San Columbano

LECCIONARIO V. 23 de noviembre. San Columbano, abad

Lecturas San Columbano, abad.

23 de noviembre San Columbano

El 23 de noviembre, la Iglesia Católica conmemora a San Columbano, un santo venerado como abad y misionero. San Columbano es conocido por su fervoroso compromiso con la evangelización y su dedicación a la vida monástica.

San Columbano, nacido en Irlanda en el siglo VI, sintió desde joven una llamada interior a seguir a Cristo de una manera radical. Abandonó su hogar y se unió a la vida monástica, donde se destacó por su profunda vida de oración y su austeridad en la búsqueda de la santidad.

Después de pasar algún tiempo en Irlanda, San Columbano partió como misionero hacia el continente europeo. Viajó por Francia, Suiza e Italia, llevando el mensaje del Evangelio a las personas que encontraba en su camino. Fundó varios monasterios a lo largo de su viaje, estableciendo comunidades monásticas que se convirtieron en faros de luz espiritual en medio de la oscuridad de la época.

San Columbano fue un ejemplo de santidad y disciplina monástica. Su vida austera, su dedicación a la oración y su celo misionero son un testimonio de su amor y entrega a Dios. No solo buscaba su propia santificación, sino que también se preocupaba profundamente por la conversión de los demás y la propagación del Evangelio.

La vida de San Columbano nos desafía a vivir con un compromiso radical con Cristo, a buscar la santidad en nuestras propias vidas y a compartir la alegría del Evangelio con los demás. Su ejemplo nos recuerda la importancia de la vida monástica y del llamado a la misión en la Iglesia.

En la festividad de San Columbano, podemos reflexionar sobre nuestra propia vida espiritual y nuestra disposición para seguir a Cristo sin reservas. Podemos buscar su intercesión para que nos inspire a vivir con una fe profunda y un celo misionero, llevando la luz de Cristo a aquellos que nos rodean.

Que San Columbano, abad y misionero, nos enseñe a buscar la santidad en nuestras vidas y a compartir la alegría del Evangelio con los demás. Que su intercesión nos fortalezca en nuestro camino de discipulado y nos ayude a vivir con un compromiso radical con Cristo. Amén.


23 de noviembre: San Columbano, abad

PRIMERA LECTURA

Verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios

Lectura del libro de Isaías 52, 7-10

¡Qué hermosos son sobre los montes
los pies del mensajero que anuncia la paz,

que trae la Buena Nueva,
que pregona la victoria,
que dice a Sión: «Tu Dios es rey»!

Escucha: tus vigías gritan,
cantan a coro,

porque ven cara a cara al Señor,

que vuelve a Sión.

Romped a cantar a coro,
ruinas de Jerusalén,

que el Señor consuela a su pueblo,
rescata a Jerusalén;

el Señor desnuda su santo brazo
a la vista de todas las naciones,

y verán los confines de la tierra
la victoria de nuestro Dios.

Palabra de Dios.


Salmo responsorial: Salmo 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 10 (R.: 3)

RContad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor,
bendecid su nombre. R.

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R.

Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente». R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 8, 12b

Yo soy la luz del mundo
—dice el Señor—;
el que me sigue tendrá la luz de la vida.

EVANGELIO

Te seguiré a donde vayas

Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 57-62

En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, le dijo uno:

—«Te seguiré a donde vayas».

Jesús le respondió:

—«Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».

A otro le dijo:

—«Sígueme».

Él respondió:

—«Déjame primero ir a enterrar a mi padre».

Le contestó:

—«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios».

Otro le dijo:

—«Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia».

Jesús le contestó:

—«El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de noviembre


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