San Pío X

LECCIONARIO V. 21 de agosto. San Pío X, papa

Lecturas San Pío X, papa.

21 de agosto San Pío X

El 21 de agosto, el Leccionario de la Iglesia Católica nos invita a recordar y celebrar la festividad de San Pío X, Papa. Nacido Giuseppe Melchiorre Sarto en 1835, San Pío X se destacó por su amor a la liturgia, su devoción a la Eucaristía y su profundo compromiso con la enseñanza y la pastoral.

Elegido Papa en 1903, San Pío X inició reformas significativas en la Iglesia. Buscó revitalizar la vida espiritual de los fieles y promover la santidad personal a través de una mayor participación en la liturgia. Fue un defensor apasionado de la comunión frecuente y de la recepción de la Eucaristía por parte de los fieles.

San Pío X también abordó las cuestiones teológicas y sociales de su tiempo, combatiendo la herejía modernista y promoviendo la formación adecuada del clero. Su preocupación por la unidad de la Iglesia y su dedicación a la educación y la catequesis le valieron el reconocimiento como Papa Santo.

La festividad de San Pío X nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de la liturgia, la Eucaristía y la formación espiritual en la vida de la Iglesia. Su legado destaca la necesidad de una fe auténtica arraigada en la adoración y el conocimiento profundo de la doctrina católica.

Que la festividad de San Pío X inspire a los creyentes a profundizar en su relación con Cristo a través de la liturgia y la Eucaristía. Que su ejemplo de liderazgo pastoral y su amor por la verdad teológica motiven a la Iglesia a seguir fortaleciendo la formación espiritual y catequética.


21 de agosto: San Pío X, papa

PRIMERA LECTURA

Deseábamos entregaros no sólo el Evangelio, sino hasta nuestras propias personas

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 2, 2b-8

Hermanos:

Tuvimos valor —apoyados en nuestro Dios— para predicaros el Evangelio de Dios en medio de fuerte oposición. Nuestra exhortación no procedía de error o de motivos turbios, ni usaba engaños, sino que Dios nos ha aprobado y nos ha confiado el Evangelio, y así lo predicamos, no para contentar a los hombres, sino a Dios, que aprueba nuestras intenciones.

Como bien sabéis, nunca hemos tenido palabras de adulación ni codicia disimulada. Dios es testigo. No pretendimos honor de los hombres, ni de vosotros, ni de los demás, aunque, como apóstoles de Cristo, podíamos haberos hablado autoritariamente; por el contrario, os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos.

Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 88, 2-3. 4-5. 21-22. 25 y 27 (R.: cf. 2a)

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad». R.

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades. R.

Encontré a David, mi siervo,
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga valeroso. R.

Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán,
por mi nombre crecerá su poder.
Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora». R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 10, 14

Yo soy el buen Pastor
—dice el señor—,
conozco a mis ovejas, y las mías me conocen.

EVANGELIO

Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas

Lectura del santo evangelio según san Juan 21, 15-17

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón Pedro:

—«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?».

Él le contestó:

—«Sí, Señor, tú sabes que te quiero».

Jesús le dice:

-«Apacienta mis corderos».

Por segunda vez le pregunta:

—«Simón, hijo de Juan, ¿me amas?».

Él le contesta:

—«Sí, Señor, tú sabes que te quiero».

Él le dice:

—«Pastorea mis ovejas».

Por tercera vez le pregunta:

—«Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?».

Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó:

—«Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero».

Jesús le dice:

—«Apacienta mis ovejas».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de agosto


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