San Jerónimo

LECCIONARIO V. 30 de septiembre. San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia

Lecturas San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia.

El 30 de septiembre, el Leccionario de la Iglesia Católica nos invita a celebrar la memoria de San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia. Esta festividad es una ocasión para recordar y honrar la vida y obra de uno de los grandes eruditos de la Iglesia, conocido por su contribución a la traducción de la Biblia y por su sabiduría teológica.

San Jerónimo nació en Estridón, en la actual Croacia, alrededor del año 347. Fue educado en Roma y se dedicó al estudio de las Sagradas Escrituras y la vida ascética. Su amor por la Palabra de Dios lo llevó a emprender la tarea monumental de traducir la Biblia al latín, una versión que más tarde se conocería como la Vulgata, y que se convirtió en la Biblia estándar de la Iglesia Latina durante siglos.

Además de su contribución a la traducción bíblica, San Jerónimo fue un erudito polifacético, versado en la teología, la filosofía y la literatura. Vivió una vida monástica, dedicada a la oración y al estudio, y mantuvo una intensa correspondencia con numerosos líderes eclesiásticos de su tiempo.

La festividad de San Jerónimo es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la Escritura en la vida cristiana y la dedicación a profundizar en el conocimiento de la Palabra de Dios. San Jerónimo nos inspira a valorar y estudiar las Escrituras como un medio vital para conocer a Dios y nutrir nuestra fe.

En este día, los fieles pueden recordar y agradecer la labor de San Jerónimo en la preservación y difusión de la Palabra de Dios. También podemos buscar su intercesión para que, al igual que él, podamos cultivar un amor profundo por las Escrituras y utilizarlas como guía en nuestro viaje espiritual.

Que la memoria de San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia, nos inspire a acercarnos a las Sagradas Escrituras con reverencia y aprecio, reconociendo su importancia en nuestra vida de fe y su capacidad para iluminar nuestro camino hacia Dios.

30 de septiembre: San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia

PRIMERA LECTURA

Toda Escritura inspirada por Dios es útil para enseñar

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 3, 14-17

Querido hermano:

Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado, sabiendo de quién lo aprendiste y que desde niño conoces la sagrada Escritura; ella puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación.

Toda Escritura inspirada por Dios es también útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud; así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 118, 9. 10. 11. 12. 13. 14 (R.: 12b)

R. Enséñame, Señor, tus leyes.

¿Cómo podrá un joven andar honestamente?
Cumpliendo tus palabras. R.

Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe de tus mandamientos. R.

En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra ti. R.

Bendito eres, Señor,
enséñame tus leyes. R.

Mis labios van enumerando
los mandamientos de tu boca. R.

Mi alegría es el camino de tus preceptos,
más que todas las riquezas. R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Cf. Hch 16, 14b

Ábrenos el corazón, Señor,
para que aceptemos las palabras de tu Hijo.

EVANGELIO

Lo nuevo y lo antiguo

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 47-52

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

—«El reino de los cielos se parece a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces; cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos, y los malos los tiran.

Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

¿Entendéis bien todo esto?».

Ellos le contestaron:

—«Sí».

Él les dijo:

—«Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo».

Palabra del Señor.

Lecturas del Leccionario V para el mes de septiembre