San Eusebio de Vercelli

LECCIONARIO V. 2 de agosto. San Eusebio de Vercelli, obispo

Lecturas San Eusebio de Vercelli, obispo.

2 de agosto San Eusebio de Vercelli

El 2 de agosto, el Leccionario de la Iglesia Católica nos invita a reflexionar sobre la festividad de San Eusebio de Vercelli, obispo. San Eusebio, nacido en Cerdeña en el año 283, fue un líder eclesiástico y defensor de la ortodoxia durante una época de desafíos teológicos.

San Eusebio desempeñó un papel fundamental en la defensa de la fe católica durante el periodo conocido como la controversia arriana, que se centró en la relación entre el Padre y el Hijo en la Santísima Trinidad. Como obispo de Vercelli, San Eusebio fue un firme defensor de la doctrina trinitaria y participó activamente en los concilios que buscaban abordar estas cuestiones teológicas.

Además de su papel en la controversia arriana, San Eusebio también fue un ferviente promotor de la vida monástica y de la disciplina eclesiástica. Contribuyó significativamente al desarrollo de la vida monástica en Italia y abogó por una Iglesia unida en la fe y la disciplina.

La festividad de San Eusebio de Vercelli nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de la ortodoxia y la unidad en la Iglesia. Su valiente defensa de la fe y su liderazgo en tiempos de controversia destacan la importancia de permanecer firmes en los principios fundamentales de la doctrina cristiana.

Que la festividad de San Eusebio inspire a los fieles a defender la fe con valentía y a trabajar por la unidad en la Iglesia. Que su ejemplo nos anime a comprometernos con la ortodoxia y a buscar la verdad en nuestra propia vida espiritual.

Que la intercesión de San Eusebio de Vercelli fortalezca a la Iglesia, especialmente en tiempos de desafíos teológicos y divisiones. Que su legado nos recuerde la importancia de permanecer arraigados en la verdad y de trabajar juntos para el bien común de la comunidad cristiana.


2 de agosto: San Eusebio de Vercelli, obispo

PRIMERA LECTURA

Lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 5, 1-5

Queridos hermanos:

Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama también al que ha nacido de él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe.

¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 88, 2-3. 4-5. 21-22. 25 y 27 (R.: cf. 2a)

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad». R.

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades. R.

Encontré a David, mi siervo,
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga valeroso. R.

Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán,
por mi nombre crecerá su poder.
Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora». R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Mt 5, 3

Dichosos los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.

EVANGELIO

Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a


En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:

—«Dichosos los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.

Dichosos los que lloran,
porque ellos serán consolados.

Dichosos los sufridos,
porque ellos heredarán la tierra.

Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia,
porque ellos quedarán saciados.

Dichosos los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.

Dichosos los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.

Dichosos los que trabajan por la paz,
porque ellos se llamarán los Hijos de Dios.

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos.

Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de agosto


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