LECCIONARIO V. Común de vírgenes
Lecturas Común de vírgenes.
El Leccionario V, Común de Vírgenes, es un conjunto de lecturas bíblicas seleccionadas para las celebraciones litúrgicas que conmemoran a las vírgenes de la Iglesia. Estas vírgenes son mujeres que han consagrado su vida a Dios y a la Iglesia con un voto de castidad. Las lecturas en este leccionario reflejan la devoción, la fe y el compromiso de estas vírgenes. A través de estas lecturas, se invita a los fieles a reflexionar sobre el valor de la consagración y la vocación a la vida religiosa. Cada celebración es una oportunidad para recordar y honrar a estas vírgenes, y para inspirarse en su ejemplo de fe y devoción.
PRIMERA LECTURA. Fuera del tiempo pascual
1. Es fuerte el amor como la muerte
Lectura del libro del Cantar de los cantares 8, 6-7
Grábame como un sello en tu brazo,
como un sello en tu corazón,
porque es fuerte el amor como la muerte,
es cruel la pasión como el abismo;
es centella de fuego,
llamarada divina:
las aguas torrenciales no podrán
apagar el amor,
ni anegarlo los ríos.
Si alguien quisiera comprar el amor
con todas las riquezas de su casa,
se haría despreciable.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 148, 1-2. 11-13b. 13c-14 (R.: cf. 12a. 13a)
R. Jóvenes y doncellas,
alabad el nombre del Señor.
O bien:
R. Aleluya.
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo, todos sus ángeles;
alabadlo, todos sus ejércitos. R.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños,
alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime. R.
Su majestad sobre el cielo y la tierra;
él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido. R.
2. Me casaré contigo en matrimonio perpetuo
Lectura de la profecía de Oseas 2, 16b. 17b. 21-22
Así dice el Señor:
«Yo me la llevaré al desierto,
le hablaré al corazón.
Y me responderá allí
como en los días de su juventud,
como el día en que la saqué de Egipto.
Me casaré contigo en matrimonio perpetuo,
me casaré contigo en derecho y justicia,
en misericordia y compasión,
me casaré contigo en fidelidad,
y te penetrarás del Señor».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 44, 11-12. 14-15. 16-17 (R.: cf. Mt 25, 6b)
R. Llega el Esposo;
salid a recibir a Cristo, el Señor.
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu señor. R.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes
la siguen sus compañeras. R.
Las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
A cambio de tus padres, tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra. R.
PRIMERA LECTURA. Tiempo pascual
1. Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero
Lectura del libro del Apocalipsis 19, 1. 5-9a
Yo, Juan, oí en el cielo algo que recordaba el vocerío de una gran muchedumbre; cantaban:
—«Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios».
Y salió una voz del trono que decía:
—«Alabad al Señor, sus siervos todos, los que le teméis,
pequeños y grandes».
Y oí algo que recordaba el rumor de una muchedumbre inmensa, el estruendo del océano y el fragor de fuertes truenos. Y decían:
—«Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo,
alegrémonos y gocemos y démosle gracias.Llegó la boda del Cordero,
su esposa se ha embellecido,y se le ha concedido vestirse de lino
deslumbrante de blancura
—el lino son las buenas acciones de los santos—».
Luego me dice:
—«Escribe: «Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero»».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 148, 1-2. 11-13b. 13c-14 (R.: cf. 12a. 13a)
R. Jóvenes y doncellas,
alabad el nombre del Señor.
O bien:
R. Aleluya.
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo, todos sus ángeles;
alabadlo, todos sus ejércitos. R.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños,
alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime. R.
Su majestad sobre el cielo y la tierra;
él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido. R.
2. Vi la nueva Jerusalén, arreglada como una novia que se adorna para su esposo
Lectura del libro del Apocalipsis 21, 1-5a
Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe.
Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Y escuché una voz potente que decía desde el trono:
—«Ésta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios estará con ellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado».
Y el que estaba sentado en el trono dijo:
—«Todo lo hago nuevo».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 44, 11-12. 14-15. 16-17 (R.: cf. Mt 25, 6b)
R. Llega el Esposo;
salid a recibir a Cristo, el Señor.
O bien:
R. Aleluya.
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu señor. R.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras. R.
Las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
A cambio de tus padres, tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra. R.
SEGUNDA LECTURA
1. La soltera se preocupa de los asuntos del Señor
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 7, 25-35
Hermanos:
Respecto al celibato no tengo órdenes del Señor, sino que doy mi parecer como hombre de fiar que soy, por la misericordia del Señor.
Estimo que es un bien, por la necesidad actual: quiero decir que es un bien vivir así.
¿Estás unido a una mujer? No busques la separación.
¿Estás libre? No busques mujer; aunque, si te casas, no haces mal; y, si una soltera se casa, tampoco hace mal. Pero estos tales sufrirán la tribulación de la carne. Yo respeto vuestras razones.
Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.
Quiero que os ahorréis preocupaciones: el soltero se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; en cambio, el casado se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su mujer, y anda dividido.
Lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo y alma; en cambio, la casada se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su marido.
Os digo todo esto para vuestro bien, no para poneros una trampa, sino para induciros a una cosa noble y al trato con el Señor sin preocupaciones.
Palabra de Dios.
2. Quise desposaros con un solo marido, presentándoos a Cristo como una virgen intacta
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 17—11, 2
Hermanos:
El que se gloría que se gloríe del Señor, porque no está aprobado el que se recomienda él solo, sino el que está recomendado por el Señor. Ojalá me toleraseis unos cuantos desvaríos; bueno, ya sé que me los toleráis. Tengo celos de vosotros, los celos de Dios; quise desposaros con un solo marido, presentándoos a Cristo como una virgen intacta.
Palabra de Dios.
EVANGELIOS
1. Por el reino de los cielos
Aleluya y versículo antes del evangelio
Ven, esposa de Cristo,
recibe la corona eterna
que el Señor te tiene preparada.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 19, 3-12
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba:
—«¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?».
Él les respondió:
—«¿No habéis leído que el Creador, en el principio, «los creó hombre y mujer», y dijo: «Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne»? De modo que ya no son dos, sino una sola carne.
Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
Ellos insistieron:
—«¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?».
Él les contestó:
—«Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Ahora os digo yo que si uno se divorcia de su mujer —no hablo de impureza— y se casa con otra, comete adulterio».
Los discípulos le replicaron:
—«Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse».
Pero él les dijo:
—«No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don.
Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reino de los cielos. El que pueda con esto, que lo haga».
Palabra del Señor.
2. ¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!
Aleluya y versículo antes del evangelio
Ésta es la virgen prudente
a quien el Señor encontró velando;
al llegar el Señor, entró con él al banquete de bodas.
¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!
Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 1-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
—«Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas.
Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y sé durmieron.
A medianoche se oyó una voz:
«¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!».
Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas.
Y las necias dijeron a las sensatas:
«Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas».
Pero las sensatas contestaron:
«Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis».
Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.
Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo:
«Señor, señor, ábrenos».
Pero él respondió:
«Os lo aseguro: no os conozco».
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».
Palabra del Señor.
3. Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la parte mejor
Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 14, 23
El que me ama guardará mi palabra
—dice el Señor—,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él.
Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la parte mejor
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo:
—«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano».
Pero el Señor le contestó:
—«Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán».
Palabra del Señor.
Textos comunes
El Leccionario V para los días feriales del Tiempo Ordinario es un tesoro litúrgico que profundiza la relación de los fieles con la Palabra de Dios. Al ofrecer una lectura continuada de las Escrituras, invita a una inmersión en la riqueza de la revelación divina y promueve una comprensión más profunda de la fe católica. La Iglesia, al proporcionar este recurso, anima a todos los fieles a participar activamente en la liturgia, alimentando su vida espiritual con el pan vivo que es la Palabra de Dios.
Textos comunes: Leccionario V
Común de la dedicación de una iglesia
Común de santa María Virgen
Común de mártires
Común de pastores
Común de doctores de la Iglesia
Común de vírgenes
Común de santos y santas