Lecturas Domingo de Adviento Ciclo A

Lecturas Domingo de Adviento – Ciclo A

Domingos de Adviento – LECCIONARIO I (A)

Lecturas Domingo de Adviento Ciclo A

Las lecturas del Leccionario I (A) para los Domingos de Adviento en el Ciclo A ofrecen una narrativa litúrgica rica y profunda que anticipa la llegada del Mesías. Este ciclo litúrgico es especialmente significativo en la tradición cristiana, ya que marca el comienzo del nuevo año litúrgico y prepara a los fieles para la celebración del nacimiento de Jesús en Navidad.

En el primer domingo de Adviento, las lecturas resuenan con la llamada a la vigilancia y la preparación para la venida del Señor. La anticipación y la esperanza son palpables en las lecturas del Profeta Isaías, que anuncian la llegada de un redentor que traerá consuelo y renovación espiritual. Este enfoque en la esperanza se refuerza en las lecturas de los domingos subsiguientes, destacando la figura de Juan el Bautista como el precursor que prepara el camino para la venida del Salvador.

El Leccionario I (A) utiliza sabiamente las Escrituras para guiar a la comunidad cristiana a través de un período de expectativa y reflexión durante el Adviento. Las lecturas nos invitan a profundizar en el significado del Adviento como un tiempo de preparación no solo para la celebración del nacimiento de Jesús, sino también para la anticipación de su regreso en la parusía. A medida que avanzan los domingos de Adviento, las lecturas ofrecen un viaje espiritual que lleva a la comunidad de fe desde la esperanza y la anticipación hasta la alegría del nacimiento del Salvador.


Domingo 1º de Adviento. Ciclo A

PRIMERA LECTURA

El Señor reúne a todas las naciones en la paz eterna del Reino de Dios

Lectura del libro de Isaías  2, 1-5

Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén:

Al final de los días estará firme
el monte de la casa del Señor
en la cima de los montes, 
encumbrado sobre las montañas.

Hacia él confluirán los gentiles,
caminarán pueblos numerosos.

Dirán:

«Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob:

él nos instruirá en sus caminos
y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la ley,
de Jerusalén la palabra del Señor».

Será el árbitro de las naciones,
el juez de pueblos numerosos.

De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas.

No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.

Casa de Jacob, ven,
caminemos a la luz del Señor.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 121, 1-2. 4-5. 6-7. 8-9 (R.: Cf.1)

R. Vamos alegres a la casa del Señor.

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R.

Allá suben las tribus,
las tribus del Señor
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R. 

Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios». R.

Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo».
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien. R.

SEGUNDA LECTURA

Nuestra salvación está cerca

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos 13, 11-14a

Hermanos:

Daos cuenta del momento en que vivís; ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz.

Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestíos del Señor Jesucristo.

Palabra de Dios.

Aleluya Sal 84,8

Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación. Aleluya.

EVANGELIO

Estad en vela para estar preparados

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 24, 37-44

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:

—«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.

Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre.

Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán.

Por lo tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.

Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa.

Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».

Palabra del Señor.


Domingo 2º de Adviento. Ciclo A

PRIMERA LECTURA

Juzgará a los pobres con justicia

Lectura del profeta Isaías: 11, 1-10

Aquel día,
brotará un renuevo del tronco de Jesé,
y de su raíz florecerá un vástago.

Sobre él se posará el espíritu del Señor:
espíritu de prudencia y sabiduría,
espíritu de consejo y valentía,
espíritu de ciencia y temor del Señor.
Le inspirará el temor del Señor.

No juzgará por apariencias
ni sentenciará sólo de oídas;

juzgará a los pobres con justicia,
con rectitud a los desamparados.

Herirá al violento con la vara de su boca,
y al malvado con el aliento de sus labios.

La justicia será cinturón de sus lomos,
y la lealtad, cinturón de sus caderas

Habitará el lobo con el cordero,
la pantera se tumbará con el cabrito,

el novillo y el león pacerán juntos:
un muchacho pequeño los pastoreará.

La vaca pastará con el oso,
sus crías se tumbarán juntas;

el león comerá paja con el buey.
El niño jugará con la hura del áspid,

la criatura meterá la mano
en el escondrijo de la serpiente.

No harán daño ni estrago
por todo mi monte santo:

porque está lleno el país
de la ciencia del Señor,
como las aguas colman el mar.

Aquel día, la raíz de Jesé
se erguirá como enseña de los pueblos:

la buscarán los gentiles,
y será gloriosa su morada.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 71, 1-2. 7-8. 12-13. 17 (R.: cf. 7)

R. Que en sus días florezca la justicia,
y la paz abunde eternamente.

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R.

Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R.

Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R.

Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol:
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.

SEGUNDA LECTURA

Cristo salva a todos los hombres

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos: 15, 4-9

Hermanos: Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza.

Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, os conceda estar de acuerdo entre vosotros, según Jesucristo, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

En una palabra, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas; y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así dice la Escritura:

«Te alabaré en medio de los gentiles
y cantaré a tu nombre».

Palabra de Dios.

Aleluya Lc 3,4.6

Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.
Todos los hombres verán la salvación de Dios.

EVANGELIO

Convertíos, porque está acerca el reino de los cielos

Lectura del santo Evangelio según san Mateo: 3, 1-12

Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando:

—«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos». Éste es el que anunció el profeta Isaías diciendo:

«Una voz grita en el desierto:
“Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos”».

Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.

Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.

Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:

—«¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente?

Dad el fruto que pide la conversión.

Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.

Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego.

Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias.

Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.

Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga».

Palabra del Señor.


Domingo 3º de Adviento. Ciclo A

PRIMERA LECTURA

Dios viene en persona y os salvará

Lectura del libro de Isaías 35, 1-6a. 10

El desierto y el yermo se regocijarán,
se alegrarán el páramo y la estepa,
florecerá como flor de narciso,
se alegrará con gozo y alegría.

Tiene la gloria del Líbano
la belleza del Carmelo y del Sarión.
Ellos verán la gloria del Señor,
la belleza de nuestro Dios.

Fortaleced las manos débiles,
robusteced las rodillas vacilantes;
decid a los cobardes de corazón:
«Sed fuertes, no temáis.

Mirad a vuestro Dios,
que trae el desquite;
viene en persona, resarcirá y os salvará».

Se despegarán los ojos del ciego,
los oídos del sordo se abrirán,
saltará como un ciervo el cojo,
la lengua del mudo cantará.

Volverán los rescatados del Señor.
Vendrán a Sión con cánticos:
en cabeza, alegría perpetua;
siguiéndolos, gozo y alegría.
Pena y aflicción se alejarán.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 145, 7. 8-9a. 9bc-10 (R.: cf. Is 35, 4)

R. Ven, Señor, a salvarnos.

O bien:

R. Aleluya

El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.

El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R.

Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R.

SEGUNDA LECTURA

Manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca

Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 7-10

Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor.

El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía.

Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca.

No os quejéis, hermanos, unos de otros, para no ser condenados. Mirad que el juez está ya a la puerta.

Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.

Palabra de Dios.

Aleluya Lc 4, 18

El Espíritu del Señor está sobre mí;
me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres.

EVANGELIO

¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 2-11

En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos:

—«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?».

Jesús les respondió:

—«Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo:

los ciegos ven, y los inválidos andan;
los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen;
los muertos resucitan,
y a los pobres se les anuncia el Evangelio.
¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!».

Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:

—«¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta?

Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito:

“Yo envío mi mensajero delante de ti,
para que prepare el camino ante ti.”

Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él».

Palabra del Señor


Domingo 4º de Adviento. Ciclo A

PRIMERA LECTURA

Mirad: la virgen está encinta

Lectura del libro de Isaías 7, 10-14

En aquellos días, el Señor habló a Acaz:

—«Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo».

Respondió Acaz:

—«No la pido, no quiero tentar al Señor».

Entonces dijo Dios:

—«Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal:

Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo,
y le pondrá por nombre Emmanuel,
que significa «Dios-con-nosotros»».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 23, 1-2. 3-4ab. 5-6 (R.: cf. 7c y 10b)

R. Va a entrar el Señor,
él es el Rey de la gloria.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.

Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.

SEGUNDA LECTURA

Jesucristo, de la estirpe de David, Hijo de Dios

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 1, 1-7

Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el Evangelio de Dios.

Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras santas, se refiere a su Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor.

Por él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús.

A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

Palabra de Dios.

Aleluya Mt 1, 23

Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrá por nombre Emmanuel,
Dios-con-nosotros.

EVANGELIO

Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David

Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 18-24

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:

María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:

—«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta:

«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa
«Dios-con-nosotros»».

Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

Palabra del Señor.


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