LECCIONARIO V. 4 de marzo. San Casimiro
Lecturas San Casimiro.
El 4 de marzo se celebra la memoria de San Casimiro, un santo que dejó un legado de virtud, caridad y devoción. A continuación, exploraremos su vida y su influencia en la Iglesia.
San Casimiro, cuyo nombre completo era Casimiro Jagellón, nació el 3 de octubre de 1458 en el seno de la familia real de Polonia y Lituania. Era hijo del rey Casimiro IV y de Isabel de Habsburgo. Desde joven, mostró una profunda piedad y un deseo de servir a Dios.
A pesar de su posición como príncipe heredero, San Casimiro no se dejó llevar por los placeres mundanos ni por la vida cortesana. En cambio, cultivó virtudes cristianas como la castidad, la caridad con los pobres, la humildad y la devoción a la Virgen María.
San Casimiro tenía una gran devoción a la Eucaristía y a la Virgen María. Participaba en la Misa diaria y pasaba tiempo en oración. También defendió la fe católica y se opuso a las herejías de su tiempo.
San Casimiro murió a la temprana edad de 25 años, el 4 de marzo de 1484, debido a una enfermedad pulmonar. Su vida breve pero intensa dejó una impresión duradera en la historia de la Iglesia.
Es considerado el patrono de Polonia y Lituania. Su festividad se celebra en ambos países y en otros lugares donde se le venera. San Casimiro es un ejemplo de santidad, devoción y servicio a Dios y al prójimo.
4 de marzo: San Casimiro
PRIMERA LECTURA
Corro hacia la meta, para ganar el premio, al que Dios desde arriba llama en Cristo Jesús
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 8-14
Hermanos:
Todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.
Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en él, no con una justicia mía, la de la Ley, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe.
Para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, para llegar un día a la resurrección de entre los muertos.
No es que haya conseguido el premio, o que ya esté en la meta: yo sigo corriendo a ver si lo obtengo, pues Cristo Jesús lo obtuvo para mí.
Hermanos, yo no pienso haber conseguido el premio. Sólo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio, al que Dios desde arriba llama en Cristo Jesús.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5 (R.: 1b)
R. El justo habitará en tu monte santo, Señor.
El que procede honradamente
y practica la justicia,
el qué tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R.
El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R.
El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R.
Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 13, 34
Os doy un mandamiento nuevo
—dice el Señor—:
que os améis unos a otros,
como yo os he amado.
EVANGELIO
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que os mando
Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 9-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros».
Palabra del Señor.
Lecturas del Leccionario V para el mes de marzo