San Efrén

LECCIONARIO V. 9 de junio. San Efrén, diácono y doctor de la Iglesia

Lecturas San Efrén, diácono y doctor de la Iglesia.

9 de junio San Efrén

El Leccionario V del 9 de junio nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la vida y el legado de San Efrén, diácono y doctor de la Iglesia. San Efrén, nacido en el siglo IV en Nisibis (actualmente en Turquía), destacó no solo por su servicio diaconal sino también por su profunda erudición y contribuciones teológicas que lo hicieron merecedor del título de Doctor de la Iglesia.

San Efrén fue un diácono sirio conocido por su fervor en la fe y su devoción a la Virgen María. Su legado teológico se basa en sus escritos, especialmente sus himnos y comentarios bíblicos, que reflejan una profunda comprensión de la Escritura y una sabiduría espiritual. Fue un defensor apasionado de la ortodoxia cristiana, especialmente en tiempos en que las herejías desafiaban la enseñanza tradicional de la Iglesia.

Como diácono, San Efrén también se destacó por su servicio caritativo hacia los necesitados. Su vida estuvo marcada por una profunda humildad y un deseo constante de aprender y enseñar la verdad de la fe cristiana. Su amor por la música y la poesía se refleja en los himnos que compuso, muchos de los cuales todavía se utilizan en la liturgia oriental.

El Leccionario V del 9 de junio nos invita a sumergirnos en la riqueza espiritual de San Efrén. Sus escritos continúan siendo una fuente de inspiración y enseñanza para la Iglesia, y su título de Doctor de la Iglesia reconoce su significativa contribución al pensamiento teológico.

Al recordar a San Efrén, se nos anima a cultivar una profunda vida espiritual, a buscar la verdad en la Palabra de Dios y a vivir una fe comprometida con la caridad y el servicio a los demás. San Efrén, diácono y doctor de la Iglesia, sigue siendo un faro de sabiduría y devoción, inspirándonos a seguir su ejemplo en nuestra propia jornada de fe.


9 de junio: San Efrén, diácono y doctor de la Iglesia

PRIMERA LECTURA

Por encima de todo, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 12-17

Hermanos:

Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión.

Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.

Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada.

Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo.

Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente.

Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.

Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 36, 3-4. 5-6. 30-31 (R.: 30a)

RLa boca del justo expone la sabiduría.

Confía en el Señor y haz el bien,
habita tu tierra y practica la lealtad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón. R.

Encomienda tu camino al Señor,
confía en él, y. él actuará:
hará tu justicia como el amanecer,
tu derecho como el mediodía. R.

La boca del justo expone la sabiduría,
su lengua explica el derecho;
porque lleva en el corazón la ley de su Dios,
y sus pasos no vacilan. R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 15, 5

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos
—dice el Señor—;
el que permanece en mí y yo en él,
ése da fruto abundante.

EVANGELIO

Lo que rebosa del corazón, lo habla la boca

Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 43-45

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«No hay árbol sano que dé fruto dañado, ni árbol dañado que dé fruto sano. Cada árbol se conoce por su fruto; porque no se cosechan higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.

El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque lo que rebosa del corazón, lo habla la boca».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de junio


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