Santa Isabel de Hungría

LECCIONARIO V. 17 de noviembre. Santa Isabel de Hungría

Lecturas Santa Isabel de Hungría.

17 de noviembre Santa Isabel de Hungría

El 17 de noviembre, la Iglesia Católica conmemora a Santa Isabel de Hungría, una santa conocida por su generosidad y su dedicación a los pobres. Santa Isabel fue una princesa que renunció a los privilegios de la nobleza para servir a los más necesitados. Su vida y ejemplo nos inspiran a vivir una vida de compasión y servicio hacia los demás.

Santa Isabel nació en el año 1207 en Hungría y fue prometida en matrimonio al príncipe Luis IV de Turingia a una temprana edad. Desde joven, mostró un gran interés en ayudar a los menos afortunados y dedicó su vida a servir a los pobres y a los enfermos. A pesar de vivir en la opulencia, Santa Isabel compartía generosamente su riqueza con los necesitados.

La caridad de Santa Isabel se manifestaba en acciones concretas. Fundó hospitales, estableció comedores para los hambrientos y distribuía ropa y mantas a los pobres. Incluso llevaba alimentos y medicinas a los enfermos y se ocupaba personalmente de sus necesidades. Su amor por los demás y su deseo de aliviar el sufrimiento humano la llevaron a ser conocida como una santa de la caridad.

Santa Isabel de Hungría nos enseña que el amor de Dios debe manifestarse en nuestras acciones hacia los demás. Su ejemplo nos desafía a mirar más allá de nuestras propias necesidades y a ser sensibles a las necesidades de los demás, especialmente de aquellos que son marginados y olvidados. Nos recuerda que el servicio a los pobres y necesitados es una parte integral de nuestra vida cristiana.

En la memoria de Santa Isabel de Hungría, podemos reflexionar sobre nuestras actitudes hacia los menos afortunados y buscar formas de servir a los demás. Podemos abrir nuestros corazones y nuestras manos para ayudar a los necesitados en nuestras comunidades, brindando apoyo material y espiritual. También podemos cultivar una actitud de generosidad y compasión, reconociendo que cada persona merece dignidad y amor.

Santa Isabel de Hungría, ruega por nosotros y ayúdanos a seguir tu ejemplo de caridad y servicio. Inspíranos a vivir vidas de generosidad y compasión hacia los demás, especialmente hacia los más necesitados. Que tu intercesión nos guíe en nuestro camino hacia la santidad y nos acerque más a Cristo, nuestro Señor. Amén.


17 de noviembre: Santa Isabel de Hungría

PRIMERA LECTURA

También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 14-18

Queridos hermanos:

Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida: lo sabemos porque amamos a los hermanos.

El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida. Y sabéis que ningún homicida lleva en sí vida eterna. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos.

Pero si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios?

Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9. 10-11 (R.: 2a)

R. Bendigo al Señor en todo momento.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R.

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R.

Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada. R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 13, 34

Os doy un mandamiento nuevo
—dice el Señor—:
que os améis unos a otros,
como yo os he amado.

EVANGELIO

Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo

Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 27-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«A los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian.

Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.

Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores lo hacen.

Y si prestáis sólo cuando esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.

¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desagradecidos.

Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante.

La medida que uséis, la usarán con vosotros».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de noviembre


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