Leccionario IX para las Misas con Niños en Celebraciones de los Santos

LECCIONARIO IX PARA LAS MISAS CON NIÑOS EN CELEBRACIONES DE LOS SANTOS

Lecturas Misa para niños, CELEBRACIONES DE LOS SANTOS.

Leccionario IX para las Misas con Niños en Celebraciones de los Santos

El Leccionario IX para las Misas con Niños en Celebraciones de los Santos es una herramienta pastoral invaluable que permite a la Iglesia cumplir su misión educativa de manera efectiva. Al adaptar las lecturas bíblicas al nivel de comprensión de los más jóvenes, la Iglesia siembra las semillas de una fe duradera, asegurando que las nuevas generaciones de fieles crezcan con un profundo entendimiento y aprecio por el misterio de Jesucristo.


SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

15 de agosto: La Asunción de la Virgen María

PRIMERA LECTURA

¡Demos gracias a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo!

Lector:

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 54-55. 57

Hermanos:

Cuando esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra escrita:

«La muerte ha sido absorbida en la victoria.
¿Dónde está, muerte, tu victoria?
¿Dónde está, muerte, tu aguijón?».

¡Demos gracias a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo!

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

Salmo responsorial: Salmo 44, 11. 12. 16. 18 (R.: 10b)

Salmista:

R. De pie a tu derecha está la reina,
enjoyada con oro.

Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna. R.

Prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu señor. R.

Las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real. R.

Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos. R.

EVANGELIO

¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!

Sacerdote (o diácono):

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-56

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:

—«¡Bendita tu entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».

María dijo:

—«Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia

—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».

María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Palabra del Señor.


8 de diciembre: La Inmaculada Concepción de santa María Virgen

PRIMERA LECTURA

Él nos ha destinado a ser sus hijos

Lector:

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 3-6

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,

que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,

para que fuésemos santos
e irreprochables ante el por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,

para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

Salmo responsorial: Salmo 97, 1. 2-3a. 3b-4 (R.: 1)

Salmista:

R. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas;
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.

El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia
y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.

EVANGELIO

Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo

Sacerdote (o diácono):

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo:

—«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel.

El ángel le dijo:

—«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».

Y María dijo al ángel:

—«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?».

El ángel le contestó:

—«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.

Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible».

María contestó:

—«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».

Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor.


Otras celebraciones de Santa María Virgen

PRIMERAS LECTURAS

1

Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo

Lector:

Lectura del libro del Génesis 12, 1-2. 3b-4a. 5a. 5c. 7

En aquellos días, el Señor dijo a Abrán:

—«Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré.

Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una bendición. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo».

Abrán marchó, como le había dicho el Señor. Abran llevó consigo a Saray, su mujer. Salieron en dirección de Canaán y llegaron a la tierra de Canaán.

El Señor se apareció a Abrán y le dijo:

—«A tu descendencia le daré esta tierra».

Él construyó allí un altar en honor del Señor, que se le había aparecido.

Palabra de Dios.

2

Porque un niño nos ha nacido

Lector:

Lectura del libro de Isaías 9, 1-2a. 5a. 5c

El pueblo que caminaba en tinieblas
vio una luz grande;

habitaban tierra de sombras,
y una luz les brilló.

Acreciste la alegría,
aumentaste el gozo.

Porque un niño nos ha nacido,
un hijo se nos ha dado, y es su nombre:
«Príncipe de la paz».

Palabra de Dios.

3

Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón

Lector:

Lectura del libro del Deuteronomio 6, 4-9

En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo:

—«Escucha, Israel1: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas.

Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado; las atarás a tu muñeca como un signo, serán en tu frente una señal; las escribirás en las jambas de tu casa y en tus portales».

Palabra de Dios.

1 EVANGELIOS

Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor

Sacerdote (o diácono):

Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 1. 3-14

En aquel tiempo, salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un censo del mundo entero.

Y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad.

También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaba allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada.

En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.

Y un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor.

El ángel les dijo:

—«No temáis, os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre».

De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:

—«Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor».

Palabra del Señor.

2 EVANGELIOS

Los pastores se decían: «Vamos a Belén»

Sacerdote (o diácono):

Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 15-20

Cuando los ángeles los dejaron y subieron al cielo, los pastores se decían unos a otros:

—«Vamos derechos a Belén, a ver eso que ha pasado y que nos ha comunicado el Señor».

Fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño.

Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho.

Palabra del Señor.

3 EVANGELIOS

Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen

Sacerdote (o diácono):

Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 27-28

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levanto la voz, diciendo:

—«Dichoso el vientre que te llevo y los pechos que te criaron».

Pero él repuso:

—«Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

Palabra del Señor.

4 EVANGELIOS

Mujer, ahí tienes a tu hijo

Sacerdote (o diácono):

Lectura del santo evangelio según san Juan 19, 25-27

En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:

—«Mujer, ahí tienes a tu hijo.

Luego, dijo al discípulo:

—«Ahí tienes a tu madre».

Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.

Palabra del Señor.


1«Escucha, Israel» (Shemá Israel): Así empieza la hermosa profesión de fe que se encuentra en el libro del Deuteronomio y que los judíos recitaban diariamente en su oración, como los cristianos el «Padrenuestro» o el «Credo».

TODOS LOS SANTOS Y FIELES DIFUNTOS

1 de noviembre: Todos los santos

PRIMERA LECTURA

Ahora somos hijos de Dios

Lector:

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 1-2

Queridos hermanos:

Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.

Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

Salmo responsorial: Salmo 23, 1-2. 3-4a y 5a (R.: cf. 6a)

Salmista:

R. Éstos son los que buscan al Señor.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
el la afianzó sobre los ríos. R.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
ese recibirá la bendición del Señor. R.

EVANGELIO

Estad alegres y contentos,
porque vuestra recompensa será grande en el cielo

Sacerdote (o diácono):

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:

—«Dichosos los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.

Dichosos los sufridos,
porque ellos heredaran la tierra.

Dichosos los que lloran,
porque ellos serán consolados.

Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia,
porque ellos quedarán saciados.

Dichosos los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.

Dichosos los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.

Dichosos los que trabajan por la paz,
porque ellos se llamaran los Hijos de Dios.

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos.

Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo

Palabra del Señor.


2 de noviembre: Conmemoración de todos los Fieles difuntos

PRIMERA LECTURA

El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros

Lector:

Lectura del libro de Isaías 25, 6-8a. 8c-9

Aquel día, el Señor de los ejércitos preparará
para todos los pueblos, en este monte,
un festín de manjares suculentos,
un festín de vinos de solera;
manjares enjundiosos, vinos generosos.

Y arrancará en este monte
el velo que cubre a todos los pueblos,
el paño que tapa a todas las naciones.

Aniquilará la muerte para siempre.

El Señor Dios enjugará
las lágrimas de todos los rostros.
—Lo ha dicho el Señor—.

Aquel día se dirá:

«Aquí está nuestro Dios,
de quien esperábamos que nos salvara;
celebremos y gocemos con su salvación».

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

Salmo responsorial: Salmo 30, 3b-4. 6 y 7b-8a. 17 y 21a (R.: 6a)

Salmista:

R. A tus manos, Señor,
encomiendo mi espíritu.

Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame. R.

A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás;
pero yo confío en el Señor;
tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. R.

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
En el asilo de tu presencia los escondes
de las conjuras humanas. R.

EVANGELIO

El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna

Sacerdote (o diácono):

Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 51-55

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:

—«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».

Disputaban los judíos entre sí:

—«¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?».

Entonces Jesús les dijo:

—«Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida».

Palabra del Señor.

PRINCIPALES SANTOS

19 de marzo: San José, esposo de la Virgen María

PRIMERA LECTURA

Yo seré para él padre, y él será para mí hijo

Lector:

Lectura del segundo libro de Samuel 7, 4-5a. 12. 14a

En aquellos días, recibió Natán la siguiente palabra del Señor:

—«Ve y dile a mi siervo David: «Cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré el trono de su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo»».

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

Salmo responsorial: Salmo 88, 2-3. 4-5. 27 (R.: 2a)

Salmista:

R. Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad». R.

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
«Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades». R.

Él me invocará: «Tu eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora». R.

EVANGELIO

Bajo con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad

Sacerdote (o diácono):

Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 41-51a

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.

Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.

Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.

A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.

Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:

—«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados».

Él les contesto:

—«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?».

Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.

Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.

Palabra del Señor.


24 de junio: La Natividad de san Juan Bautista

PRIMERA LECTURA

Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión

Lector:

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 13, 22-25

En aquellos días, Pablo dijo:

—«Dios nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza:

«Encontré a David, hijo de Jesé,
hombre conforme a mi corazón,
que cumplirá todos mis preceptos».

Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús.

Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía:

«Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias»».

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

Salmo responsorial: Salmo 138, 1-3. 13 y 14b. 14c-15 (R.: 14a)

Salmista:

R. Te doy gracias,
porque me has escogido portentosamente.

Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. R.

Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno,
porque son admirables tus obras. R.

Conocías hasta el fondo de mi alma,
no desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R.

EVANGELIO

Juan es su nombre

Sacerdote (o diácono):

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 57-66. 80

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban.

A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo:

—«¡No! Se va a llamar Juan».

Le replicaron:

—«Ninguno de tus parientes se llama así».

Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Todos se quedaron extrañados.

Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.

Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo:

—«¿Qué va a ser este niño?».

Porque la mano del Señor estaba con él.

El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.

Palabra del Señor.


29 de junio: San Pedro y san Pablo, apóstoles

PRIMERA LECTURA

En nombre de Jesucristo, echa a andar

Lector:

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 3, 1-10

En aquellos días, subían al templo Pedro y Juan, a la oración de media tarde, cuando vieron traer a cuestas a un lisiado de nacimiento. Solían colocarlo todos los días en la puerta del templo llamada «Hermosa», para que pidiera limosna a los que entraban. Al ver entrar en el templo a Pedro y a Juan, les pidió limosna. Pedro, con Juan a su lado, se le quedó mirando y le dijo:

—«Míranos».

Clavó los ojos en ellos, esperando que le darían algo. Pedro le dijo:

—«No tengo plata ni oro, te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, echa a andar».

Agarrándolo de la mano derecha lo incorporó. Al instante se le fortalecieron los pies y los tobillos, se puso en pie de un salto, echó a andar y entró con ellos en el templo por su pie, dando brincos y alabando a Dios. La gente lo vio andar alabando a Dios; al caer en la cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado en la puerta Hermosa, quedaron estupefactos ante lo sucedido.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

Salmo responsorial: Salmo 18, 2-3. 4-5 (R.: 5a)

Salmista:

R. A toda la tierra alcanza su pregón.

El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R.

Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.

SEGUNDA LECTURA

El Evangelio no lo he aprendido de ningún hombre,
sino por revelación de Jesucristo

Lector:

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 1, 11-13. 15-16a. 18

Os notifico, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo.

Habéis oído hablar de mi conducta pasada en el judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba.

Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles, subí a Jerusalén para conocer a Cefas, y me quedé quince días con él.

Palabra de Dios.

EVANGELIO

Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero

Sacerdote (o diácono):

Lectura del santo evangelio según san Juan 21, 15-19a

Después de aparecerse a sus discípulos y de comer con ellos, dice Jesús a Simón Pedro:

—«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?».

Él le contestó:

—«Sí, Señor, tú sabes que te quiero».

Jesús le dice:

—«Apacienta mis corderos».

Por segunda vez le pregunta:

—«Simón, hijo de Juan, ¿me amas?».

Él le contesta:

—«Si, Señor, tú sabes que te quiero».

Él le dice:

—«Pastorea mis ovejas».

Por tercera vez le pregunta:

—«Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?».

Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó:

—«Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero».

Jesús le dice:

—«Apacienta mis ovejas.

Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas a donde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras».

Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.

Palabra del Señor.


25 de julio: Santiago, apóstol

PRIMERA LECTURA

Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres

Lector:

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 33; 5, 12. 27-33; 12, 2

En aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo.

Los condujeron a presencia del Sanedrín, y el sumo sacerdote los interrogó:

—«¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ese? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre».

Pedro y los apóstoles replicaron:

—«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen».

Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos.

Más tarde, el rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

Salmo responsorial: Salmo 66, 2-3. 5. 7-8 (R.: 4)

Salmista:

R. Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga;
que le teman hasta los confines del orbe. R.

EVANGELIO

El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor

Sacerdote (o diácono):

Lectura del santo evangelio según san Mateo 20, 20-25a. 26b-28

En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó:

—«¿Qué deseas?».

Ella contestó:

—«Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».

Pero Jesús replicó:

—«No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?».

Contestaron:

—«Lo somos».

Él les dijo:

—«Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».

Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo:

—«El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.

Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos».

Palabra del Señor.



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