San Carlos Borromeo

LECCIONARIO V. 4 de noviembre. San Carlos Borromeo, obispo

Lecturas San Carlos Borromeo, obispo.

4 de noviembre San Carlos Borromeo

El 4 de noviembre, la Iglesia Católica conmemora la memoria de San Carlos Borromeo, un destacado obispo italiano del siglo XVI. San Carlos Borromeo es reconocido por su profunda espiritualidad, su celo apostólico y su dedicación al servicio de la Iglesia y del pueblo de Dios. Su vida y legado nos inspiran a vivir con pasión y entrega en nuestro servicio a los demás y en nuestra búsqueda de la santidad.

Nacido en el año 1538 en una familia noble de Milán, Italia, Carlos Borromeo recibió una educación esmerada y tuvo la oportunidad de ocupar altos cargos en la Iglesia. Sin embargo, en lugar de buscar el prestigio y los privilegios que su posición le ofrecía, Carlos eligió seguir una vida de humildad y servicio, dedicándose por completo al bienestar espiritual de su diócesis y a la reforma de la Iglesia.

Como obispo de Milán, San Carlos Borromeo se esforzó por revitalizar la fe y la vida cristiana en su diócesis. Implementó reformas pastorales y promovió la catequesis y la formación de los fieles. Fue un incansable promotor de la caridad y la justicia social, trabajando para aliviar la pobreza y las necesidades de los más desfavorecidos. Además, se preocupó por la formación y la educación del clero, estableciendo seminarios y promoviendo la formación integral de los sacerdotes.

San Carlos Borromeo también jugó un papel importante en el Concilio de Trento, un evento crucial para la renovación de la Iglesia en ese tiempo. Participó activamente en las discusiones y decisiones del concilio, contribuyendo a la elaboración de importantes reformas y enseñanzas doctrinales. Su compromiso con la fe y su defensa de la Iglesia le valieron el reconocimiento y el respeto de sus contemporáneos.

La vida de San Carlos Borromeo nos enseña la importancia de vivir nuestra fe con autenticidad y de servir a los demás con generosidad. Su ejemplo nos invita a ser valientes en la defensa de la verdad y en la promoción del bien común. Nos muestra que, como miembros de la Iglesia, cada uno de nosotros tiene un papel importante que desempeñar en la misión de llevar el amor de Cristo al mundo.

En la memoria de San Carlos Borromeo, podemos reflexionar sobre nuestra propia vocación y servicio en la Iglesia. Podemos buscar la guía del Espíritu Santo para discernir cómo podemos contribuir al crecimiento y la renovación de la fe en nuestro entorno. Podemos cultivar una vida de oración y una profunda espiritualidad, siguiendo el ejemplo de San Carlos en su búsqueda constante de la voluntad de Dios.

San Carlos Borromeo, obispo ejemplar, ruega por nosotros y ayúdanos a vivir con pasión y entrega en nuestro servicio a la Iglesia y a los demás. Inspíranos a buscar la santidad en nuestras vidas y a trabajar por la renovación de la fe en nuestro entorno. Que tu ejemplo de amor y dedicación nos guíe en nuestro camino hacia la plenitud de la vida eterna. Amén.


4 de noviembre: San Carlos Borromeo, obispo

PRIMERA LECTURA

Los dones que poseemos son diferentes, según la gracia que se nos ha dado

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 12, 3-13

Hermanos:

Por la gracia de Dios que me ha sido dada os digo a todos y a cada uno de vosotros: No os estiméis en más de lo que conviene, sino estimaos moderadamente, según la medida de la fe que Dios otorgó a cada uno. Pues, así como nuestro cuerpo, en su unidad, posee muchos miembros y no desempeñan todos los miembros la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero cada miembro está al servicio de los otros miembros.

Los dones que poseemos son diferentes, según la gracia que se nos ha dado, y se han de ejercer así: si es la profecía, teniendo en cuenta a los creyentes; si es el servicio, dedicándose a servir; el que enseña, aplicándose a enseñar; el que exhorta, a exhortar; el que se encarga de la distribución, hágalo con generosidad; el que preside, con empeño; el que reparte la limosna, con agrado.

Que vuestra caridad no sea una farsa; aborreced lo malo y apegaos a lo bueno.

Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo.

En la actividad, no seáis descuidados; en el espíritu, manteneos ardientes.

Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres: estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración. Contribuid en las necesidades de los santos; practicad la hospitalidad.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 88, 2-3. 4-5. 21-22. 25 y 27 (R.: cf. 2a)

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad». R.

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades. R.

Encontré a David, mi siervo,
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga valeroso. R.

Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán,
por mi nombre crecerá su poder.
Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora». R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 10, 14

Yo soy el buen Pastor
—dice el Señor—,
conozco a mis ovejas, y las mías me conocen.


EVANGELIO

El buen pastor da la vida por las ovejas

Lectura del santo evangelio según san Juan 10, 11-16

En aquel tiempo, dijo Jesús:

—«Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.

Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.

Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor».

Palabra del Señor


Lecturas del Leccionario V para el mes de noviembre


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