.

Aunque el Señor te dé
el pan medido y el agua tasada,

ya no se esconderá tu Maestro,
tus ojos verán a tu Maestro.

Si te desvías a la derecha o a la izquierda,

tus oídos oirán una palabra a la espalda:
«Éste es el camino, camina por él».

Te dará lluvia para la semilla
que siembras en el campo,

y el grano de la cosecha del campo
será rico y sustancioso;

aquel día, tus ganados pastarán
en anchas praderas; los bueyes

y asnos que trabajan en el campo
comerán forraje fermentado,
aventado con bieldo y horquilla.

En todo monte elevado,
en toda colina alta,
habrá ríos y cauces de agua

el día de la gran matanza,
cuando caigan las torres.

La luz de la Cándida será
como la luz del Ardiente,

y la luz del Ardiente será
siete veces mayor,

cuando el Señor vende la herida de su pueblo
y cure la llaga de su golpe».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 146, 1-2. 3-4. 5-6 (R.: Is 30, 18)

R. Dichosos los que esperan en el Señor.

O bien:

R. Aleluya.

Alabad al Señor, que la música es buena;
nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.
El Señor reconstruye Jerusalén,
reúne a los deportados de Israel. R.

Él sana los corazones destrozados,
venda sus heridas.
Cuenta el número de las estrellas,
a cada una la llama por su nombre. R.

Nuestro Señor es grande y poderoso,
su sabiduría no tiene medida.
El Señor sostiene a los humildes,
humilla hasta el polvo a los malvados. R.

Aleluya Is 33, 32

El Señor nos gobierna, nos da leyes,
es nuestro rey, él es nuestra salvación.

EVANGELIO

Al ver a las gentes, se compadecía de ellas

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 35—10, 1. 6-8

En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:

—«La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies».

Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia.

A estos doce los envió con estas instrucciones:

—«Id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios.

Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis».

Palabra del Señor.


Lecturas Segunda Semana de Adviento LECCIONARIO VII

Ciclo A, B y C

PRIMERA LECTURA

Dios viene en persona y os salvará

Lectura del profeta Isaías 35, 1-10

El desierto y el yermo se regocijarán,
se alegrarán el páramo y la estepa,
florecerá como flor de narciso,
se alegrará con gozo y alegría.

Tiene la gloria del Líbano,
la belleza del Carmelo y del Sarión.
Ellos verán la gloria del Señor,
la belleza de nuestro Dios.

Fortaleced las manos débiles,
robusteced las rodillas vacilantes,
decid a los cobardes de corazón:
«Sed fuertes, no temáis.

Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite;
viene en persona, resarcirá y os salvará».

Se despegarán los ojos del ciego,
los oídos del sordo se abrirán,
saltará como un ciervo el cojo,
la lengua del mudo cantará.

Porque han brotado aguas en el desierto,
torrentes en la estepa;
el páramo será un estanque,
lo reseco, un manantial.

En el cubil donde se tumbaban los chacales
brotarán cañas y juncos.
Lo cruzará una calzada
que llamarán Vía Sacra:

no pasará por ella el impuro
y los inexpertos no se extraviarán.

No habrá por allí leones,
ni se acercarán las bestias feroces;
sino que caminarán los redimidos
y volverán por ella los rescatados del Señor.

Vendrán a Sión con cánticos:
en cabeza, alegría perpetua;
siguiéndolos, gozo y alegría.
Pena y aflicción se alejarán.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 84, 9ab-10. 11-12. 13-14 (R.: Is 35, 4d)

R. Nuestro Señor viene y nos salvará.

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y sus amigos».
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R.

El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R.

Aleluya

Mirad, el Rey viene, el Señor de la tierra,
y él romperá el yugo de nuestra cautividad.

EVANGELIO

Hoy hemos visto cosas admirables

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 5, 17-26

Un día estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor lo impulsaba a curar.

Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de introducirlo para colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo, a causa del gentío, subieron a la azotea y, separando las losetas, lo descolgaron con la camilla hasta el centro, delante de Jesús. Él, viendo la fe que tenían, dijo:

—«Hombre, tus pecados están perdonados».

Los escribas y los fariseos se pusieron a pensar: «¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados más que Dios?».

Pero Jesús, leyendo sus pensamientos, les replicó:

—«¿Qué pensáis en vuestro interior? ¿Qué es más fácil: decir «tus pecados quedan perdonados», o decir «levántate y anda»?

Pues para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados —dijo al paralítico—: A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa».

Él, levantándose al punto, a la vista de ellos, tomó la camilla donde estaba tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios.

Todos quedaron asombrados, y daban gloria a Dios, diciendo llenos de temor:

«Hoy hemos visto cosas admirables».

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

PRIMERA LECTURA

Dios consuela a su pueblo

Lectura del libro de Isaías 40, 1-11

«Consolad, consolad a mi pueblo
—dice vuestro Dios—;

hablad al corazón de Jerusalén,
gritadle,
que se ha cumplido su servicio,
y está pagado su crimen,

pues de la mano del Señor ha recibido
doble paga por sus pecados».

Una voz grita:

«En el desierto preparadle
un camino al Señor;

allanad en la estepa
una calzada para nuestro Dios;

que los valles se levanten,
que montes y colinas se abajen,

que lo torcido se enderece
y lo escabroso se iguale.

Se revelará la gloria del Señor,
y la verán todos los hombres juntos
—ha hablado la boca del Señor—».

Dice una voz: «Grita».
Respondo: «¿Qué debo gritar?».

«Toda carne es hierba
y su belleza como flor campestre:

se agosta la hierba, se marchita la flor,
cuando el aliento del Señor sopla sobre ellos;

se agosta la hierba, se marchita la flor,
pero la palabra de nuestro Dios permanece por siempre».

Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión;
alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas,
di a las ciudades de Judá: «Aquí está vuestro Dios.

Mirad, el Señor Dios llega con poder,
y su brazo manda.

Mirad, viene con él su salario,
y su recompensa lo precede.

Como un pastor que apacienta el rebaño,
su brazo lo reúne,
toma en brazos los corderos
y hace recostar a las madres».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 95, 1-2. 3 y 10ac. 11-12. 13-14 (R.: Is 40, 9-10)

R. Nuestro Dios llega con poder.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria. R.

Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él gobierna a los pueblos rectamente». R.

Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque, R.

delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad. R.

Aleluya

El día del Señor está cerca;
él viene a salvarnos

EVANGELIO

Dios no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños

Lectura del santo evangelio según san Mateo 18, 12-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.

Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños».

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

PRIMERA LECTURA

El Señor todopoderoso da fuerza al cansado

Lectura del libro de Isaías 40, 25-31

«¿A quién podéis compararme, que me asemeje?»,
dice el Santo.

Alzad los ojos a lo alto y mirad:
¿Quién creó aquello?

El que cuenta y despliega su ejército
y a cada uno lo llama por su nombre;

tan grande es su poder, tan robusta su fuerza,
que no falta ninguno.

¿Por qué andas hablando, Jacob,
y diciendo, Israel:

«Mi suerte está oculta al Señor,
mi Dios ignora mi causa»?

¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído?

El Señor es un Dios eterno
y creó los confines del orbe.

No se cansa, no se fatiga,
es insondable su inteligencia.

Él da fuerza al cansado,
acrecienta el vigor del inválido;

se cansan los muchachos, se fatigan,
los jóvenes tropiezan y vacilan;

pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas,
echan alas como las águilas,

corren sin cansarse,
marchan sin fatigarse.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 102, 1-2. 3-4. 8 y 10 (R.: 1a)

R. Bendice, alma mía, al Señor.

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R.

Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R.

El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no nos trata como merecen nuestro pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R.

Aleluya

Mirad que llega el Señor para salvar a su pueblo;
dichosos los que están preparados para salir a su encuentro.

EVANGELIO

Venid a mí todos los que estáis cansados

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 28-30

En aquel tiempo, exclamó Jesús:

—«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Cargad con mi yugo y aprended de mí,
que soy manso y humilde de corazón,

y encontraréis vuestro descanso.
Porque mi yugo es llevadero
y mi carga ligera».

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

PRIMERA LECTURA

Yo soy tu redentor, el Santo de Israel

Lectura del libro de Isaías 41, 13-20

Yo, el Señor, tu Dios,
te agarro de la diestra y te digo:

«No temas,
yo mismo te auxilio».

No temas, gusanito de Jacob,
oruga de Israel,

yo mismo te auxilio
—oráculo del Señor—,

tu redentor es el Santo de Israel.
Mira, te convierto en trillo aguzado,

nuevo, dentado:
trillarás los montes y los triturarás;

harás paja de las colinas;
los aventarás, y el viento los arrebatará,

el vendaval los dispersará;
y tú te alegrarás con el Señor,
te gloriarás del Santo de Israel.

Los pobres y los indigentes

buscan agua, y no la hay;
su lengua está reseca de sed.

Yo, el Señor, les responderé; yo,
el Dios de Israel, no los abandonaré.

Alumbraré ríos en cumbres peladas;
en medio de las vaguadas, manantiales;

transformaré el desierto en estanque
y el yermo en fuentes de agua;

pondré en el desierto cedros,
y acacias, y mirtos, y olivos;

plantaré en la estepa
cipreses, y olmos y alerces, juntos.

Para que vean y conozcan,
reflexionen y aprendan de una vez,

que la mano del Señor lo ha hecho,
que el Santo de Israel lo ha creado.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 144, 1 y 9. 10-11. 12-13ab (R.: 8)

R. El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad.

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
El Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas; R.

Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R.

Aleluya cf. Is 45, 8

Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al Justo.
Ábrase la tierra y brote la salvación.

EVANGELIO

No ha nacido uno más grande que Juan, el Bautista

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 11-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

—«Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.

Desde los días de Juan, el Bautista, hasta ahora se hace violencia contra el reino de Dios, y gente violenta quiere arrebatárselo. Los profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo.

El que tenga oídos que escuche».

Palabra del señor.


Ciclo A, B y C

PRIMERA LECTURA

Si hubieras atendido a mis mandatos

Lectura del libro de Isaías 48, 17-19

Así dice el Señor, tu redentor,
el Santo de Israel:

«Yo, el Señor, tu Dios,
te enseño para tu bien,
te guío por el camino que sigues.

Si hubieras atendido a mis mandatos,
sería tu paz como un río,

tu justicia como las olas del mar;
tu progenie sería como arena,

como sus granos, los vástagos de tus entrañas;
tu nombre no sería aniquilado

ni destruido ante mí».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 1, 1-2. 3. 4 y 6 (R.: cf. Jn 8, 12)

R. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R.

Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R.

No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R.

Aleluya

El Señor llega, salid a su encuentro;
él es el Príncipe de la paz.

EVANGELIO

No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 16-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

—«¿A quién se parece esta generación?

Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: «Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado».

Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: «Tiene un demonio». Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: «Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores».

Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios».

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

PRIMERA LECTURA

Elías volverá

Lectura del libro de Sirácida 48, 1-4. 9-11

Surgió Elías, un profeta como un fuego,
cuyas palabras eran horno encendido.

Les quitó el sustento del pan,
con su celo los diezmó;

con el oráculo divino sujetó el cielo
e hizo bajar tres veces el fuego.

¡Qué terrible eras, Elías!;
¿quién se te compara en gloria?

Un torbellino te arrebató a la altura;
tropeles de fuego, hacia el cielo.

Está escrito que te reservan para el momento
de aplacar la ira antes de que estalle,

para reconciliar a padres con hijos,
para restablecer las tribus de Israel.

Dichoso quien te vea antes de morir,
y más dichoso tú que vives.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 79, 2ac y 3b. 15-16. 18-19 (R.: 4)

R. Oh Dios, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.

Pastor de Israel, escucha,
tú que te sientas sobre querubines, resplandece;
despierta tu poder y ven a salvarnos. R.

Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa. R.

Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre. R.

Aleluya Lc 3, 4. 6

Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.
Todos verán la salvación de Dios.

EVANGELIO

Elías ya ha venido, y no lo reconocieron

Lectura del santo evangelio según san Mateo 17,10-13

Cuando bajaban de la montaña, los discípulos preguntaron a Jesús:

—«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».

Él les contestó:

—«Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos».

Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan, el Bautista.

Palabra del Señor.


Lecturas Tercera Semana de Adviento LECCIONARIO VII

Ciclo A, B y C

Si esta feria coincide con el día 17 o 18 de diciembre, en lugar de estas lecturas se leerán las propias de esos días.

PRIMERA LECTURA

Avanza la constelación de Jacob

Lectura del libro de los Números 24, 2-7. 15-17a

En aquellos días, Balaán, tendiendo la vista, divisó a Israel acampado por tribus. El espíritu de Dios vino sobre él, y entonó sus versos:

«Oráculo de Balaán, hijo de Beor,
oráculo del hombre de ojos perfectos;

oráculo del que escucha palabras de Dios,
que contempla visiones del Poderoso,
en éxtasis, con los ojos abiertos:

¡Qué bellas las tiendas de Jacob
y las moradas de Israel!

Como vegas dilatadas,
como jardines junto al río,

como áloes que plantó el Señor
o cedros junto a la corriente;

el agua fluye de sus cubos,
y con el agua se multiplica su simiente.

Su rey es más alto que Agag,

y su reino descuella».

Y entonó sus versos:

«Oráculo de Balaán, hijo de Beor,
oráculo del hombre de ojos perfectos;

oráculo del que escucha palabras de Dios
y conoce los planes del Altísimo,

que contempla visiones del Poderoso,
en éxtasis, con los ojos abiertos:

Lo veo, pero no es ahora,
lo contemplo, pero no será pronto:

Avanza la constelación de Jacob,
y sube el cetro de Israel».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 24, 4-5ab. 6-7bc. 8-9 (R.: 4b)

R. Señor, instrúyeme en tus sendas.

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.

Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R.

El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R.

Aleluya Sal 84, 8

Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.

EVANGELIO

El bautismo de Juan ¿de dónde venía?

Lectura del santo evangelio según san Mateo 21, 23-27

En aquel tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle:

—«¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?».

Jesús les replicó:

—«Os voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también con qué autoridad hago esto.

El bautismo de Juan ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?».

Ellos se pusieron a deliberar:

—«Si decimos «del cielo», nos dirá: «¿Por qué no le habéis creído?». Si le decimos «de los hombres», tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta».

Y respondieron a Jesús:

—«No sabemos».

Él, por su parte, les dijo:

—«Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

Si esta feria coincide con el día 17 o 18 de diciembre, en lugar de estas lecturas se leerán las propias de esos días.

PRIMERA LECTURA

Se promete la salvación mesiánica a todos los pobres

Lectura de la profecía de Sofonías 3, 1-2. 9-13

Así dice el Señor:

«¡Ay de la ciudad rebelde,
manchada y opresora!

No obedeció ni escarmentó,
no aceptaba la instrucción,

no confiaba en el Señor,
no se acercaba a su Dios.

Entonces daré a los pueblos labios puros,
para que invoquen todos el nombre del Señor,

para que le sirvan unánimes.
Desde más allá de los ríos de Etiopía,

mis fieles dispersos me traerán ofrendas.
Aquel día no te avergonzarás

de las obras con que me ofendiste,
porque arrancaré de tu interior
tus soberbias bravatas,

y no volverás a gloriarte
sobre mi monte santo.

Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde,
que confiará en el nombre del Señor.

El resto de Israel no cometerá maldades,
ni dirá mentiras,

ni se hallará en su boca una lengua embustera;
pastarán y se tenderán sin sobresaltos».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 33, 2-3. 6-7. 17-18. 19 y 23 (R.: 7a)

R. Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R.

Pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias. R.

El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él. R.

Aleluya

Ven, Señor, y no tardes,
perdona los pecados de tu pueblo

EVANGELIO

Vino Juan, y los pecadores le creyeron

Lectura del santo evangelio según san Mateo 21, 28-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

—«¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: «Hijo, ve hoy a trabajar en la viña». Él le contestó: «No quiero». Pero después recapacitó y fue.

Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: «Voy, señor». Pero no fue.

¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?».

Contestaron:

—«El primero».

Jesús les dijo:

—«Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis».

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

Si esta feria coincide con el día 17 o 18 de diciembre, en lugar de estas lecturas se leerán las propias de esos días.

PRIMERA LECTURA

Cielos, destilad el rocío

Lectura del profeta Isaías 45, 6b-8. 18. 21b-25

«Yo soy el Señor y no hay otro:
artífice de la luz, creador de las tinieblas,

autor de la paz, creador de la desgracia;
yo, el Señor, hago todo esto.

Cielos, destilad el rocío;
nubes, derramad la victoria;

ábrase la tierra y brote la salvación,
y con ella germine la justicia;

yo, el Señor, lo he creado».

Así dice el Señor, creador del cielo

—él es Dios—,

él modeló la tierra,
la fabricó y la afianzó;

no la creó vacía,
sino que la formó habitable:

«Yo soy el Señor, y no hay otro.

No hay otro Dios fuera de mí.
Yo soy un Dios justo y salvador,

y no hay ninguno más.
Volveos hacia mí para salvaros,

confines de la tierra,
pues yo soy Dios, y no hay otro.

Yo juro por mi nombre,
de mi boca sale una sentencia,

una palabra irrevocable:
«Ante mí se doblará toda rodilla,

por mí jurará toda lengua»;
dirán: «Sólo el Señor

tiene la justicia y el poder».

A él vendrán avergonzados
los que se enardecían contra él;

con el Señor triunfará y se gloriará
la estirpe de Israel».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 84, 9ab-10. 11-12. 13-14 (R.: cf. Is 45, 8)

R. Cielos, destilad el rocío;
nubes, derramad al Justo.

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos».
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R.

El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R.

Aleluya Is 40, 9-10

Alza fuerte la voz, heraldo;
mirad, el Señor Dios llega con poder.

EVANGELIO

Anunciad a Juan lo que habéis visto y oído

Lectura del santo evangelio según san Lucas 7, 19-23

En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar al Señor:

—«¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?».

Los hombres se presentaron a Jesús y le dijeron:

—«Juan, el Bautista nos ha mandado a preguntarte: «¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?»».

Y en aquella ocasión Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista.

Después contestó a los enviados:

—«Id a anunciar a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Y dichoso el que no se escandalice de mí».

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

Si esta feria coincide con el día 17 o 18 de diciembre, en lugar de estas lecturas se leerán las propias de esos días.

PRIMERA LECTURA

Como a mujer abandonada te vuelve a llamar el Señor

Lectura del libro de Isaías 54, 1-10

Alégrate, la estéril, que no dabas a luz,
rompe a cantar de júbilo, la que no tenías dolores:

porque la abandonada tendrá más hijos
que la casada —dice el Señor—.

Ensancha el espacio de tu tienda,
despliega sin miedo tus lonas,

alarga tus cuerdas, hinca bien tus estacas,
porque te extenderás a derecha e izquierda.

Tu estirpe heredará las naciones
y poblará ciudades desiertas.

No temas, no tendrás que avergonzarte,
no te sonrojes, que no te afrentarán.

Olvidarás la vergüenza de tu soltería,
ya no recordarás la afrenta de tu viudez.

El que te hizo te tomará por esposa:
su nombre es Señor de los ejércitos.

Tu redentor es el Santo de Israel,
se llama Dios de toda la tierra.

Como a mujer abandonada y abatida
te vuelve a llamar el Señor;

como a esposa de juventud, repudiada
-dice tu Dios-.

Por un instante te abandoné,
pero con gran cariño te reuniré.

En un arrebato de ira
te escondí un instante mi rostro,

pero con misericordia eterna te quiero
—dice el Señor, tu redentor—.

Me sucede como en tiempo de Noé:
juré que las aguas del diluvio

no volverían a cubrir la tierra;
así juro no airarme contra ti

ni amenazarte.

Aunque se retiren los montes
y vacilen las colinas,

no se retirará de ti mi misericordia,
ni mi alianza de paz vacilará
—dice el Señor que te quiere—.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 29, 2 y 4. 5-6. 11-12a y 13b (R.: 2a)

R. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R.

Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí,
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas;
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R.

Aleluya Lc 3, 4. 6

Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.
Todos verán la salvación de Dios

EVANGELIO

Juan es el mensajero que prepara el camino del Señor

Lectura del santo evangelio según san Lucas 7, 24-30

Cuando se marcharon los mensajeros de Juan, Jesús se puso a hablar a la gente acerca de Juan:

—«¿Qué salisteis a contemplar en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿O qué salisteis a ver? ¿Un hombre vestido con lujo? Los que se visten fastuosamente y viven entre placeres están en los palacios.

Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. Él es de quien está escrito:

«Yo envío mi mensajero delante de ti
para que prepare el camino ante ti».

Os digo que entre los nacidos de mujer nadie es más grande que Juan. Aunque el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él».

Al oírlo, toda la gente, incluso los publicanos, que habían recibido el bautismo de Juan, bendijeron a Dios. Pero los fariseos y los maestros de la ley, que no habían aceptado su bautismo, frustraron el designio de Dios para con ellos.

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

Si esta feria coincide con el día 17 o 18 de diciembre, en lugar de estas lecturas se leerán las propias de esos días.

PRIMERA LECTURA

A mi casa la llamarán casa de oración todos los pueblos

Lectura del libro de Isaías 56, 1-3a. 6-8

Así dice el Señor:
«Guardad el derecho, practicad la justicia,

que mi salvación está para llegar,
y se va a revelar mi victoria.

Dichoso el hombre que obra así,
dichoso el mortal que persevera en ello,

que guarda el sábado sin profanarlo
y guarda su mano de obrar el mal.

No diga el extranjero que se ha dado al Señor:
«El Señor me excluirá de su pueblo».

A los extranjeros que se han dado al Señor,
para servirlo,

para amar el nombre del Señor
y ser sus servidores,

que guardan el sábado sin profanarlo
y perseveran en mi alianza,

los traeré a mi monte santo,
los alegraré en mi casa de oración,

aceptaré sobre mi altar
sus holocaustos y sacrificios;

porque mi casa es casa de oración,
y así la llamarán todos los pueblos».

Oráculo del Señor,
que reúne a los dispersos de Israel,

y reunirá otros a los ya reunidos.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 66, 2-3. 5. 7-8 (R.: 4)

R. Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

El Señor tenga piedad y nos bendiga
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R.

Aleluya

Ven, Señor, visítanos con tu paz,
y nos alegraremos en tu presencia de todo corazón.

EVANGELIO

Juan es la lámpara que arde y brilla

Lectura del santo evangelio según san Juan 5, 33-36

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:

—«Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz.

Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado».

Palabra del Señor.


Ferias de Adviento hasta el día 16 de diciembre. Estos textos pueden usarse en lugar de los que se hallan cada día antes del evangelio.

1.

Aleluya: Cf. Sal 79, 4

Ven a librarnos, Señor, Dios nuestro,
que brille tu rostro y nos salve.



2


Aleluya: Sal 84, 8

Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.



3


Aleluya: Is 33, 22

El Señor nos gobierna, nos da leyes,
es nuestro rey, él es nuestra salvación.


4


Aleluya: Is 40, 9-10

Alza fuerte la voz, heraldo;
mirad, el Señor Dios llega con poder.


5


Aleluya: Cf. Is 45, 8

Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al Justo.
Ábrase la tierra y brote la salvación.


6


Aleluya: Is 55, 6

Buscad al Señor mientras se le encuentra,
invocadlo mientras esté cerca.


7


Aleluya: Lc 3, 4. 6

Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.
Todos verán la salvación de Dios.


8


Aleluya:

Ven, Señor, y no tardes,
perdona los pecados de tu pueblo.


9


Aleluya:

Mirad, el Señor llega con poder
e iluminará los ojos de sus siervos.


10


Aleluya:

Ven, Señor, visítanos con tu paz,
y nos alegraremos en tu presencia de todo corazón.


11


Aleluya:

Mirad, el Rey viene, el Señor de la tierra,
y él romperá el yugo de nuestra cautividad.


12


Aleluya:

El día del Señor está cerca;
él viene a salvarnos.


13


Aleluya:

El Señor llega, salid a su encuentro;
él es el Príncipe de la paz.


14


Aleluya:

Mirad que llega el Señor para salvar a su pueblo;
dichosos los que están preparados
para salir a su encuentro.


Lecturas Ferias de Adviento

Ciclo A, B y C

Las siguientes lecturas se leen en los días asignados para cada una. Las que se omitan por coincidir en domingo pueden leerse en cualquier otra de estas ferias, de preferencia en substitución de aquellas lecturas que, si se da el caso, se leen ya en domingo.

PRIMERA LECTURA

No se apartará de Judá el cetro

Lectura del libro del Génesis 49, 2. 8-10

En aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les dijo:

«Reuníos, que os voy a contar
lo que os va a suceder en el futuro;

agrupaos y escuchadme, hijos de Jacob,
oíd a vuestro padre Israel:

A ti, Judá, te alabarán tus hermanos,
pondrás la mano sobre la cerviz de tus enemigos,

se postrarán ante ti los hijos de tu padre.
Judá es un león agazapado,

has vuelto de hacer presa, hijo mío;
se agacha y se tumba como león o como leona,
¿quién se atreve a desafiarlo?

No se apartará de Judá el cetro,
ni el bastón de mando de entre sus rodillas,

hasta que venga aquel a quien está reservado,
y le rindan homenaje los pueblos».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 71, 1-2. 3-4ab. 7-8. 17 (R.: cf. 7)

R. Que en sus días florezca la justicia,
y la paz abunde eternamente

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R.

Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre. R.

Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R.

Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.

Aleluya

Sabiduría del Altísimo,
que lo ordenas todo con firmeza y suavidad,
ven y muéstranos el camino de la prudencia.

EVANGELIO

Genealogía de Jesucristo, hijo de David

Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 1-17

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.

Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.

David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amós a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.

Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

Las siguientes lecturas se leen en los días asignados para cada una. Las que se omitan por coincidir en domingo pueden leerse en cualquier otra de estas ferias, de preferencia en substitución de aquellas lecturas que, si se da el caso, se leen ya en domingo.

PRIMERA LECTURA

Suscitaré a David un vástago legítimo

Lectura del libro de Jeremías 23, 5-8

«Mirad que llegan días —oráculo del Señor—
en que suscitaré a David un vástago legítimo:

reinará como rey prudente,
hará justicia y derecho en la tierra.

En sus días se salvará Judá,
Israel habitará seguro.

Y lo llamarán con este nombre:
«El-Señor-nuestra-justicia».

Por eso, mirad que llegan días —oráculo del Señor—
en que no se dirá: «Vive el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto»,

sino que se dirá: «Vive el Señor, que sacó a la raza de Israel
del país del Norte y de los países a donde los expulsó,

y los trajo para que habitaran en sus campos».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 71, 1-2. 12-13. 18-19 (R.: cf. 7)

R. Que en sus días florezca la justicia,
y la paz abunde eternamente.

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R.

Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas;
bendito por siempre su nombre glorioso;
que su gloria llene la tierra.
¡Amén, amén! R

Aleluya

Pastor de la casa de Israel, que en el Sinaí diste a Moisés tu ley,
ven a librarnos con el poder de tu brazo

EVANGELIO

Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David

Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 18-24

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:

María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:

—«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta:

«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrá por nombre Emmanuel,

que significa «Dios-con-nosotros»».

Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

Las siguientes lecturas se leen en los días asignados para cada una. Las que se omitan por coincidir en domingo pueden leerse en cualquier otra de estas ferias, de preferencia en substitución de aquellas lecturas que, si se da el caso, se leen ya en domingo.

PRIMERA LECTURA

El ángel anuncia el nacimiento de Sansón

Lectura del libro de los Jueces 13, 2-7.2 4-25a

En aquellos días, había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoj. Su mujer era estéril y no había tenido hijos.

El ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo:

—«Eres estéril y no has tenido hijos. Pero concebirás y darás a luz un hijo; ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro, porque concebirás y darás a luz un hijo. No pasará la navaja por su cabeza, porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer. Él empezará a salvar a Israel de los filisteos».

La mujer fue a decirle a su marido:

—«Me ha visitado un hombre de Dios que, por su aspecto terrible, parecía un mensajero divino; pero no le pregunté de dónde era, ni él me dijo su nombre. Sólo me dijo: «Concebirás y darás a luz un hijo: ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro; porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer hasta el día de su muerte»».

La mujer de Manoj dio a luz un hijo y le puso de nombre Sansón.

El niño creció y el Señor lo bendijo.

Y el espíritu del Señor comenzó a agitarlo.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 70, 3-4a. 5-6ab. 16-17 (R.: cf. 8ab)

R. Que mi boca esté llena de tu alabanza
y cante tu gloria.

Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. R.

Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías. R.

Contaré tus proezas, Señor mío,
narraré tu victoria, tuya entera.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R.

Aleluya

Renuevo del tronco de Jesé,
que te alzas como un signo para los pueblos,
ven a librarnos, no tardes más.

EVANGELIO

El ángel Gabriel anuncia el nacimiento de Juan Bautista

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 5-25

En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel.

Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada.

Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso.

Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor.

Pero el ángel le dijo:

—«No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto».

Zacarías replicó al ángel:

—«¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada».

El ángel le contestó:

—«Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado a hablarte para darte esta buena noticia. Pero mira: te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento».

El pueblo estaba aguardando a Zacarías, sorprendido de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo.

Al cumplirse los días de su servicio en el templo volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir cinco meses, diciendo:

—«Así me ha tratado el Señor cuando se ha dignado quitar mi afrenta ante los hombres».

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

Las siguientes lecturas se leen en los días asignados para cada una. Las que se omitan por coincidir en domingo pueden leerse en cualquier otra de estas ferias, de preferencia en substitución de aquellas lecturas que, si se da el caso, se leen ya en domingo.

PRIMERA LECTURA

Mirad: la virgen está encinta

Lectura del libro de Isaías 7, 10-14

En aquellos días, el Señor habló a Acaz:
—«Pide una señal al Señor, tu Dios:
en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo».

Respondió Acaz:
—«No la pido, no quiero tentar al Señor».

Entonces dijo Dios:
—«Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal:

Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo,
y le pondrá por nombre Emmanuel,

que significa «Dios-con-nosotros».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 23, 1-2. 3-4ab. 5-6 (R.: cf. 7c y 10b)

R. Va a entrar el Señor,
él es el Rey de la gloria.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.

Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.

Aleluya

Llave de David, que abres las puertas del reino eterno,
ven y libra a los cautivos que viven en tinieblas.

EVANGELIO

Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38

A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo:

—«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.

El ángel le dijo:

—«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».

Y María dijo al ángel:

—«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»

El ángel le contestó:

—«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.

Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible».

María contestó:

—«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».

Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

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PRIMERA LECTURA

Llega mi amado, saltando sobre los montes

Lectura del libro del Cantar de los cantares 2 ,8-14

¡Oíd, que llega mi amado,
saltando sobre los montes,
brincando por los collados!

Es mi amado como un gamo,
es mi amado un cervatillo.

Mirad: se ha parado detrás de la tapia,
atisba por las ventanas,
mira por las celosías.

Habla mi amado y me dice:
«¡Levántate, amada mía,
hermosa mía, ven a mí!

Porque ha pasado el invierno,
las lluvias han cesado y se han ido,

brotan flores en la vega,
llega el tiempo de la poda,

el arrullo de la tórtola
se deja oír en los campos;

apuntan los frutos en la higuera,
la viña en flor difunde perfume.

¡Levántate, amada mía,
hermosa mía, ven a mí!

Paloma mía, que anidas
en los huecos de la peña,

en las grietas del barranco,
déjame ver tu figura,
déjame escuchar tu voz,

porque es muy dulce tu voz,
y es hermosa tu figura».

Palabra de Dios.


El Señor será el rey de Israel, en medio de ti

Lectura de la profecía de Sofonías 3, 14-18a

Regocíjate, hija de Sión;
grita de júbilo, Israel;
alégrate y gózate de todo corazón, Jerusalén.

El Señor ha cancelado tu condena,
ha expulsado a tus enemigos.

El Señor será el rey de Israel,
en medio de ti, y ya no temerás

Aquel día dirán a Jerusalén:
«No temas, Sión, no desfallezcan tus manos.

El Señor, tu Dios, en medio de ti,
es un guerrero que salva.

Él se goza y se complace en ti,
te ama y se alegra con júbilo
como en día de fiesta».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 32, 2-3. 11-12. 20-21 (R.: 1a y 3a)

R. Aclamad, justos, al Señor,
cantadle un cántico nuevo.

Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando los vítores con bordones. R.

El plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad. R.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos. R.

Aleluya

Emmanuel, rey y legislador nuestro,
ven a salvarnos, Señor, Dios nuestro.

EVANGELIO

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-45

Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:

—«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

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PRIMERA LECTURA

Ana da gracias por el nacimiento de Samuel

Lectura del primer libro de Samuel 1, 24-28

En aquellos días, cuando Ana hubo destetado a Samuel, subió con él al templo del Señor, de Siló, llevando un novillo de tres años, una fanega de harina y un odre de vino. El niño era aún muy pequeño.

Cuando mataron el novillo, Ana presentó el niño a Elí, diciendo:

—«Señor, por tu vida, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti, rezando al Señor. Este niño es lo que yo pedía; el Señor me ha concedido mi petición. Por eso se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo».

Después se postraron ante el Señor.

Palabra de Dios.

Interleccional: 1Samuel 2, 1. 4-5. 6-7. 8abcd (R.: 1a)

R. Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador.

Mi corazón se regocija por el Señor,
mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación. R.

Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía. R.

El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece. R.

Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria. R.

Aleluya

Rey de las naciones y Piedra angular de la Iglesia,
ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra.

EVANGELIO

El Poderoso ha hecho obras grandes por mí

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 46-56

En aquel tiempo, María dijo:

—«Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia

—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».

María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Palabra del Señor.


Ciclo A, B y C

Las siguientes lecturas se leen en los días asignados para cada una. Las que se omitan por coincidir en domingo pueden leerse en cualquier otra de estas ferias, de preferencia en substitución de aquellas lecturas que, si se da el caso, se leen ya en domingo.

PRIMERA LECTURA

Os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor

Lectura de la profecía de Malaquías 3, 1-4. 23-24

Así dice el Señor:

«Mirad, yo envío a mi mensajero,
para que prepare el camino ante mí.

De pronto entrará en el santuario
el Señor a quien vosotros buscáis,

el mensajero de la alianza que vosotros deseáis.
Miradlo entrar
—dice el Señor de los ejércitos—.

¿Quién podrá resistir el día de su venida?,
¿quién quedará en pie cuando aparezca?

Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero:
se sentará como un fundidor que refina la plata,

como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví,
y presentarán al Señor la ofrenda como es debido.

Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén,
como en los días pasados, como en los años antiguos.

Mirad: os enviaré al profeta Elías
antes de que llegue el día del Señor,
grande y terrible.

Convertirá el corazón de los padres
hacia los hijos,

y el corazón de los hijos hacia los padres,
para que no tenga que venir yo a destruir la tierra».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 24, 4-5ab. 8-9. 10 y 14 (R.: Lc 21, 28)

R. Levantaos, alzad la cabeza:
se acerca vuestra liberación.

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.

El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R.

Aleluya

Rey de las naciones y Piedra angular de la Iglesia,
ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra.

EVANGELIO

El nacimiento de Juan Bautista

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 57-66

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban.

A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo:

—«¡No! Se va a llamar Juan».

Le replicaron:

—«Ninguno de tus parientes se llama así».

Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Todos se quedaron extrañados.

Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.

Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo:

—«¿Qué va a ser este niño?»

Porque la mano del Señor estaba con él.

Palabra del Señor


Ciclo A, B y C

MISA DE LA MAÑANA

PRIMERA LECTURA

El reino de David durará por siempre en la presencia del Señor

Lectura del segundo libro de Samuel 7, 1-5. 8b-12. 14a.16

Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán:

—«Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda».

Natán respondió al rey:

—«Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo».

Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor:

—«Ve y dile a mi siervo David: «Esto dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los ariscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre»».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 88, 2-3. 4-5. 27 y 29 (R.: cf. 2a)

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad». R.

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
«Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades». R.

Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora».
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable. R.

Aleluya

Sol que naces de lo alto, Resplandor de la luz eterna,
Sol de justicia,
ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte.

EVANGELIO

Nos visitará el sol que nace de lo alto

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 67-79

En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo:

«Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,

suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,

según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;

realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza

y el juramento que juró
a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,

le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor

a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,

el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,

para iluminar a los que viven en tinieblas

y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz».

Palabra del Señor.


Ferias de Adviento desde el día 17 al 24 diciembre


Estos textos pueden usarse en lugar de los que se hallan cada día antes del evangelio.


1

Sabiduría del Altísimo,
que lo ordenas todo con firmeza y suavidad,
ven y muéstranos el camino de la prudencia.



2

Pastor de la casa de Israel,
que en el Sinaí diste a Moisés tu ley,
ven a librarnos con el poder de tu brazo.



3

Renuevo del tronco de Jesé,
que te alzas como un signo para los pueblos,
ven a librarnos, no tardes más.



4

Llave de David, que abres las puertas del reino eterno,
ven y libra a los cautivos que viven en tinieblas.


5

Sol que naces de lo alto, Resplandor de la luz eterna,
Sol de justicia,
ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte.


6


Rey de las naciones y Piedra angular de la Iglesia,
ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra.


7


Emmanuel, rey y legislador nuestro,
ven a salvarnos, Señor, Dios nuestro.


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