San Alfonso María de Ligorio

LECCIONARIO V. 1 de agosto. San Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la Iglesia

Lecturas San Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la Iglesia.

1 de agosto San Alfonso María de Ligorio

El 1 de agosto, el Leccionario de la Iglesia Católica nos invita a reflexionar sobre la festividad de San Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la Iglesia. San Alfonso, nacido en Nápoles en 1696, fue un sacerdote redentorista, teólogo moral y fundador de la Congregación del Santísimo Redentor (los Redentoristas). Su vida y obra han dejado una marca indeleble en la espiritualidad católica.

San Alfonso dedicó su vida al servicio de Dios y al cuidado pastoral. Su obra más conocida, «Las Glorias de María», destaca su profunda devoción a la Virgen María. Además, es conocido por sus contribuciones significativas a la teología moral, siendo autor de «Teología moral», una obra que ha influido en la enseñanza moral de la Iglesia.

El enfoque de San Alfonso en la misericordia divina y en el amor de Dios le valió el título de «Doctor de la Iglesia». Su enseñanza se centraba en la accesibilidad de la redención divina para todos, recordándonos constantemente que ningún pecado es demasiado grande para la misericordia de Dios.

La Congregación del Santísimo Redentor, fundada por San Alfonso, se compromete con la predicación misionera y la promoción de la devoción al Santísimo Sacramento. Los Redentoristas continúan su labor en todo el mundo, llevando el mensaje de la redención y la misericordia divina a diversas comunidades.

En la festividad de San Alfonso María de Ligorio, la Iglesia celebra su legado de enseñanza, devoción mariana y pastoral. Su vida nos recuerda la importancia de la oración, la confianza en la misericordia divina y el servicio desinteresado a los demás.

Que la festividad de San Alfonso inspire a los creyentes a profundizar en su relación con Dios y a confiar en la abundante misericordia del Señor. Que su intercesión fortalezca a la Iglesia, especialmente en la labor misionera y en la promoción de la devoción a la Virgen María. Que San Alfonso, obispo y doctor de la Iglesia, sea un guía en nuestro camino espiritual, recordándonos siempre la generosidad del amor redentor de Cristo.


1 de agosto: San Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la Iglesia

PRIMERA LECTURA

Por la unión con Cristo Jesús, la ley del Espíritu de vida me ha librado de la ley del pecado y de la muerte

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 1-4

Hermanos:
Ahora no pesa condena alguna sobre los que están unidos a Cristo Jesús, pues, por la unión con Cristo Jesús, la ley del Espíritu de vida me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Lo que no pudo hacer la Ley, reducida a la impotencia por la carne, lo ha hecho Dios: envió a su Hijo encarnado en una carne pecadora como la nuestra, haciéndolo víctima por el pecado, y en su carne condenó el pecado.

Así, la justicia que proponía la Ley puede realizarse en nosotros, que ya no procedemos dirigidos por la carne, sino por el Espíritu.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 118, 9. 10. 11. 12. 13. 14 (R.: 12b)

R. Enséñame, Señor, tus leyes.

¿Cómo podrá un joven andar honestamente?
Cumpliendo tus palabras. R.

Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe de tus mandamientos. R.

En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra ti. R.

Bendito eres, Señor,
enséñame tus leyes. R.

Mis labios van enumerando
los mandamientos de tu boca. R.

Mi alegría es el camino de tus preceptos,
más que todas las riquezas. R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Mt 5, 16

Alumbre así vuestra luz a los hombres,
para que vean vuestras buenas obras
y den gloria a vuestro Padre.

EVANGELIO

Vosotros sois la luz del mundo

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 13-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?

No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.

Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.

Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.

Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.

No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley.

El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de agosto


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