San Cornelio y San Cipriano

LECCIONARIO V. 16 de septiembre. San Cornelio y San Cipriano

Lecturas San Cornelio, papa, y San Cipriano, obispo, mártires.

16 de septiembre San Cornelio y San Cipriano

El 16 de septiembre, el Leccionario de la Iglesia Católica nos invita a recordar y venerar la memoria de dos figuras destacadas en la historia de la Iglesia: San Cornelio, Papa, y San Cipriano, Obispo y Mártir. Esta festividad nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la valentía y el testimonio de fe de estos dos hombres que vivieron en tiempos desafiantes.

San Cornelio fue elegido Papa en el año 251 en medio de una época de gran agitación en la Iglesia, marcada por la persecución y la controversia teológica. Afrontó desafíos significativos, especialmente en relación con la reconciliación de aquellos que habían renunciado a su fe durante la persecución. Su liderazgo pastoral estuvo marcado por la búsqueda de la unidad y la misericordia en momentos difíciles.

San Cipriano, por su parte, fue Obispo de Cartago y una figura clave en la Iglesia del siglo III. Abrazó la fe cristiana después de una vida inicialmente alejada de Dios y se destacó por su enfoque en la disciplina eclesiástica y la unidad. Enfrentó desafíos similares a San Cornelio, especialmente en medio de la persecución del emperador Decio, y finalmente fue martirizado por su fidelidad a Cristo.

La festividad de San Cornelio y San Cipriano nos invita a reflexionar sobre la valentía y la firmeza en la fe durante momentos de adversidad. En una época en la que la Iglesia enfrentaba desafíos externos e internos, estos dos santos guiaron a la comunidad cristiana con sabiduría y coraje.

Su testimonio nos recuerda la importancia de la unidad en la Iglesia y la firmeza en la fe, incluso en tiempos difíciles. La valentía de San Cornelio y San Cipriano en defensa de la verdad y la fidelidad a Cristo sigue siendo un ejemplo para los cristianos de hoy.

En esta festividad, elevamos nuestras oraciones a Dios, agradeciendo por el testimonio de San Cornelio y San Cipriano, y pedimos la gracia de la fortaleza en la fe y la unidad en la Iglesia. Que su intercesión fortalezca a la Iglesia en momentos de desafío y anime a los creyentes a perseverar en la verdad y el amor cristiano.


16 de septiembre: San Cornelio, papa, y San Cipriano, obispo, mártires

PRIMERA LECTURA

Llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 7-15

Hermanos:

El tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.

Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros.

Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros.

Todo es para vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Salmo 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6 (R.: 5)

R. Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R.

Hasta los gentiles decían:
El Señor ha estado grande con ellos.
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres. R.

Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R.

Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas. R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 17, 19

Por ellos me consagro yo
—dice el Señor—,
para que también se consagren ellos en la verdad.

EVANGELIO

El mundo los ha odiado

Lectura del santo evangelio según san Juan 17, 11b-19

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo:

—«Padre santo,
guárdalos en tu nombre, a los que me has dado,
para que sean uno, como nosotros.

Cuando estaba con ellos,
yo guardaba en tu nombre a los que me diste,
y los custodiaba,

y ninguno se perdió,
sino el hijo de la perdición,
para que se cumpliera la Escritura.

Ahora voy a ti,
y digo esto en el mundo
para que ellos mismos tengan mi alegría cumplida.

Yo les he dado tu palabra,
y el mundo los ha odiado porque no son del mundo,
como tampoco yo soy del mundo.

No ruego que los retires del mundo,
sino que los guardes del mal.

No son del mundo,
como tampoco yo soy del mundo.

Conságralos en la verdad;
tu palabra es verdad.

Como tú me enviaste al mundo,
así los envío yo también al mundo.

Y por ellos me consagro yo,
para que también se consagren ellos en la verdad».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de septiembre


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