San Pedro Claver

LECCIONARIO V. 8 de septiembre. San Pedro Claver, presbítero

Lecturas San Pedro Claver, presbítero.

8 de septiembre San Pedro Claver

El 8 de septiembre, además de la solemnidad de la Natividad de la Santísima Virgen María, también recordamos a San Pedro Claver, presbítero. Este día nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la vida y el legado de este santo jesuita, cuya dedicación a los menos favorecidos lo convierte en un modelo de caridad y servicio.

San Pedro Claver nació en Cataluña, España, en 1580, y dedicó su vida al servicio de Dios y de los más necesitados. Se unió a la Compañía de Jesús y, después de ser ordenado sacerdote, fue enviado a Colombia, en América del Sur, donde se convirtió en «el esclavo de los esclavos» debido a su trabajo incansable con los africanos esclavizados.

La labor de San Pedro Claver fue excepcional en su compromiso con la defensa de los derechos humanos y la promoción de la dignidad de todos, especialmente de aquellos que sufrían la brutalidad de la esclavitud. Pasó más de 40 años en los puertos de Cartagena, Colombia, recibiendo a los esclavos recién llegados, proporcionándoles cuidado médico, consuelo espiritual y defendiendo sus derechos.

Su servicio incansable a los esclavos, a menudo en condiciones inhumanas, refleja la compasión y el amor cristiano en acción. San Pedro Claver veía a Cristo en cada persona y dedicó su vida a aliviar el sufrimiento de los más marginados.

La festividad de San Pedro Claver nos desafía a seguir su ejemplo de amor sacrificial y compromiso con la justicia social. Su vida nos recuerda la importancia de reconocer la dignidad intrínseca de cada persona, independientemente de su origen o condición.

En este día, los fieles son llamados a reflexionar sobre cómo pueden emular el servicio generoso y la entrega desinteresada de San Pedro Claver en su propio entorno. Que su legado inspire a todos a trabajar por la justicia, la igualdad y el respeto a la dignidad humana.

Que la intercesión de San Pedro Claver fortalezca a la Iglesia y a todos aquellos comprometidos en la promoción de los derechos humanos y la justicia social. Que su ejemplo nos impulse a ser instrumentos de la misericordia y la compasión de Cristo en el mundo actual.


8 de septiembre: San Pedro Claver, presbítero

PRIMERA LECTURA

También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 14-18

Queridos hermanos:

Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida: lo sabemos porque amamos a los hermanos.

El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida. Y sabéis que ningún homicida lleva en sí vida eterna. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos.

Pero si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios?

Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Salmo 111, 1-2. 3-4. 5-7a. 7b-8. 9 (R.:1a)

R. Dichoso quien teme al Señor.

R. Aleluya.

Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita. R.

En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo. R.

Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo;
no temerá las malas noticias. R.

Su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos. R.

Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad. R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 13, 34

Os doy un mandamiento nuevo
—dice el Señor—:
que os améis unos a otros,
como yo os he amado.

EVANGELIO

Cada vez que lo hicisteis con mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis

Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 31-46

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones.

Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.

Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.

Entonces dirá el rey a los de su derecha:

«Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.

Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme».

Entonces los justos le contestarán:

«Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?».

Y el rey les dirá:

«Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis».

Y entonces dirá a los de su izquierda:

«Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis».

Entonces también éstos contestarán:

«Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?».

Y él replicará:

«Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo».

Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna».

Palabra del Señor.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 31-40

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones.

Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.

Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.

Entonces dirá el rey a los de su derecha:

«Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.

Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme».

Entonces los justos le contestarán:

«Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?».

Y el rey les dirá:

«Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis».

Y entonces dirá a los de su izquierda:

«Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de septiembre


error: Content is protected !!