Misterios Luminosos

Misterios Luminosos

Los Misterios Luminosos son una serie de cinco misterios que fueron añadidos al Rosario por el Papa Juan Pablo II en el año 2002. Estos misterios se rezan los jueves. Los Misterios Luminosos son los siguientes:

  1. El Bautismo de Jesús: Jesús es bautizado en el río Jordán por Juan el Bautista, y se manifiesta como el Hijo amado de Dios (Mateo 3,16-17).
  2. Las Bodas de Caná: Jesús realiza su primer milagro al convertir el agua en vino en las bodas de Caná (Juan 2,1-11).
  3. El Anuncio del Reino de Dios: Jesús proclama la llegada del Reino de Dios y llama a la conversión (Marcos 1,15).
  4. La Transfiguración: Jesús se transfigura en el monte Tabor, mostrando su gloria divina a Pedro, Santiago y Juan (Mateo 17,1-8).
  5. La Institución de la Eucaristía: Jesús instituye la Eucaristía durante la Última Cena, dando su cuerpo y su sangre como alimento espiritual para sus discípulos (Lucas 22,19-20).

Al rezar los Misterios Luminosos, se busca meditar en momentos clave de la vida pública de Jesús, desde su bautismo hasta la institución de la Eucaristía. Cada misterio se acompaña de la recitación de un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria, mientras se reflexiona sobre el significado y las lecciones de cada evento en la vida de Jesús.

🔊 Formato Audio de Los Misterios Luminosos:


1. El bautismo de Cristo en el río Jordán (Baptisma apud Iordanem)

«Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco».»

«El comienzo de la vida pública de Jesús es su bautismo por Juan en el Jordán. Juan proclamaba «un bautismo de conversión para el perdón de los pecados» (Lc 3, 3).»

2. Autorrevelación en las bodas de Caná (Autorevelatio apud Cananense matriomonium)

«Al tercer día hubo una boda en Caná, un pueblo de Galilea. La madre de Jesús estaba allí, y Jesús y sus discípulos también habían sido invitados a la boda. En esto se acabó el vino, y la madre de Jesús le dijo: «Ya no tienen vino».

Jesús le contestó: «Mujer, ¿por qué me lo dices a mí? Mi hora aún no ha llegado».

Dijo ella a los que estaban sirviendo: «Haced lo que él os diga».

Había allí seis tinajas de piedra, para el agua que usan los judíos en sus ceremonias de purificación. En cada tinaja cabían entre cincuenta y setenta litros. Jesús dijo a los sirvientes: «Llenad de agua estas tinajas».

Las llenaron hasta arriba, y les dijo: «Ahora sacad un poco y llevádselo al encargado de la fiesta».

Así lo hicieron, y el encargado de la fiesta probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde había salido. Solo lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Así que el encargado llamó al novio y le dijo: «Todo el mundo sirve primero el mejor vino, y cuando los invitados ya han bebido bastante, sirve el vino corriente. Pero tú has guardado el mejor hasta ahora».Esta fue la primera señal milagrosa que hizo Jesús en Caná de Galilea. Con ella mostró su gloria, y sus discípulos creyeron en él.»

En el umbral de su vida pública, Jesús realiza su primer signo -a petición de su Madre- con ocasión de un banquete de boda. La Iglesia concede una gran importancia a la presencia de Jesús en las bodas de Caná. Ve en ella la confirmación de la bondad del matrimonio y el anuncio de que en adelante el matrimonio será un signo eficaz de la presencia de Cristo.»

3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión (Regni Dei proclamatio coniuncta cum invitamento ad conversionem)

«El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en el Evangelio».

«Todos los hombres están llamados a entrar en el Reino. Anunciado en primer lugar a los hijos de Israel, este reino mesiánico está destinado a acoger a los hombres de todas las naciones.»

4. La Transfiguración de Cristo en el Monte Tabor (Transfiguratio)

«Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.»

«Por un instante, Jesús muestra su gloria divina, confirmando así la confesión de Pedro. Muestra también que para «entrar en su gloria» (Lc 24, 26), es necesario pasar por la Cruz en Jerusalén.»

5. La institución de la Eucaristía en el Cenáculo de Jerusalén en la tarde del Jueves Santo (Eucharistiae institutio)

«Mientras cenaban, Jesús tomó en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios lo partió y se lo dio a los discípulos, diciendo: «Tomad, comed, esto es mi cuerpo». Luego tomó en sus manos una copa, y habiendo dado gracias a Dios la pasó a ellos, diciendo: «Bebed todos de esta copa, porque esto es mi sangre, con la que se confirma el pacto, la cual es derramada en favor de muchos para perdón de sus pecados».»

«Al celebrar la última Cena con sus apóstoles en el transcurso del banquete pascual, Jesús dio su sentido definitivo a la pascua judía. En efecto, el paso de Jesús a su Padre por su muerte y su resurrección, la Pascua nueva, es anticipada en la Cena y celebrada en la Eucaristía que da cumplimiento a la pascua judía y anticipa la pascua final de la Iglesia en la gloria del Reino.»


Los Misterios Luminosos

Los Misterios Luminosos, también conocidos como los Misterios de la Luz, son una adición reciente a la oración católica del Rosario. Estos misterios fueron propuestos por el Papa San Juan Pablo II en el año 2002 y nos invitan a meditar y reflexionar sobre momentos clave en la vida pública de Jesús. Son cinco misterios que nos ayudan a profundizar en la luz y la enseñanza de Cristo.

El primer misterio luminoso es el Bautismo de Jesús en el río Jordán. En este misterio, Jesús se somete al bautismo de Juan el Bautista. Mientras Jesús es sumergido en el agua, el Espíritu Santo desciende sobre Él en forma de paloma y se escucha la voz del Padre que dice: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco». Este misterio nos recuerda nuestro propio bautismo y nos invita a renovar nuestra fe en Jesús como el Hijo de Dios.

El segundo misterio luminoso es la Autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná. En este misterio, Jesús realiza su primer milagro al convertir el agua en vino durante las bodas de Caná. Este acto revela su poder y su divinidad, y nos enseña la importancia de confiar en Él y en su provisión en nuestras vidas.

El tercer misterio luminoso es la Proclamación del Reino de Dios y la invitación a la conversión. En este misterio, Jesús anuncia la llegada del Reino de Dios y llama a todos a arrepentirse y creer en el Evangelio. Este misterio nos desafía a examinar nuestras vidas y a responder al llamado de Jesús a vivir de acuerdo con su enseñanza y a buscar el Reino de Dios en todo lo que hacemos.

El cuarto misterio luminoso es la Transfiguración de Jesús en el monte Tabor. En este misterio, Jesús se transfigura ante sus discípulos, revelando su gloria divina. Moisés y Elías también aparecen junto a Él. Este misterio nos muestra la verdadera identidad de Jesús como el Hijo de Dios y nos anima a seguirlo con fe y confianza, incluso en medio de las dificultades.

El quinto misterio luminoso es la Institución de la Eucaristía en la Última Cena. En este misterio, Jesús instituye la Eucaristía durante la Última Cena con sus discípulos. Él toma el pan y el vino, los bendice y los ofrece como su Cuerpo y Sangre para nuestra salvación. Este misterio nos invita a participar plenamente en la celebración de la Eucaristía y a recibir a Jesús en la comunión con fe y gratitud.

Los Misterios Luminosos del Rosario nos permiten profundizar en la vida y enseñanzas de Jesús, y nos desafían a seguir su luz en nuestro propio camino de fe. A través de la meditación de estos misterios, podemos crecer en nuestro conocimiento y amor por Cristo, y encontrar en Él la guía y la sabiduría para nuestras vidas.

error: Content is protected !!