San José de Calasanz

LECCIONARIO V. 25 de agosto. San José de Calasanz, presbítero

Lecturas San José de Calasanz, presbítero.

25 de agosto San José de Calasanz

El 25 de agosto, el Leccionario de la Iglesia Católica nos invita a recordar y celebrar la festividad de San José de Calasanz, presbítero. San José de Calasanz fue un sacerdote y educador español del siglo XVII, conocido por su dedicación a la educación de los jóvenes y su contribución al ámbito educativo.

Nacido en 1557 en Aragón, España, José de Calasanz fue ordenado sacerdote y dedicó su vida al servicio de la Iglesia y a la educación. Fundó la Orden de las Escuelas Pías, una congregación religiosa dedicada a la enseñanza y formación de los jóvenes, especialmente de aquellos en situaciones de vulnerabilidad y necesidad.

La misión de San José de Calasanz se centró en proporcionar educación integral, que no solo abarcara el conocimiento académico, sino también la formación moral y espiritual. Su enfoque innovador y su compromiso con los estudiantes lo llevaron a establecer escuelas gratuitas y a desarrollar métodos pedagógicos avanzados para su época.

La festividad de San José de Calasanz nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de la educación como medio para formar personas íntegras y contribuir al bienestar de la sociedad. Su dedicación a los jóvenes y su visión educativa destacan la influencia positiva que la educación puede tener en la vida de las personas y en la construcción de comunidades más justas.

Que la festividad de San José de Calasanz inspire a educadores y líderes a seguir su ejemplo de servicio desinteresado en el campo educativo. Que su compromiso con los jóvenes y su visión de una educación integral motiven a todos a trabajar por un acceso equitativo a la educación y a valorar el desarrollo integral de las personas.


25 de agosto: San José de Calasanz, presbítero

PRIMERA LECTURA

El amor no pasa nunca

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12, 31—13, 13

Hermanos:

Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional.

Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden.

Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada.

Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve.

El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.

Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites.

El amor no pasa nunca.

¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se acabará.

Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero, cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará.

Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre, acabé con las cosas de niño.

Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce.

En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor.

Palabra de Dios.

El amor no pasa nunca

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 13, 4-13

Hermanos:

El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.

Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites.

El amor no pasa nunca.

¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se acabará.

Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero, cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará.

Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre, acabé con las cosas de niño.

Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce.

En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9. 10-11 (R.: 2a)

R. Bendigo al Señor en todo momento.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R.

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R.

Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada. R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Mt 23, 11. 12b

El primero entre vosotros será vuestro servidor
—dice el Señor—,
y el que se humilla será enaltecido.

EVANGELIO

El que acoge a un niño en mi nombre me acoge a mí

Lectura del santo evangelio según san Mateo 18, 1-5

En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:

—«¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?».

Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo:

—«Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de agosto


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