Santa Brígida

LECCIONARIO V. 23 de julio. Santa Brígida, religiosa y compatrona de Europa

Lecturas Santa Brígida, religiosa y compatrona de Europa.

23 de julio Santa Brígida

Santa Brígida de Suecia, cuya festividad se celebra el 23 de julio, fue una mística y religiosa del siglo XIV. Es una de las seis patronas de Europa.

Santa Brígida de Suecia, nacida en 1303, fue una mística, visionaria y fundadora religiosa. Su vida estuvo marcada por una profunda devoción, dedicación a la oración y un celo ardiente por la reforma religiosa. Fundó la Orden del Santísimo Salvador, conocida como las Brigidinas, y también desempeñó un papel activo en la vida política y religiosa de su tiempo.

Santa Brígida es reconocida como compatrona de Europa junto a San Benito, y ambos comparten esta distinción por su significativa contribución a la vida espiritual del continente. La espiritualidad de Santa Brígida se centraba en la contemplación de la Pasión de Cristo, y sus revelaciones místicas fueron recopiladas en el libro «Revelaciones Celestiales». Su profundo amor por Cristo y su deseo de una renovación espiritual influyeron en la espiritualidad de su tiempo y más allá.

La festividad de Santa Brígida es una oportunidad para reflexionar sobre su legado espiritual y su papel como patrona de Europa. Su vida nos recuerda la importancia de la oración, la contemplación y el servicio a los demás. Su reconocimiento como compatrona de Europa destaca la relevancia de su influencia espiritual y su contribución a la identidad cristiana del continente.

En la festividad de Santa Brígida, los fieles pueden inspirarse en su devoción, buscar una relación más profunda con Cristo y comprometerse con la renovación espiritual en sus propias vidas y en la sociedad. Que la intercesión de Santa Brígida fortalezca la fe de la Iglesia y anime a todos a seguir el ejemplo de esta santa, cuya vida y enseñanzas siguen siendo una fuente de inspiración para la Iglesia hoy en día.


23 de julio: Santa Brígida, religiosa y compatrona de Europa

PRIMERA LECTURA

Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 2, 19-20

Hermanos:

Para la Ley yo estoy muerto, porque la Ley me ha dado muerte; pero así vivo para Dios.

Estoy crucificado con Cristo: vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí.

Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9. 10-11 (R.: 2a)

R. Bendigo al Señor en todo momento.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloria en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R.

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R.

Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada. R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 15, 9b.

Permaneced en mi amor
—dice el Señor—:
el que permanece en mí y yo en él,
ése da fruto abundante.

EVANGELIO

El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante

Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador.

A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.

Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.

Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada.

Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.

Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de julio


error: Content is protected !!