LECCIONARIO V. 27 de diciembre. San Juan, apóstol y evangelista
Lecturas San Juan, apóstol y evangelista.
El 27 de diciembre, la Iglesia Católica celebra la memoria de San Juan, apóstol y evangelista. San Juan es conocido como el «discípulo amado» y es uno de los pilares fundamentales de la Iglesia primitiva. Su vida y escritos han dejado un profundo impacto en la fe cristiana.
San Juan fue uno de los doce apóstoles elegidos personalmente por Jesús. Junto con Pedro y Santiago, formó parte del círculo íntimo de Jesús y tuvo la bendición de presenciar momentos trascendentales de la vida del Señor, como la Transfiguración y la Última Cena.
El amor de San Juan por Jesús se refleja en su evangelio y en sus escritos. Su evangelio es conocido por su enfoque en el amor divino y en la identidad de Jesús como el Hijo de Dios. San Juan nos muestra a un Jesús compasivo y lleno de misericordia, que vino al mundo para salvar a la humanidad y revelar el amor del Padre.
Además de su evangelio, San Juan también escribió las tres epístolas conocidas como 1 Juan, 2 Juan y 3 Juan. En estas cartas, enfatiza la importancia del amor fraterno, la obediencia a los mandamientos de Dios y la necesidad de permanecer en la verdad y el amor de Cristo.
San Juan también es conocido como el autor del Apocalipsis, un libro profético que revela visiones sobre el fin de los tiempos y la victoria final de Cristo sobre el mal. A través de este libro, San Juan nos muestra la esperanza y la promesa de la vida eterna en comunión con Dios.
La vida y los escritos de San Juan nos invitan a profundizar en nuestra relación con Jesús y a vivir una vida de amor y fidelidad a Dios. Su testimonio nos recuerda la importancia de abrir nuestros corazones al amor de Dios y de vivir como testigos de la verdad en un mundo necesitado de esperanza y salvación.
En la festividad de San Juan, podemos reflexionar sobre su ejemplo de amor y discipulado. Podemos pedir su intercesión para que nos ayude a crecer en nuestro amor por Jesús y a vivir de acuerdo con sus enseñanzas. Que su testimonio nos inspire a ser verdaderos discípulos de Cristo, llevando su amor y su verdad a todos los rincones del mundo.
Que San Juan, apóstol y evangelista, nos guíe en nuestro camino de fe y nos ayude a crecer en el amor divino. Que su intercesión nos fortalezca en nuestro testimonio cristiano y nos conduzca a la plenitud de la vida eterna en Dios. Amén.
27 de diciembre: San Juan, apóstol y evangelista
PRIMERA LECTURA
Os anunciamos lo que hemos visto y oído
Comienzo de la primera carta del apóstol san Juan 1, 1-4
Queridos hermanos:
Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos: la Palabra de la vida (pues la vida se hizo visible), nosotros la hemos visto, os damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y se nos manifestó.
Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis unidos con nosotros en esa unión que tenemos con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos esto, para que nuestra alegría sea completa.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 96, 1-2. 5-6. 11-12 (R.: 12a)
R. Alegraos, justos, con el Señor.
El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean,
justicia y derecho sostienen su trono. R.
Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria. R.
Amanece la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos, justos, con el Señor,
celebrad su santo nombre. R.
Aleluya
A ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos.
A ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles.
EVANGELIO
El otro discípulo corría más que Pedro y llegó primero al sepulcro
Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 2-8
El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo:
—«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Palabra del Señor.
Lecturas del Leccionario V para el mes de diciembre