Santa Gertrudis

LECCIONARIO V. 16 de noviembre. Santa Gertrudis, virgen

Lecturas Santa Gertrudis, virgen.

16 de noviembre Santa Gertrudis

El 16 de noviembre, la Iglesia Católica conmemora a Santa Gertrudis, una virgen y mística del siglo XIII cuya vida y escritos han dejado una profunda influencia en la espiritualidad cristiana. Santa Gertrudis es conocida por su amor ferviente a Dios, su profunda vida de oración y su devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Su ejemplo nos inspira a buscar una relación íntima con Dios y a vivir una vida de amor y entrega.

Santa Gertrudis nació en el año 1256 en Alemania y desde temprana edad mostró una gran inclinación hacia la vida espiritual. A los cinco años, fue enviada a un monasterio benedictino y allí vivió como monja durante toda su vida. Se destacó por su humildad, obediencia y amor a la comunidad.

La experiencia mística de Santa Gertrudis se caracterizó por una profunda unión con Dios a través de la oración y la contemplación. En sus escritos, reveló las enseñanzas que recibía en sus momentos de comunión con el Señor. Su obra más conocida es «Las revelaciones de Santa Gertrudis», donde expone su profundo amor por el Corazón de Jesús y su deseo de que todos los corazones sean transformados por el amor divino.

La espiritualidad de Santa Gertrudis se centra en el amor y la misericordia de Dios. Ella enseñó que el amor de Dios es infinito y que todos somos llamados a responder a ese amor con gratitud y entrega. Fomentó la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, instando a los fieles a confiar en su misericordia y a consolar su Corazón herido por el pecado y la indiferencia.

Santa Gertrudis nos desafía a profundizar en nuestra vida de oración y a buscar una relación más cercana con Dios. Su ejemplo nos muestra que la oración no es simplemente una serie de palabras, sino una comunión íntima con el Creador. Nos invita a abrir nuestros corazones al amor de Dios y a responder a ese amor con generosidad y humildad.

En la memoria de Santa Gertrudis, podemos reflexionar sobre nuestra propia vida espiritual y buscar formas de crecer en intimidad con Dios. Podemos cultivar una vida de oración más profunda, buscando momentos de silencio y contemplación en medio del ajetreo diario. También podemos abrir nuestros corazones al amor de Dios y permitir que su gracia transforme nuestras vidas.

Santa Gertrudis, virgen y mística, ruega por nosotros y ayúdanos a seguir tu ejemplo de amor y entrega a Dios. Inspíranos a buscar una relación más profunda con nuestro Salvador y a vivir una vida de oración constante. Que tu intercesión nos guíe en nuestro camino hacia la santidad y nos acerque más a Cristo, nuestro Señor. Amén.


16 de noviembre: Santa Gertrudis, virgen

PRIMERA LECTURA

Comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 3, 14-19

Hermanos:

Doblo las rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, pidiéndole que, de los tesoros de su gloria, os conceda por medio de su Espíritu robusteceros en lo profundo de vuestro ser, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; y así, con todos los santos, lograréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano.

Así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 22, 1-3. 4. 5. 6 (R.: 1)

R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre. R.

Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 15, 9b. 5b

Permaneced en mi amor
—dice el Señor—;
el que permanece en mí y yo en él,
ése da fruto abundante.

EVANGELIO

El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante

Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador.

A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.

Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.

Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada.

Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.

Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de noviembre


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