LECCIONARIO V. 4 de julio. Santa Isabel de Portugal
Lecturas Santa Isabel de Portugal.
Santa Isabel de Portugal, también conocida como Isabel de Aragón, nació en 1271 y fue una figura notable por su piedad y generosidad. Contrajo matrimonio con Dionisio I, rey de Portugal, y durante su reinado, destacó por sus obras caritativas y su dedicación a los menos afortunados.
Su vida estuvo marcada por la práctica de la caridad, distribuyendo alimentos y ayuda a los pobres. Además, fundó hospitales y cuidó de los enfermos con sus propias manos. Santa Isabel también desempeñó un papel importante en la reconciliación de conflictos dentro de la familia real.
La tradición cuenta que, incluso después de la muerte de su esposo, Santa Isabel continuó su vida de servicio y renunció a las comodidades de la corte para vivir una vida más austera. Es recordada como un ejemplo de humildad, compasión y servicio hacia los menos privilegiados.
Si el 4 de julio se celebra la festividad de Santa Isabel de Portugal, en este día la Iglesia podría destacar su vida como un modelo de santidad y caridad. Su legado perdura como un recordatorio de la importancia de vivir la fe a través de acciones concretas de amor y servicio hacia los demás.
Que la festividad de Santa Isabel de Portugal inspire a los fieles a seguir su ejemplo, comprometiéndose con la caridad y la compasión hacia aquellos que necesitan ayuda en la sociedad actual. Que su intercesión fortalezca la generosidad y la solidaridad en el corazón de todos aquellos que celebran su memoria.
4 de julio: Santa Isabel de Portugal
PRIMERA LECTURA
También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 14-18
Queridos hermanos:
Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida: lo sabemos porque amamos a los hermanos.
El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida. Y sabéis que ningún homicida lleva en sí vida eterna. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos.
Pero si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios?
Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 111, 1-2. 3-4. 5-7a. 7b-8. 9 (R.: 1a)
R. Dichoso quien teme al Señor.
O bien:
R. Aleluya.
Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita. R.
En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo. R.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo;
no temerá las malas noticias. R.
Su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos. R.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad. R.
Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 13, 34
Os doy un mandamiento nuevo
—dice el Señor—:
que os améis unos a otros,
como yo os he amado.
EVANGELIO
Cada vez que lo hicisteis con mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis
Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 31-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones.
Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha:
«Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme».
Entonces los justos le contestarán:
«Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?».
Y el rey les dirá:
«Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis».
Y entonces dirá a los de su izquierda:
«Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis».
Entonces también éstos contestarán:
«Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?».
Y él replicará:
«Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo».
Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna».
Palabra del Señor.
O bien más breve:Cada vez que lo hicisteis con mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis
Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 31-40
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones.
Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha:
«Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme».
Entonces los justos le contestarán:
«Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?».
Y el rey les dirá:
«Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis»».
Palabra del Señor.
Lecturas del Leccionario V para el mes de julio