San Norberto

LECCIONARIO V. 6 de junio. San Norberto, obispo

Lecturas San Norberto, obispo.

6 de junio San Norberto

El Leccionario V del 6 de junio nos invita a recordar y reflexionar sobre la vida y legado de San Norberto, un destacado obispo y fundador de la Orden Premonstratense. San Norberto, nacido en el siglo XI en la región de Lorena, Francia, fue una figura notable en la historia de la Iglesia.

Norberto, inicialmente conocido por su vida despreocupada y mundana, experimentó una profunda transformación después de vivir una experiencia espiritual impactante. Inspirado por esta revelación, dedicó su vida al servicio de Dios y de la Iglesia. Fue ordenado sacerdote y, más tarde, nombrado arzobispo de Magdeburgo.

Una de las contribuciones más significativas de San Norberto fue la fundación de la Orden Premonstratense, también conocida como los norbertinos. Esta orden religiosa se centraba en la vida comunitaria, la contemplación, y el servicio pastoral. San Norberto guió a sus seguidores hacia una vida de pobreza, humildad y devoción al servicio de Dios y la Iglesia.

La festividad de San Norberto en el Leccionario V nos invita a considerar la importancia de la vida monástica y la dedicación al servicio eclesiástico. Su legado destaca la necesidad de buscar la conversión y la entrega a Dios incluso después de haber llevado una vida lejana de los valores cristianos.

San Norberto también es recordado por su valentía y compromiso con la verdad, enfrentándose a desafíos y oposiciones durante su tiempo como arzobispo. Su vida ejemplar y su liderazgo pastoral inspiran a los fieles a vivir con autenticidad y a dedicarse al servicio de Dios y de los demás.

En este 6 de junio, la figura de San Norberto nos anima a renovar nuestro compromiso con la fe y a reflexionar sobre cómo podemos contribuir al bien de la Iglesia y de la sociedad, siguiendo su ejemplo de entrega, humildad y amor a Dios.


6 de junio: San Norberto, obispo

PRIMERA LECTURA

Como sigue el pastor el rastro de su rebaño, así seguiré yo el rastro de mis ovejas

Lectura de la profecía de Ezequiel 34, 11-16

Así dice el Señor Dios:

«Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas,
siguiendo su rastro.

Como sigue el pastor el rastro de su rebaño,
cuando las ovejas se le dispersan,

así seguiré yo el rastro de mis ovejas
y las libraré,

sacándolas de todos los lugares por donde se desperdigaron
un día de oscuridad y nubarrones.

Las sacaré de entre los pueblos,
las congregaré de los países,

las traeré a su tierra,
las apacentaré en los montes de Israel,
en las cañadas y en los poblados del país.

Las apacentaré en ricos pastizales,
tendrán sus dehesas en los montes más altos de Israel;

se recostarán en fértiles dehesas
y pastarán pastos jugosos en los montes de Israel.

Yo mismo apacentaré mis ovejas,
yo mismo las haré sestear

—oráculo del Señor Dios—.

Buscaré las ovejas perdidas,
recogeré a las descarriadas;

vendaré a las heridas;
curaré a las enfermas;

a las gordas y fuertes las guardaré
y las apacentaré como es debido».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 22, 1-3. 4. 5. 6 (R.: 1)

R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre. R.

Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Mt 5, 3

Dichosos los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.

EVANGELIO

El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío

Lectura del santo evangelio según san Lucas 14, 25-33

En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:

—«Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.

Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío.

Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?

No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo:

«Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar».

¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil?

Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.

Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de junio


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