Solemnidades del Señor Ciclo B

Solemnidades del Señor del tiempo ordinarioCiclo B

Solemnidades del Señor Ciclo B

Solemnidades del Señor en el Tiempo Ordinario – Ciclo B: Profundizando en la Vida y Enseñanzas de Cristo LECCIONARIO II (B)

En el Tiempo Ordinario del Ciclo B, la Iglesia Católica se sumerge en las Solemnidades del Señor, un período que destaca la vida y enseñanzas de Jesucristo en su ministerio terrenal. Aunque el Tiempo Ordinario puede carecer de las festividades específicas de otras épocas litúrgicas, las Solemnidades del Señor ofrecen una oportunidad única para reflexionar sobre aspectos clave de la vida de Cristo. Vamos a explorar algunas de estas Solemnidades en el Ciclo B.

1. Solemnidad de la Santísima Trinidad:

  • Esta solemnidad, que generalmente se celebra el domingo siguiente a Pentecostés, se centra en el misterio central de la fe cristiana: la Trinidad. Las lecturas nos invitan a contemplar la relación única entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, recordándonos la naturaleza íntima y divina de Dios.

2. Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo (Corpus Christi):

  • Celebrada el jueves siguiente a la Solemnidad de la Santísima Trinidad, Corpus Christi resalta la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. Las lecturas y la procesión eucarística nos invitan a adorar y reflexionar sobre el don extraordinario de la comunión con Cristo.

3. Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús:

  • Esta solemnidad, que sigue al Corpus Christi, nos llama a contemplar el amor redentor de Jesús simbolizado en su Sagrado Corazón. Las lecturas nos guían a reflexionar sobre el corazón compasivo y misericordioso de nuestro Salvador.

Aplicación Práctica de las Solemnidades:

  1. Profundizar en la Trinidad: La Solemnidad de la Santísima Trinidad nos invita a explorar la relación entre las personas divinas y a profundizar en el misterio de la Trinidad en nuestra vida diaria.
  2. Adorar en la Eucaristía: Corpus Christi nos desafía a adorar y valorar la presencia real de Cristo en la Eucaristía, reconociendo la importancia de la comunión con el Señor.
  3. Cultivar el Amor Misericordioso: La Solemnidad del Sagrado Corazón nos inspira a cultivar el amor misericordioso de Jesús en nuestras vidas, buscando reflejar ese amor hacia los demás.

En las Solemnidades del Señor en el Tiempo Ordinario – Ciclo B, la Iglesia nos invita a profundizar en la riqueza de la fe cristiana y a aplicar las enseñanzas de Cristo en nuestra vida cotidiana. Que estas Solemnidades sean momentos de encuentro profundo con nuestro Señor y guías en nuestro viaje espiritual.


La Santísima Trinidad. Ciclo B.

PRIMERA LECTURA

El Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro

Lectura del libro del Deuteronomio 4, 32-34. 39-40

Moisés habló al pueblo, diciendo:

—«Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: ¿hubo jamás, desde un extremo al otro del cielo, palabra tan grande como ésta?; ¿se oyó cosa semejante?; ¿hay algún pueblo que haya oído, como tú has oído, la voz del Dios vivo, hablando desde el fuego, y haya sobrevivido?; ¿algún Dios intentó jamás venir a buscarse una nación entre las otras por medio de pruebas, signos, prodigios y guerra, con mano fuerte y brazo poderoso, por grandes terrores, como todo lo que el Señor, vuestro Dios, hizo con vosotros en Egipto, ante vuestros ojos?

Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Guarda los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 32, 4-5. 6 y 9. 18-19. 20 y 22 (R.: 12b)

R. Dichoso el pueblo que el Señor se
escogió como heredad.

La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R.

La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos,
porque él lo dijo, y existió,
él lo mandó, y surgió. R.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R.

SEGUNDA LECTURA

Habéis recibido un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!» (Padre)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 14-17

Hermanos:

Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios.

Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!» (Padre).

Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, ya que sufrimos con él para ser también con él glorificados.

Palabra de Dios.

Aleluya Ap 1, 8

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
al Dios que es, que era y que viene.

EVANGELIO

Bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

Lectura del santo evangelio según san Mateo 28, 16-20

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.

Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban.

Acercándose a ellos, Jesús les dijo:

—«Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra.

Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.

Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo».

Palabra del Señor.


Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. Ciclo B. Domingo después de la Santísima Trinidad.

PRIMERA LECTURA

Ésta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros

Lectura del libro del Éxodo 24, 3-8

En aquellos días, Moisés bajó y contó al pueblo todo lo que había dicho el Señor y todos sus mandatos; y el pueblo contestó a una:

—«Haremos todo lo que dice el Señor».

Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. Se levantó temprano y edificó un altar en la falda del monte, y doce estelas, por las doce tribus de Israel. Y mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer al Señor holocaustos, y vacas como sacrificio de comunión. Tomó la mitad de la sangre, y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar. Después, tomó el documento de la alianza y se lo leyó en alta voz al pueblo, el cual respondió:

—«Haremos todo lo que manda el Señor y lo obedeceremos».

Tomó Moisés la sangre y roció al pueblo, diciendo:

—«Ésta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros, sobre todos estos mandatos».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 115,12-13. 15 y 16bc. 17-18 (R.:13)

R. Alzaré la copa de la salvación,
invocando el nombre del Señor.

O bien:

R. Aleluya.

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre. R.

Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo, hijo de tu esclava;
rompiste mis cadenas. R.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo. R.

SEGUNDA LECTURA

La sangre de Cristo podrá purificar nuestra conciencia

Lectura de la carta a los Hebreos 9, 11-15

Hermanos:

Cristo ha venido como sumo sacerdote de los bienes definitivos. Su tabernáculo es más grande y más perfecto: no hecho por manos de hombre, es decir, no de este mundo creado.

No usa sangre de machos cabríos ni de becerros, sino la suya propia; y así ha entrado en el santuario una vez para siempre, consiguiendo la liberación eterna.

Si la sangre de machos cabríos y de toros y el rociar con las cenizas de una becerra tienen poder de consagrar a los profanos, devolviéndoles la pureza externa, cuánto más la sangre de Cristo, que, en virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como sacrificio sin mancha, podrá purificar nuestra conciencia de las obras muertas, llevándonos al culto del Dios vivo.

Por esa razón, es mediador de una alianza nueva: en ella ha habido una muerte que ha redimido de los pecados cometidos durante la primera alianza; y así los llamados pueden recibir la promesa de la herencia eterna.

Palabra de Dios.

Aleluya Jn 6, 51

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo
—dice el Señor—;
el que coma de este pan
vivirá para siempre.

EVANGELIO

Esto es mi cuerpo. Ésta es mi sangre

Lectura del santo evangelio según san Marcos 14, 12-16. 22-26

El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:

—«¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?».

Él envió a dos discípulos, diciéndoles:

—«Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: «El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?».

Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena».

Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua.

Mientras comían. Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo:

—«Tomad, esto es mi cuerpo».

Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron.

Y les dijo:

—«Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios».

Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.

Palabra del Señor.


El sagrado Corazón de Jesús. Ciclo B. Viernes posterior al segundo domingo después de Pentecostés.

PRIMERA LECTURA

Se me revuelve el corazón

Lectura de la profecía de Oseas 11, 1b. 3-4. 8c-9

Así dice el Señor:

—«Cuando Israel era joven, lo amé,
desde Egipto llamé a mi hijo.

Yo enseñe a andar a Efraín,
lo alzaba en brazos;
y él no comprendía que yo lo curaba.

Con cuerdas humanas,
con correas de amor lo atraía;

era para ellos como el que levanta
el yugo de la cerviz,
me inclinaba y le daba de comer.

Se me revuelve el corazón,
se me conmueven las entrañas.

No cederé al ardor de mi cólera,
no volveré a destruir a Efraín;

que soy Dios, y no hombre;
santo en medio de ti,
y no enemigo a la puerta».

Palabra de Dios.

Interleccional: Isaías 12, 2-3. 4bcd. 5-6 (R.:3)

R. Sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.

El Señor es mi Dios y Salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R.

Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R.

Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti
el santo de Israel». R.

SEGUNDA LECTURA

Comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 3, 8-12. 14-19

Hermanos:

A mí, el más insignificante de todos los santos, se me ha dado esta gracia: anunciar a los gentiles la riqueza insondable que es Cristo, y aclarar a todos la realización del misterio, escondido desde el principio de los siglos en Dios, creador de todo.

Así, mediante la Iglesia, los Principados y Potestades en los cielos conocen ahora la multiforme sabiduría de Dios, según el designo eterno, realizado en Cristo Jesús, Señor nuestro, por quien tenemos libre y confiado acceso a Dios, por la fe en él.

Por esta razón, doblo las rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, pidiéndole que, de los tesoros de su gloria, os conceda por medio de su Espíritu robusteceros en lo profundo de vuestro ser, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; y así, con todos los santos, lograréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano.

Así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios.

Palabra de Dios.

Aleluya Mt 11, 29ab

Cargad con mi yugo y aprended de mí
—dice el Señor—,
que soy manso y humilde de corazón.

O bien:

Aleluya 1Jn 4, 10b

Dios nos amó y nos envió a su Hijo
como víctima de propiciación por nuestros pecados.

EVANGELIO

Le traspasó el costado, y salió sangre y agua

Lectura del santo evangelio según san Juan 19, 31-37

En aquel tiempo, los judíos, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.

El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que atravesaron».

Palabra del Señor.

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