LECCIONARIO V. 9 de enero. San Eulogio de Córdoba, presbítero y mártir
Lecturas San Eulogio de Córdoba, presbítero y mártir
El 9 de enero, la Iglesia Católica conmemora la vida y el martirio de San Eulogio de Córdoba, un presbítero que brilló con luz propia en un contexto histórico complejo. Nacido en Córdoba a principios del siglo IX, en plena dominación musulmana, Eulogio se convirtió en un defensor acérrimo de la fe cristiana.
Su incansable labor: Como sacerdote, Eulogio dedicó su vida a la predicación, la enseñanza y la formación de nuevos cristianos. Su fervor y sabiduría lo convirtieron en un referente para la comunidad mozárabe, aquellos cristianos que vivían bajo dominio musulmán.
Un defensor de la fe: En un contexto de persecuciones y discriminación, Eulogio no dudó en alzar su voz para defender a los cristianos y animarlos a mantener viva su fe. Escribió obras apologéticas para fortalecer la fe de los mozárabes y narró las historias de los mártires, inspirando a otros a seguir su ejemplo.
Su martirio: La defensa abierta de la fe por parte de Eulogio lo llevó a ser encarcelado y condenado a muerte. A pesar del sufrimiento, permaneció firme en su convicción y se convirtió en un símbolo de la resistencia cristiana. Su martirio en el año 859 consolidó su legado como un ejemplo de fidelidad a Cristo.
Un legado imperecedero: San Eulogio de Córdoba nos recuerda la importancia de la fe en tiempos difíciles. Su ejemplo nos invita a ser valientes en la defensa de nuestras convicciones y a mantener viva la llama de la esperanza, incluso en medio de la oscuridad.
9 de enero: San Basilio Magno y San Gregorio Nacianceno
PRIMERA LECTURA
Deseo partir; pero, por otro lado, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 1, 21-30
Hermanos:
Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir.
Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger.
Me encuentro en este dilema: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros.
Convencido de esto, siento que me quedaré y estaré a vuestro lado, para que avancéis alegres en la fe, de modo que el orgullo que sentís por mí en Jesucristo rebose cuando me encuentre de nuevo entre vosotros.
Lo importante es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo, de modo que, ya sea que vaya a veros o que tenga de lejos noticias vuestras, sepa que os mantenéis firmes en el mismo espíritu y que lucháis juntos como un solo hombre por la fidelidad al Evangelio, sin el menor miedo a los adversarios; esto será para ellos signo de perdición, para vosotros de salvación, todo por obra de Dios.
Porque a vosotros se os ha concedido la gracia de estar del lado de Cristo, no sólo creyendo en él, sino sufriendo por él, estando como estamos en el mismo combate; ése en que me visteis una vez y que ahora conocéis de oídas.
Palabra de Dios.
Lecturas del Leccionario V para el mes de enero