La Dedicación de la basílica de Letrán

LECCIONARIO V. 9 de noviembre. La Dedicación de la basílica de Letrán

Lecturas La Dedicación de la basílica de Letrán.

9 de noviembre La Dedicación de la basílica de Letrán

El 9 de noviembre, la Iglesia Católica celebra la fiesta de la Dedicación de la basílica de Letrán, también conocida como la Iglesia de San Juan de Letrán. Esta basílica es considerada la catedral del Papa y es la iglesia madre de todas las iglesias del mundo. La celebración de esta fiesta nos invita a reflexionar sobre la importancia de la Iglesia como comunidad de fe y como lugar sagrado donde encontramos la presencia de Dios.

La basílica de Letrán tiene una rica historia que se remonta al siglo IV. Fue el Papa Milcíades quien ordenó su construcción en el año 313 d.C., después de que el emperador Constantino concediera la libertad religiosa a los cristianos. Esta basílica se convirtió en el lugar donde el Papa, como sucesor de Pedro, ejerce su ministerio y guía a la Iglesia universal.

La dedicación de la basílica de Letrán es una ocasión para honrar y agradecer a Dios por la presencia de la Iglesia en el mundo. La Iglesia es el lugar donde nos encontramos con Dios y recibimos los sacramentos que nos fortalecen espiritualmente. Es el lugar donde somos acogidos como hermanos y hermanas en Cristo y donde podemos crecer en nuestra fe y en nuestra relación con Dios.

La basílica de Letrán es un recordatorio tangible de la presencia de Dios en medio de su pueblo. Es un lugar de oración y adoración, un santuario donde los fieles se reúnen para alabar a Dios y recibir su gracia. En esta fiesta, recordamos que la Iglesia es el cuerpo de Cristo, y que cada uno de nosotros, como miembros de la Iglesia, tiene un papel importante que desempeñar en la misión de llevar la luz del Evangelio al mundo.

La dedicación de la basílica de Letrán también nos invita a reflexionar sobre nuestra propia llamada a ser templos vivos del Espíritu Santo. Somos llamados a dedicar nuestras vidas a Dios y a ser lugares donde su presencia brille a través de nuestras acciones y testimonio. Debemos construir nuestras vidas sobre el fundamento sólido de la fe en Cristo y permitir que su amor transforme nuestras vidas y nos lleve a vivir en comunión con Dios y con nuestros hermanos y hermanas.

En esta fiesta, podemos renovar nuestro compromiso de ser discípulos fieles de Cristo y de construir la Iglesia como una comunidad de amor y servicio. Podemos orar por la unidad de la Iglesia y por el crecimiento de la fe en todo el mundo. También podemos agradecer a Dios por el don de la Iglesia y por la oportunidad de participar en su misión de llevar su amor y su salvación a todos los rincones de la tierra.

Que la celebración de la Dedicación de la basílica de Letrán nos inspire a ser testigos vivos de la presencia de Dios en el mundo. Que nuestra vida y nuestras acciones reflejen el amor y la misericordia de Cristo y nos conviertan en instrumentos de paz y reconciliación. Que la Iglesia, como comunidad de fe, siga siendo un faro de esperanza y un lugar donde todos encuentren el amor y la gracia de Dios. Amén.


9 de noviembre: La Dedicación de la basílica de Letrán

PRIMERA LECTURA

Vi que manaba agua del lado derecho del templo, y habrá vida dondequiera que llegue la corriente

Lectura de la profecía de Ezequiel 47, 1-2. 8-9. 12

En aquellos días, el ángel me hizo volver a la entrada del templo.

Del zaguán del templo manaba agua hacia levante —el templo miraba a levante—. El agua iba bajando por el lado derecho del templo, al mediodía del altar.

Me sacó por la puerta septentrional y me llevó a la puerta exterior que mira a levante. El agua iba corriendo por el lado derecho.

Me dijo:

—«Estas aguas fluyen hacia la comarca levantina, bajarán hasta la estepa, desembocarán en el mar de las aguas salobres, y lo sanearán. Todos los seres vivos que bullan allí donde desemboque la corriente, tendrán vida; y habrá peces en abundancia. Al desembocar allí estas aguas, quedará saneado el mar y habrá vida dondequiera que llegue la corriente.

A la vera del río, en sus dos riberas, crecerán toda clase de frutales; no se marchitarán sus hojas ni sus frutos se acabarán; darán cosecha nueva cada luna, porque los riegan aguas que manan del santuario; su fruto será comestible y sus hojas medicinales».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 45, 2-3. 5-6. 8-9 (R.: 5)

R. El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar. R.

El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora. R.

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra:
pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe. R.

SEGUNDA LECTURA

Sois templo de Dios

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 3, 9c-11. 16-17

Hermanos:

Sois edificio de Dios. Conforme al don que Dios me ha dado, yo, como hábil arquitecto, coloqué el cimiento, otro levanta el edificio. Mire cada uno cómo construye.

Nadie puede poner otro cimiento fuera del ya puesto, que es Jesucristo.

¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?

Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros.

Palabra de Dios.

Aleluya 2Cro 7, 16

Elijo y consagro este templo
—dice el Señor—
para que esté en él mi nombre eternamente.

EVANGELIO

Hablaba del templo de su cuerpo

Lectura del santo evangelio según san Juan 2, 13-22

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:

—«Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre».

Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora».

Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:

—«¿Qué signos nos muestras para obrar así?».

Jesús contestó:

—«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré».

Los judíos replicaron:

—«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?».

Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de noviembre


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