San Cayetano

LECCIONARIO V. 7 de agosto. San Cayetano, presbítero

Lecturas San Cayetano, presbítero.

7 de agosto San Cayetano

El 7 de agosto, el Leccionario de la Iglesia Católica nos invita a celebrar la festividad de San Cayetano, presbítero. San Cayetano, también conocido como San Gaetano, nació en Vicenza, Italia, en 1480. Fue un sacerdote, teólogo y fundador de la Orden de los Clérigos Regulares, conocidos como teatinos, una congregación religiosa centrada en la vida apostólica y la renovación espiritual.

San Cayetano fue un hombre dedicado al servicio de la Iglesia y al bienestar espiritual de las personas. Su vida estuvo marcada por una profunda devoción a la Eucaristía y una búsqueda constante de la reforma eclesiástica. Fundó la orden teatina con el propósito de promover la santidad sacerdotal y la renovación espiritual en la sociedad de su tiempo.

Este santo presbítero destacó por su preocupación por los menos afortunados y por su dedicación a aliviar las necesidades de los pobres y enfermos. Su vida y enseñanzas reflejan el deseo de vivir el Evangelio de manera auténtica y de responder a las necesidades concretas de su tiempo.

La festividad de San Cayetano es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la caridad y la preocupación por los demás en la vida cristiana. Su ejemplo nos anima a buscar la santidad en medio de nuestras responsabilidades cotidianas y a ser agentes de cambio en la sociedad, especialmente en favor de aquellos que más necesitan ayuda.

Que la festividad de San Cayetano inspire a los creyentes a seguir su ejemplo de amor desinteresado y servicio a los demás. Que su dedicación a la Eucaristía y su compromiso con la renovación espiritual continúen siendo fuentes de inspiración para la Iglesia y para todos aquellos que buscan vivir el Evangelio de manera auténtica.

Que la intercesión de San Cayetano fortalezca a los sacerdotes y a todos los que trabajan por la justicia y la caridad en la sociedad. Que su legado nos anime a vivir vidas centradas en el amor de Cristo, respondiendo con generosidad a las necesidades de nuestro prójimo.


7 de agosto: San Cayetano, presbítero

PRIMERA LECTURA

Los que teméis al Señor, confiad, esperad, amad

Lectura del libro de Sirácida 2, 7-13

Los que teméis al Señor, esperad en su misericordia,
y no os apartéis, para no caer;

los que teméis al Señor, confiad en él,
que no retendrá vuestro salario hasta mañana;

los que teméis al Señor, esperad bienes,
gozo perpetuo y salvación;

los que teméis al Señor, amadlo,
y él iluminará vuestro corazones.

Fijaos en las generaciones pretéritas:
¿quién confió en el Señor y quedó defraudado?;
¿quién esperó en él y quedó abandonando?;
¿quién gritó a él y no fue escuchado?

Porque el Señor es clemente y misericordioso,
perdona el pecado y salva del peligro.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 111, 1-2. 3-4. 5-7a. 7b-8. 9 (R.: 1a)

R. Dichoso quien teme al Señor.

R. Aleluya.

Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita. R.

En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo. R.

Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo;
no temerá las malas noticias. R.

Su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos. R.

Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad. R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Mt 5, 3

Dichosos los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.

EVANGELIO

Vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino

Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 32-34

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino.

Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos talegas que no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo, a donde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de agosto


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