LECCIONARIO V. 14 de agosto. San Maximiliano María Kolbe, presbítero y mártir
Lecturas San Maximiliano María Kolbe, presbítero y mártir.
El 14 de agosto, el Leccionario de la Iglesia Católica nos invita a reflexionar sobre la vida y el martirio de San Maximiliano María Kolbe, presbítero y mártir. Este valiente sacerdote franciscano polaco es recordado por su extraordinario acto de amor y sacrificio durante la Segunda Guerra Mundial.
San Maximiliano Kolbe nació en 1894 y, desde joven, mostró una profunda devoción a la Virgen María. Después de entrar en la Orden Franciscana, fundó el monasterio de Niepokalanów en Polonia, dedicado a la Inmaculada Concepción. Durante la ocupación nazi, continuó su obra y también proporcionó refugio a miles de refugiados.
En 1941, San Maximiliano fue arrestado y enviado al campo de concentración de Auschwitz. En agosto de 1941, un prisionero escapó y, como represalia, las autoridades nazis seleccionaron a diez hombres para ser ejecutados. Cuando uno de ellos, Franciszek Gajowniczek, imploró por su vida y la de su familia, San Maximiliano se ofreció voluntariamente para tomar su lugar.
Este acto heroico de amor y sacrificio culminó en la celda de la muerte, donde San Maximiliano ayudó a sus compañeros a mantener la esperanza y la fe. Finalmente, fue ejecutado por una inyección letal el 14 de agosto de 1941.
La festividad de San Maximiliano Kolbe nos invita a reflexionar sobre el amor heroico que él mostró al dar su vida por otro. Su valentía y entrega total reflejan la enseñanza de Jesús sobre el amor sacrificial, que alcanza su plenitud en el don de la propia vida por los demás.
Que la festividad de San Maximiliano Kolbe inspire a los creyentes a vivir el Evangelio con valentía y generosidad. Que su ejemplo nos motive a superar el egoísmo y a buscar oportunidades para servir a los demás, incluso cuando implica sacrificio.
14 de agosto: San Maximiliano María Kolbe, presbítero y mártir
PRIMERA LECTURA
Los recibió como sacrificio de holocausto
Lectura del libro de la Sabiduría 3, 1-9
La vida de los justos está en manos de Dios,
y no los tocará el tormento.
La gente insensata pensaba que morían,
consideraba su tránsito como una desgracia,
y su partida de entre nosotros como una destrucción;
pero ellos están en paz.
La gente pensaba que cumplían una pena,
pero ellos esperaban de lleno la inmortalidad;
sufrieron pequeños castigos, recibirán grandes favores,
porque Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí;
los probó como oro en crisol,
los recibió como sacrificio de holocausto;
a la hora de la cuenta resplandecerán
como chispas que prenden por un cañaveral;
gobernarán naciones, someterán pueblos,
y el Señor reinará sobre ellos eternamente.
Los que confían en él comprenderán la verdad,
los fieles a su amor seguirán a su lado;
porque quiere a sus devotos, se apiada de ellos
y mira por sus elegidos.
Palabra de Dios.
O bien:
También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 13-18
No os sorprenda, hermanos, que el mundo os odie; nosotros hemos pasado de la muerte a la vida: lo sabemos porque amamos a los hermanos.
El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida. Y sabéis que ningún homicida lleva en sí vida eterna. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos.
Pero si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios? Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 115, 10-11. 12-13. 16-17 (R.: 15a)
R. Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!».
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos». R.
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre. R.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor. R.
Aleluya Jn 12, 15
El que se aborrece a sí mismo en este mundo
se guardará para la vida eterna.
EVANGELIO
Nadie tiene amor más grande
Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 12-16
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé».
Palabra del Señor.
Lecturas del Leccionario V para el mes de agosto
1 de agosto: San Alfonso María de Ligorio
2 de agosto: San Eusebio de Vercelli
3 de agosto: San Pedro Julián Eymard
4 de agosto: San Juan María Vianney
5 de agosto: La Dedicación de la basílica de Santa María
6 de agosto: La Transfiguración del Señor
7 de agosto: San Sixto II y compañeros
7 de agosto: San Cayetano
8 de agosto: Santo Domingo de Guzmán
9 de agosto: Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein)
10 de agosto: San Lorenzo
11 de agosto: Santa Clara
13 de agosto: San Ponciano y san Hipólito
14 de agosto: San Maximiliano María Kolbe
15 de agosto: La Asunción de la Virgen María
16 de agosto: San Esteban de Hungría
19 de agosto: San Juan Eudes
19 de agosto: San Ezequiel Moreno
20 de agosto: San Bernardo
21 de agosto: San Pío X
22 de agosto: Santa María Virgen, Reina
23 de agosto: Santa Rosa de Lima
24 de agosto: San Bartolomé
25 de agosto: San Luis de Francia
25 de agosto: San José de Calasanz
26 de agosto: Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars
27 de agosto: Santa Mónica
28 de agosto: San Agustín
29 de agosto: El Martirio de san Juan Bautista