LECCIONARIO V. 19 de junio. San Romualdo, abad
Lecturas San Romualdo, abad.
El Leccionario V del 19 de junio nos invita a reflexionar sobre la vida y la santidad de San Romualdo, un destacado abad cuyo legado ha dejado una huella perdurable en la historia monástica de la Iglesia Católica. Nacido en Rávena, Italia, a principios del siglo XI, San Romualdo dedicó su vida a la búsqueda de la perfección espiritual y a la reforma monástica.
San Romualdo comenzó su vida monástica en el monasterio de San Apolinar en Rávena, pero su deseo de una vida más austera y contemplativa lo llevó a emprender la fundación de monasterios basados en la Regla de San Benito. Fundó la Orden Camaldulense, caracterizada por una forma de vida monástica que incorpora períodos de vida solitaria y comunitaria, así como una austeridad significativa.
La búsqueda de la contemplación y la soledad marcó la espiritualidad de San Romualdo. A lo largo de su vida, promovió la renuncia a las comodidades mundanas y la entrega total a la oración y la meditación. Su carisma atrajo a numerosos discípulos que buscaban seguir su ejemplo de vida monástica centrada en la búsqueda de Dios.
El Leccionario V para el 19 de junio nos brinda la oportunidad de contemplar la figura de San Romualdo y aprender de su dedicación a la vida monástica y a la búsqueda de la santidad. La Regla Camaldulense, derivada de sus enseñanzas, continúa guiando a aquellos que abrazan la vida monástica en su búsqueda de Dios a través de la oración, el silencio y la soledad.
San Romualdo, venerado como abad, nos inspira a buscar la santidad en nuestra propia vida, recordándonos la importancia de la renuncia y la oración en nuestro viaje espiritual. Su legado perdura en la tradición monástica, recordándonos que la búsqueda constante de la presencia de Dios puede transformar nuestras vidas y guiar nuestros pasos hacia la santidad.
19 de junio: San Romualdo, abad
PRIMERA LECTURA
Corro hacia la meta, para ganar el premio, al que Dios desde arriba llama en Cristo Jesús
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 8-14
Hermanos:
Todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.
Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en él, no con una justicia mía, la de la Ley, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe.
Para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, para llegar un día a la resurrección de entre los muertos.
No es que haya conseguido el premio, o que ya esté en la meta: yo sigo corriendo a ver si lo obtengo, pues Cristo Jesús lo obtuvo para mí.
Hermanos, yo no pienso haber conseguido el premio. Sólo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio, al que Dios desde arriba llama en Cristo Jesús.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 130, 1. 2. 3
R. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad. R.
Sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre. R.
Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre. R.
Aleluya y versículo antes del evangelio Mt 5, 3
Dichosos los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.
EVANGELIO
El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío
Lectura del santo evangelio según san Lucas 14, 25-33
En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:
—«Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.
Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío.
Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?
No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo:
«Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar».
¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil?
Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.
Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío».
Palabra del Señor.
Lecturas del Leccionario V para el mes de junio
1 de junio: San Justino
2 de junio: San Marcelino y san Pedro
3 de junio: San Carlos Luanga y compañeros
5 de junio: San Bonifacio
6 de junio: San Norberto
9 de junio: San Efrén
11 de junio: San Bernabé
13 de junio: San Antonio de Padua
19 de junio: San Romualdo
21 de junio: San Luis Gonzaga
22 de junio: San Paulino de Nola
22 de junio: San Juan Fisher y santo Tomás Moro
24 de junio: La Natividad de san Juan Bautista
27 de junio: San Cirilo de Alejandría
28 de junio: San Ireneo
29 de junio: San Pedro y san Pablo
30 de junio: Santos Protomártires de la santa Iglesia Romana
Sábado posterior al 11 domingo después de Pentecostés: El Inmaculado Corazón de la Virgen María