¡Descubre el asombroso Milagro Eucarístico de Santarem, donde la Sagrada Hostia continúa sangrando casi 800 años después!
En nuestro recorrido por los prodigios eucarísticos, nos detenemos en la ciudad portuguesa de Santarem, testigo de un milagro que comenzó en 1247 y perdura hasta nuestros días. La Sagrada Hostia, con la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, sigue visible y en estado líquido, desafiando las leyes de la naturaleza.
La historia nos remonta a una mujer desesperada por recuperar el amor de su esposo, que acudió a una hechicera. Ésta le exigió como pago una Hostia Consagrada. La mujer, tras comulgar en la iglesia de San Esteban, sacó la Hostia de su boca y la envolvió en un pañuelo. Pero en el camino, la Hostia comenzó a sangrar, ante el asombro de los transeúntes.
Aterrada, la mujer escondió la Hostia en un baúl de su habitación. Esa noche, brillantes rayos emanaron del baúl, despertando a la pareja, que contempló a ángeles adorando la Hostia sangrante. Arrepentidos, pasaron la noche en adoración y reparación.
Al día siguiente, informaron al sacerdote, quien trasladó la Hostia en solemne procesión a la iglesia, donde continuó sangrando durante tres días. Colocada en un relicario de cera, ocurrió un segundo milagro: el relicario se rompió y en su lugar apareció uno de cristal con la sangre mezclada con la cera.
A lo largo de los siglos, la Hostia ha vuelto a sangrar y ha mostrado imágenes de Jesucristo, siendo testigos San Francisco Javier y un arzobispo de Lisboa, entre otros. Cada año, en el segundo domingo de abril, el Milagro Eucarístico procesiona desde la casa donde ocurrió hasta la Iglesia del Milagro.
Adéntrate en los detalles de este prodigioso evento, considerado el más importante después del de Lanciano, y descubre cómo la Sagrada Hostia sigue desafiando las leyes naturales como testimonio vivo de la presencia real de Cristo en la Eucaristía.
Milagro Eucarístico de Santarem
Santarem es una ciudad perteneciente a Portugal, muy conocida por el milagro eucarístico acontecido en 1247, que aún en la actualidad permite ver con claridad la Sagrada Hostia con la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Por eso dicen que el milagro continua.
Varios historiadores del siglo XV afirman haber leído el documento original, hoy desaparecido, en el cual se data el milagro ocurrido del 16 de febrero de 1247. Otros documentos datan el milagro en el año 1266, la fecha registrada en la copia comisionada por el rey Alfonso IV en 1346. La disparidad de fechas puede muy bien deberse al conocido hecho de que la misma Hostia ha sido causa de innumerables milagros en diferentes años.
El primer milagro
Entre los años 1225 y 1247 vivía una mujer en Santarem que era muy infeliz pues estaba convencida de que su esposo le era infiel. Utilizó toda la astucia de la que ella era capaz para atraer a su esposo, pero no tuvo ningún resultado. Desesperada ante su situación, visitó a una hechicera del pueblo, la cual le prometió que su esposo volvería a amarla como antes con la condición de que le llevara como paga una Hostia Consagrada.
Esto atemorizó enormemente a la mujer, pues sabía que aquello sería un gran sacrilegio, pero finalmente accedió. Al recibir la Comunión en su iglesia parroquial de San Esteban, no la consumió sino que salió de la iglesia inmediatamente, se sacó la Hostia de la boca y la puso en un nudo de su pañuelo de cabeza.
Por el camino a la casa de la hechicera, la Sagrada Hostia comenzó a sangrar. La mujer no se dio cuenta de lo que ocurría hasta que se lo comunicaron otros transeúntes, pensando que era ella la que sangraba. El pánico estremeció el corazón de la mujer. Se fue a su casa y puso la Hostia, envuelta todavía en el pañuelo, en el fondo de un baúl de cedro donde guardaba sus pertenencias en su habitación. Allí se quedó, con gran temor, todo el día hasta que anocheció.
Cuando su esposo llegó a la casa tarde esa noche, se fueron a dormir, aunque lo más seguro es que ella no descansara mucho. La culpa de su pecado la atormentaba, y también la duda de saber si la Hostia continuaba sangrando.
En la plena oscuridad de aquella habitación, aconteció otro gran milagro. Salieron del baúl brillantes rayos, haciendo que la pareja se despertase. Vieron entonces una espectacular visión de ángeles adorando la Hostia sangrante. La mujer no pudo más y confesó el gran pecado a su esposo. Los dos se arrepintieron y pasaron el resto de la noche arrodillados en adoración y reparación ante la Hostia Milagrosa.
Por la mañana informaron al sacerdote de la parroquia, el cual fue a la casa y escuchó la historia relatada por la mujer. El sacerdote retornó la Hostia a la iglesia de San Esteban en solemne procesión, acompañado por muchos del clero y laicos. La Hostia continuó sangrando por tres días. Finalmente se decidió ponerla (aún sangrando) en un relicario de cera de abeja. Allí permaneció la Sagrada Hostia por mucho tiempo hasta que ocurrió un segundo milagro.
Segundo Milagro , alrededor de 1340.
El sacerdote encerró la Sagrada Hostia en un envase de cera y lo colocó en el tabernáculo. Fue entonces que ocurrió otro milagro. Cuando el sacerdote abrió la puerta del tabernáculo, el envase de cera se había roto en muchos pedazos. En su lugar había un envase de cristal que contenía la sangre de la Hostia mezclada con la cera. Esta se puede aun contemplar junto al relicario mayor que es del 1782. En la actualidad la Sagrada Hostia se mantiene en un trono Eucarístico del siglo XVIII, sobre el altar mayor. La Iglesia de San Esteban es también conocida como el Santuario del Santo Milagro.
Los milagros continúan
A través de los siglos, la Hostia ha emitido nuevamente sangre y en ella se han visto aparecer varias imágenes de Nuestro Señor Jesucristo. Entre los testigos está San Francisco Javier, el apóstol de las Indias, quien visitó el santuario antes de irse en misión, así como un arzobispo de Lisboa.
Procesión Eucarística con la Hostia sangrante.
Desde que ocurrió el milagro hasta la actualidad, todos los años, en el Segundo Domingo de abril, El Milagro Eucarístico sale en procesión desde la casa de los esposos donde ocurrió el milagro, en la Vía delle Stuoie, hasta la Iglesia del Milagro. La casa ha sido capilla desde 1684.
El Milagro Eucarístico de Santarém, es considerado el más importante después del de Lanciano.
Se han comisionado estudios e investigaciones canónicas, siendo las más relevantes las de 1340 y 1612, las cuales probaron sin lugar a dudas la autenticidad y antigüedad del Milagro Eucarístico.
El Milagro Eucarístico de Santarém solo dejó la ciudad una vez, cuando las tropas de Napoleón invadieron a Portugal en 1810. Por temor a que el Milagro fuese profanado en manos de los franceses se llevaron y terminó en Lisboa, en la Iglesia de Pacao. Más tarde, al no ser devuelto el Milagro a Santarém, los ciudadanos de esa ciudad hicieron una protesta en masa. El Milagro Eucarístico fue devuelto a Santarém sigilosamente, para evitar la resistencia de los capitalinos, a quienes no se les comunicó lo del traslado hasta el 2 de diciembre de 1811.
El santuario fue restaurado por D. Antonio Francisco Marqués, obispo de Santarém y abrió sus puertas solemnemente el 7 de marzo de 1996. Hoy cuenta con un pequeño museo tras el altar mayor. El Milagro de Santarém es expuesto cuando los peregrinos lo piden con anticipación. Entonces lo pueden contemplar muy de cerca. La Sangre sigue en estado líquido, casi 800 años después de ocurrir el milagro.