San Hilario

LECCIONARIO V. 13 de enero. San Hilario, obispo y doctor de la Iglesia

Lecturas San Hilario, obispo y doctor de la Iglesia

13 de enero San Hilario

Cada 13 de enero, la Iglesia Católica recuerda la figura de San Hilario de Poitiers, un obispo, teólogo y Doctor de la Iglesia que, en el siglo IV, se erigió como un firme defensor de la fe trinitaria en un tiempo agitado por las controversias.

De vida pagana a ferviente creyente: Nacido en una familia pagana acomodada en Poitiers, Francia, Hilario recibió una sólida educación, pero no fue hasta su adultez, tras un profundo proceso de conversión al cristianismo, que encontró su verdadera vocación.

Combatiendo el arrianismo: La herejía del arrianismo, que negaba la plena divinidad de Jesucristo, sacudía al mundo cristiano. Hilario, siendo ya obispo, asumió un papel clave en su defensa de la ortodoxia trinitaria. Escribió tratados teológicos, participó en concilios y debatió con líderes arrianos, utilizando su aguda inteligencia y profundos conocimientos bíblicos.

Un Doctor de la Iglesia: Su contribución a la defensa y explicación de la fe trinitaria le valió el título de Doctor de la Iglesia. Sus escritos, como el Comentario al Evangelio de Mateo y el tratado De Trinitate, se convirtieron en referencias fundamentales para la teología cristiana posterior.

Más allá de la controversia: San Hilario no solo fue un polemista. Su obra también refleja su profundo conocimiento de la Escritura, su compromiso con la vida pastoral y su sensibilidad social. Defendió a los pobres y marginados, fomentando la caridad y la solidaridad en la comunidad cristiana.

Un legado que perdura: La vida y obra de San Hilario de Poitiers siguen inspirando a la Iglesia hoy en día. Su valentía en la defensa de la fe, su profundidad intelectual y su compromiso con la comunidad son valores que siguen siendo relevantes en nuestro mundo actual.


2 de enero: San Hilario, obispo y doctor de la Iglesia

PRIMERA LECTURA

Quien confiesa al Hijo posee también al Padre

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 2, 18-25

Hijos míos, es el momento final.

Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es el momento final.

Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros.

En cuanto a vosotros, estáis ungidos por el Santo, y todos vosotros lo conocéis.

Os he escrito, no porque desconozcáis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira viene de la verdad.

¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ése es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre.

En cuanto a vosotros, lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre; y ésta es la promesa que él mismo nos hizo: la vida eterna.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 109, 1. 2. 3. 4 (R.: 4 bc)

RTú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec.

Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies». R.

Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro;
somete en la batalla
a tus enemigos. R.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré como rocío,
antes de la aurora». R.

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec». R.


Aleluya y versículo antes del evangelio Mt 5, 16

Alumbre así vuestra luz a los hombres,
para que vean vuestras buenas obras
y den gloria a vuestro Padre.

EVANGELIO

Vosotros sois la luz del mundo

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 13-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?

No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.

Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.

Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.

Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.

No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley.

El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de enero


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