San Felipe Neri

LECCIONARIO V. 26 de mayo. San Felipe Neri, presbítero

Lecturas San Felipe Neri, presbítero.

26 de mayo San Felipe Neri

El 26 de mayo, el Leccionario nos invita a reflexionar sobre la vida y el legado espiritual de San Felipe Neri, un presbítero italiano del siglo XVI que se destacó por su profunda espiritualidad, su amor por Dios y su servicio a los demás.

Nacido en Florencia en 1515, San Felipe Neri dedicó su vida al servicio de Dios y de los más necesitados. Fundó la Congregación del Oratorio, una comunidad de sacerdotes comprometidos con la predicación del Evangelio, la oración y la atención pastoral de las personas. San Felipe Neri entendía que la verdadera transformación espiritual se lograba a través de la experiencia personal de Dios y el amor fraterno.

Su carisma y alegría contagiosa lo convirtieron en un líder espiritual muy querido entre los fieles de su tiempo. San Felipe Neri era conocido por su capacidad para conectar con la gente común y corriente, así como con los miembros de la alta sociedad. Su enfoque pastoral se basaba en la amabilidad, la compasión y el buen humor, atrayendo a muchos hacia una vida más profunda de fe y compromiso con Cristo.

San Felipe Neri también fue un gran promotor de la devoción eucarística y del sacramento de la reconciliación. Fomentaba la participación activa de los fieles en la liturgia y en la vida sacramental de la Iglesia, reconociendo la importancia de la comunión con Cristo y con la comunidad de creyentes.

En este día en que recordamos a San Felipe Neri, podemos aprender de su ejemplo de humildad, servicio y alegría en el Señor. Su vida nos recuerda que la santidad no está reservada para unos pocos privilegiados, sino que está al alcance de todos aquellos que responden con generosidad al llamado de Dios y se entregan al servicio de los demás.

Que la memoria de San Felipe Neri nos inspire a buscar a Dios en todas las cosas, a vivir con alegría y gratitud, y a compartir el amor de Cristo con todos aquellos que encontramos en nuestro camino. Que su intercesión nos guíe en nuestro viaje espiritual y nos ayude a seguir los pasos de Jesús con humildad y generosidad de corazón.


26 de mayo: San Felipe Neri, presbítero

PRIMERA LECTURA

Todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 4-9

Hermanos:

Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca.

Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta. Y lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis, visteis en mí, ponedlo por obra.

Y el Dios de la paz estará con vosotros.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9. 10-11 (R.: 2a)

R. Bendigo al Señor en todo momento.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R.

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R.

Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada. R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 15, 9b. 5b

Permaneced en mi amor
—dice el Señor—;
el que permanece en mí y yo en él,
ése da fruto abundante.

EVANGELIO

Padre, éste es mi deseo: que estén conmigo donde yo estoy

Lectura del santo evangelio según san Juan 17, 20-26

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo:

—«Padre santo, no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.

También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí.

Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo.

Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de mayo


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