San Ambrosio

LECCIONARIO V. 7 de diciembre. San Ambrosio, obispo y doctor de la Iglesia

Lecturas San Ambrosio, obispo y doctor de la Iglesia.

7 de diciembre San Ambrosio

El 7 de diciembre, la Iglesia Católica celebra la festividad de San Ambrosio, obispo y doctor de la Iglesia. San Ambrosio es reconocido como uno de los grandes Padres de la Iglesia y uno de los pilares del cristianismo en el siglo IV.

San Ambrosio nació en Tréveris, en la actual Alemania, a principios del siglo IV. Aunque nació en una familia pagana, fue educado en la fe cristiana y se convirtió en un ferviente seguidor de Cristo. Su profundo conocimiento de las Escrituras y su elocuencia le llevaron a ser nombrado obispo de Milán, una de las ciudades más importantes del Imperio Romano.

Como obispo, San Ambrosio se destacó por su liderazgo y su defensa de la fe católica. Se opuso a las herejías del arrianismo y del paganismo, y luchó por preservar la unidad y la ortodoxia de la Iglesia. Sus escritos y sus sermones son considerados valiosos recursos teológicos y pastorales hasta el día de hoy.

San Ambrosio también fue conocido por su compromiso con la caridad y la justicia social. Se preocupaba profundamente por los pobres y los oprimidos, y utilizó su posición y su influencia para ayudar a los necesitados. Fue un ejemplo de humildad y servicio, y se ganó el respeto y la admiración de muchos.

Además de su labor pastoral y teológica, San Ambrosio también fue un destacado compositor de himnos. Sus himnos litúrgicos, como el famoso «Te Deum», aún se cantan en la Iglesia hoy en día, y su legado musical ha enriquecido la adoración cristiana a lo largo de los siglos.

En la festividad de San Ambrosio, podemos reflexionar sobre su ejemplo de liderazgo y su defensa valiente de la fe. Podemos pedir su intercesión para que nos guíe en nuestra vida cristiana y para que nos dé la sabiduría y la valentía para defender la verdad del Evangelio en medio de un mundo cambiante.

Que San Ambrosio, obispo y doctor de la Iglesia, nos inspire a amar y defender nuestra fe con valentía y humildad. Que su ejemplo nos anime a vivir vidas de caridad y justicia, y a utilizar nuestros dones y talentos para el servicio de los demás. Amén.


7 de diciembre: San Ambrosio, obispo y doctor de la Iglesia

PRIMERA LECTURA

Anunciar a los gentiles la riqueza insondable que: es Cristo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 3, 8-12

Hermanos:

A mí, el más insignificante de todos los santos, se me ha dado esta gracia: anunciar a los gentiles la riqueza insondable que es Cristo, y aclarar a todos la realización del misterio, escondido desde el principio de los siglos en Dios, creador de todo.

Así, mediante la Iglesia, los Principados y Potestades en los cielos conocen ahora la multiforme sabiduría de Dios, según el designio eterno, realizado en Cristo Jesús, Señor nuestro, por quien tenemos libre y confiado acceso a Dios, por la fe en él.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 88, 2-3. 4-5. 21-22. 25 y 27 (R.: cf. 2a)

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad». R.

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades. R.

Encontré a David, mi siervo,
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga valeroso. R.

Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán,
por mi nombre crecerá su poder.
Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora». R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 10, 14

Yo soy el buen Pastor
—dice el Señor—,
conozco a mis ovejas, y las mías me conocen.


EVANGELIO

El buen pastor da la vida por las ovejas

Lectura del santo evangelio según san Juan 10, 11-16

En aquel tiempo, dijo Jesús:

—«Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.

Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.

Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de diciembre


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