San Justino

LECCIONARIO V. 1 de junio. San Justino, mártir

Lecturas San Justino, mártir.

1 de junio San Justino

El Leccionario V para el 1 de junio conmemora la vida y el martirio de San Justino, una figura destacada en la historia cristiana primitiva. San Justino, también conocido como Justino Mártir, nació en Flavia Neápolis alrededor del año 100 d.C. y fue un filósofo convertido en apologista cristiano.

La vida de San Justino estuvo marcada por su búsqueda de la verdad y su inquebrantable devoción a Cristo. Inicialmente, se dedicó al estudio de diversas corrientes filosóficas, explorando el estoicismo, el pitagorismo y el platonismo. Su búsqueda espiritual lo llevó a encontrarse con un anciano cristiano en Roma, quien le presentó la fe cristiana.

Impresionado por la pureza moral de los cristianos y la profundidad de sus enseñanzas, Justino abrazó el cristianismo y se convirtió en un ferviente defensor de la fe. Utilizando su formación filosófica, se convirtió en un apologista, defendiendo y explicando las creencias cristianas ante las críticas y malentendidos.

En sus escritos, especialmente en su «Primera Apología», San Justino abogó por la racionalidad del cristianismo y su coherencia con la verdad filosófica. Explicó la relación entre la filosofía y la fe, argumentando que la verdad plena se encuentra en Cristo. Su valentía al enfrentarse a la persecución y su disposición a morir por su fe lo llevaron finalmente al martirio.

El Leccionario V para el 1 de junio nos invita a reflexionar sobre la vida de San Justino y su testimonio de fidelidad a Cristo. Nos recuerda la importancia de la búsqueda sincera de la verdad y la valentía de defender nuestras creencias, incluso en medio de la adversidad. La vida y el martirio de San Justino son un ejemplo inspirador de cómo la fe y la razón pueden converger en la búsqueda de la verdad y la defensa de la fe cristiana.


1 de junio: San Justino, mártir

PRIMERA LECTURA

Quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a los creyentes

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 18-25

Hermanos:

El mensaje de la cruz es necedad para los que están en vías de perdición; pero para los que están en vías de salvación —para nosotros— es fuerza de Dios. Dice la Escritura: «Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces». ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el sofista de nuestros tiempos? ¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo?

Y como, en la sabiduría de Dios, el mundo no lo conoció por el camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a los creyentes. Porque los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados —judíos o griegos—, un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 (R.: 5b)

R. El Señor me libró de todas mis ansias.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloria en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R.

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Mt 5, 16

Alumbre así vuestra luz a los hombres,
para que vean vuestras buenas obras
y den gloria a vuestro Padre.


EVANGELIO

Vosotros sois la luz del mundo

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 13-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?

No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.

Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.

Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.

Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.

No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley.

El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de junio


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