LECCIONARIO V. 29 de julio. Santa Marta
Lecturas Santa Marta.
Hoy, el 29 de julio, el Leccionario de la Iglesia Católica nos invita a reflexionar sobre la festividad de Santa Marta, una figura clave en el Evangelio y una amiga cercana de Jesús.
Marta es mencionada en varias ocasiones en el Evangelio, especialmente en el Evangelio de Lucas. Uno de los pasajes más conocidos es la visita de Jesús a la casa de Marta y su hermana María. Mientras María elige sentarse a los pies de Jesús y escuchar sus enseñanzas, Marta se preocupa por las tareas domésticas. En un momento, Marta expresa su inquietud al Maestro, y Jesús le responde con palabras de comprensión y sabiduría, destacando la importancia del equilibrio entre el servicio y la contemplación.
La festividad de Santa Marta nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la relación especial que ella compartió con Jesús. A pesar de las ocupaciones cotidianas, Marta mostró su amor y hospitalidad hacia Jesús en su hogar. Su confianza y apertura hacia el Señor le permitieron recibir palabras de aliento y consuelo.
Santa Marta nos recuerda que el servicio a los demás es una expresión valiosa de nuestra fe. Al igual que ella, a menudo nos encontramos inmersos en las ocupaciones diarias, pero la forma en que llevamos a cabo estas tareas puede convertirse en una oportunidad para servir a Cristo en nuestros hermanos y hermanas.
Que la festividad de Santa Marta inspire a los creyentes a buscar el equilibrio entre la actividad y la contemplación, reconociendo la presencia de Cristo en todas las circunstancias. Que su ejemplo de hospitalidad y servicio nos anime a acoger al Señor en nuestras vidas diarias y a ver cada tarea como una oportunidad para amar y servir a los demás.
Que la intercesión de Santa Marta fortalezca a todos aquellos que se esfuerzan por seguir a Jesús en medio de las responsabilidades diarias. Que su festividad sea un recordatorio de que, al recibir y servir a los demás con amor, también servimos al Señor que nos llama a ser testigos de su amor y gracia en el mundo.
29 de julio: Santa Marta
PRIMERA LECTURA
Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 4, 7-16
Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación para nuestros pecados.
Queridos hermanos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud.
En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo.
Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él.
Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9. 10-11 (R.: 2a)
R. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R.
El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R.
Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada. R.
Aleluya Jn 8, 12b
Yo soy la luz del mundo
—dice el Señor—;
el que me sigue tendrá la luz de la vida.
EVANGELIO
Creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios
Lectura del santo evangelio según san Juan 11, 19-27
En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús:
—«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».
Jesús le dijo:
—«Tu hermano resucitará».
Marta respondió:
—«Sé que resucitará en la resurrección del último día».
Jesús le dice:
—«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?».
Ella le contestó:
—«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».
Palabra del Señor.
O bien:
Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo:
—«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano».
Pero el Señor le contestó:
—«Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán».
Palabra del Señor.
Lecturas del Leccionario V para el mes de julio