San Isidro

LECCIONARIO V. 15 de mayo. San Isidro, labrador

Lecturas San Isidro, labrador.

15 de mayo San Isidro

El 15 de mayo, la Iglesia celebra la fiesta de San Isidro Labrador, un santo venerado no solo por los agricultores, sino por todos aquellos que buscan la santidad en la vida cotidiana. El Leccionario V, dedicado a su conmemoración, nos invita a reflexionar sobre la vida sencilla, la labor honrada y el compromiso con la justicia, valores que encarna San Isidro.

San Isidro Labrador fue un campesino que vivió en Madrid en el siglo XI. A pesar de su humilde vida como agricultor, es recordado por su profunda fe y su generosidad hacia los pobres. Se dice que mientras trabajaba en el campo, a menudo veía ángeles que araban los campos a su lado. También se le atribuyen varios milagros relacionados con la provisión de alimentos y agua.

El Leccionario V, que se utiliza en la liturgia de la Iglesia Católica, contiene las lecturas bíblicas que se proclaman en la celebración eucarística. En la festividad de San Isidro Labrador, las lecturas están orientadas a resaltar la vida y las virtudes de este santo.

La celebración de San Isidro Labrador es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia del trabajo y la generosidad en nuestra vida cristiana. Nos invita a seguir el ejemplo de San Isidro, que a través de su trabajo humilde y su generosidad hacia los demás, demostró su amor a Dios y a su prójimo. Su historia nos recuerda que todos estamos llamados a servir a Dios y a los demás en nuestra vida diaria, sin importar nuestra ocupación o estatus social.


15 de mayo: San Isidro, labrador

PRIMERA LECTURA. En tiempo pascual

El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra

Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 7-8. 11. 16-18

Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía. Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca.

Llamamos dichosos a los que tuvieron constancia. Habéis oído ponderar la paciencia de Job y conocéis el fin que le otorgó el Señor. Porque el Señor es compasivo y misericordioso.

Así pues, confesaos los pecados unos a otros, y rezad unos por otros, para que os curéis. Mucho puede hacer la oración intensa del justo. Elías, que era un hombre de la misma condición que nosotros, oró fervorosamente para que no lloviese; y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. Luego volvió a orar, y el cielo derramó lluvia y la tierra produjo sus frutos.

Palabra de Dios.

PRIMERA LECTURA. Fuera del tiempo pascual

Someted la tierra

Lectura del libro del Génesis 1, 1-2. 11-13. 26-28

Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era un caos informe; sobre la faz del abismo, las tinieblas. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.

Y dijo Dios:

—«Verdee la tierra hierba verde que engendre semilla, y árboles frutales que den fruto según su especie y que lleven semilla sobre la tierra».

Y así fue.

La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla según su especie.

Y vio Dios que era bueno.

Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero.

Y dijo Dios:

—«Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra».

Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó.

Y los bendijo Dios y les dijo:

—«Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 1, 1-2. 3. 4 y 6 (R.: 2a)

R. Su gozo es la ley del Señor

O bien:

R. Aleluya.

Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R.

Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R.

No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R.

Aleluya Jn 15, 9b. 5b

Permaneced en mi amor
—dice el Señor—;
el que permanece en mí y yo en él,
ése da fruto abundante.

EVANGELIO

Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador

Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 1-7

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.

Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de mayo


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