La Salve

La Salve

La oración de «La Salve» es una de las oraciones católicas más conocidas y populares dirigida a la Virgen María, madre de Jesús. Esta oración es muy antigua, ya que se sabe que existía en el siglo XI, antes de la primera cruzada. La Salve es una oración que ha sido apreciada a lo largo de la historia por su brevedad, sencillez, ternura y profundidad.

La oración de La Salve es la siguiente:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos
y, después de este destierro,
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh siempre dulce Virgen María!

Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar la promesa de nuestro Señor Jesucristo.

Amén.

Esta oración expresa la devoción y el amor hacia la Virgen María, y se realiza como una súplica para que interceda ante Dios por los creyentes. La Salve es un ejemplo de oración «esencial», en la que se hace una única petición: que después del destierro terrenal, la Virgen María muestre a Jesús, fruto bendito de su vientre.

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