San Agustín de Cantorbery

LECCIONARIO V. 27 de mayo. San Agustín de Cantorbery, obispo

Lecturas San Agustín de Cantorbery, obispo.

27 de mayo San Agustín de Cantorbery

El 27 de mayo, según el Leccionario, la Iglesia Católica conmemora la memoria de San Agustín de Cantorbery, obispo. Este día nos invita a reflexionar sobre la vida y el legado de un hombre cuya dedicación a la fe y al servicio pastoral dejó una marca perdurable en la historia de la Iglesia en Inglaterra.

San Agustín de Cantorbery, nacido a finales del siglo VI en Roma, fue enviado por el Papa Gregorio Magno en el año 596 para llevar a cabo la misión de evangelizar a los anglosajones en Inglaterra. La misión de San Agustín fue un esfuerzo significativo para difundir el cristianismo en la región y establecer una presencia eclesiástica sólida.

Al llegar a Inglaterra, San Agustín fue bien recibido por el rey Etelberto de Kent. Su labor evangelizadora no solo se centró en la predicación del Evangelio, sino también en la construcción de iglesias, monasterios y la formación de clérigos locales. A través de su trabajo incansable, contribuyó significativamente a la consolidación del cristianismo en la Inglaterra anglosajona.

San Agustín fue consagrado como el primer arzobispo de Cantorbery en el año 601, y su liderazgo pastoral fue fundamental en el establecimiento de la Iglesia en Inglaterra. No solo se preocupó por la difusión del Evangelio, sino que también promovió la unidad dentro de la Iglesia y trabajó para reconciliar a las diversas comunidades cristianas existentes en ese momento.

La festividad de San Agustín de Cantorbery nos brinda la oportunidad de recordar y apreciar el sacrificio y la dedicación de este obispo misionero que desempeñó un papel crucial en la consolidación del cristianismo en Inglaterra. Su legado perdura en la historia de la Iglesia y en la tradición cristiana de la región.

En este día, al contemplar la figura de San Agustín de Cantorbery, se nos invita a valorar la importancia de la evangelización, la unidad en la fe y el servicio pastoral en la construcción y fortalecimiento de la comunidad cristiana. Que su ejemplo nos inspire a comprometernos con la expansión del Evangelio y a trabajar por la unidad y la paz dentro de la Iglesia.


27 de mayo: San Agustín de Cantorbery, obispo

PRIMERA LECTURA

Deseábamos entregaros no sólo el Evangelio, sino hasta nuestras propias personas

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 2, 2b-8

Hermanos:

Tuvimos valor —apoyados en nuestro Dios— para predicaros el Evangelio de Dios en medio de fuerte oposición. Nuestra exhortación no procedía de error o de motivos turbios, ni usaba engaños, sino que Dios nos ha aprobado y nos ha confiado el Evangelio, y así lo predicamos, no para contentar a los hombres, sino a Dios, que aprueba nuestras intenciones.

Como bien sabéis, nunca hemos tenido palabras de adulación ni codicia disimulada. Dios es testigo. No pretendimos honor de los hombres, ni de vosotros, ni de los demás, aunque, como apóstoles de Cristo, podíamos haberos hablado autoritariamente; por el contrario, os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos.

Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 10 (R.: 3)

R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor,
bendecid su nombre. R.

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R.

Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente». R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 10, 14

Yo soy el buen Pastor
—dice el Señor—,
conozco mis ovejas, y las mías me conocen.

EVANGELIO

La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 35-38

En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias.

Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:

—«La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de mayo


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