Semana 6 de Tiempo Ordinario en el Año Impar, según el Leccionario IV, es un período litúrgico en el que la Iglesia Católica se sumerge en una profunda reflexión a través de la Palabra de Dios, siguiendo un ciclo de lecturas específicamente diseñado para estos años. Durante este tiempo, los días feriales se enriquecen con lecturas continuas que abarcan una variedad de libros bíblicos, proporcionando a los fieles una oportunidad única de profundizar en su comprensión de las Escrituras y de la enseñanza católica.
En el Año Impar, el Leccionario IV ofrece una selección de textos del Antiguo Testamento, Salmos, Epístolas y Evangelios que se han elegido cuidadosamente para iluminar diferentes aspectos de la fe y la vida cristiana. Estas lecturas están diseñadas no solo para educar sino también para inspirar y guiar a los fieles en su caminar diario con Dios. Por ejemplo, los Evangelios de Marcos y Mateo son a menudo destacados, proporcionando reflexiones sobre la vida y enseñanzas de Jesucristo que son centrales para la fe católica.
6ª Semana de Tiempo Ordinario. Años impares
Lunes
PRIMERA LECTURA
Caín atacó a su hermano Abel y lo mató
Lectura del libro del Génesis 4, 1-15. 25
El hombre se llegó a Eva: ella concibió, dio a luz a Caín, y dijo:
—He adquirido un hombre con la ayuda del Señor.
Después dio a luz a Abel, el hermano. Abel era pastor de ovejas, y Caín trabajaba en el campo.
Pasado un tiempo, Caín ofreció al Señor dones de los frutos del campo, y Abel ofreció las primicias y la grasa de sus ovejas.
El Señor se fijó en Abel y en su ofrenda, y no se fijó en Caín ni en su ofrenda; por lo cual Caín se enfureció y andaba abatido.
El Señor dijo a Caín:
— ¿Por qué te enfureces y andas abatido?
Cierto, si obraras bien, estarías animado; pero si no obras bien, el pecado acecha a la puerta; y aunque viene por ti, tú puedes dominarlo.
Caín dijo a su hermano Abel:
—Vamos al campo.
Y cuando estaban en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató.
El Señor dijo a Caín:
— ¿Dónde está Abel, tu hermano?
Respondió Caín:
—No sé; ¿soy yo el guardián de mi hermano?
El Señor le replicó:
— ¿Qué has hecho? La sangre de tu hermano me está gritando desde la tierra.
Por eso te maldice esa tierra que ha abierto sus fauces para recibir de tus manos la sangre de tu hermano.
Aunque trabajes la tierra, no volverá a darte su fecundidad. Andarás errante y perdido por el mundo.
Caín contestó al Señor:
—Mi culpa es demasiado grande para soportarla. Hoy me destierras de aquí; tendré que ocultarme de ti, andando errante y perdido por el mundo; el que tropiece conmigo, me matará.
El Señor le dijo:
—El que mate a Caín lo pagará siete veces.
Y el Señor puso una señal a Caín para que, si alguien tropezase con él, no lo matara.
Adán se llegó otra vez a su mujer, que concibió, dio a luz un hijo y lo llamó Set, pues dijo:
—El Señor me ha dado un descendiente a cambio de Abel, asesinado por Caín.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 49, 1 y 8. 16bc-17. 20-21 (R.: 14a)
R. Ofrece al Señor un sacrificio de alabanza.
El Dios de los dioses, el Señor, habla:
convoca la tierra de Oriente a Occidente.
No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí. R.
¿Por qué recitas mis preceptos,
tú que detestas mi enseñanza,
y te echas a la espalda mis mandatos? R.
Te sientas a hablar contra tu hermano,
deshonras al hijo de tu madre:
esto haces, ¿y me voy a callar?
¿crees que soy como tú?
Te acusare, te lo echaré en cara. R.
Aleluya Jn 14, 6
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida
—dice el Señor—;
nadie va al Padre, sino por mí.
EVANGELIO
¿Por qué esta generación reclama un signo?
Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 11-13
En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo.
Jesús dio un profundo suspiro y dijo:
—« ¿Por qué esta generación reclama un signo? Os aseguro que no se le dará un signo a esta generación».
Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Palabra del Señor.
Martes
PRIMERA LECTURA
Borraré de la superficie de la tierra al hombre que he creado
Lectura del libro del Génesis 6, 5-8; 7, 1-5. 10
Al ver el Señor que la maldad del hombre crecía sobre la tierra, y que todo su modo de pensar era siempre perverso, se arrepintió de haber creado al hombre en la tierra, y le pesó de corazón.
Y dijo:
—«Borraré de la superficie de la tierra al hombre que he creado; al hombre con los cuadrúpedos, reptiles y aves, pues me pesa de haberlos hecho».
Pero Noé alcanzó el favor del Señor.
El Señor dijo a Noé:
—«Entra en el arca con toda tu familia, pues tú eres el único justo que he encontrado en tu generación. De cada animal puro toma siete parejas, macho y hembra; de los no puros, una pareja, macho y hembra; y lo mismo de los pájaros, siete parejas, macho y hembra, para que conserven la especie en la tierra.
Dentro de siete días haré llover sobre la tierra cuarenta días con sus noches, y borraré de la superficie de la tierra a todos los vivientes que he creado».
Noé hizo todo lo que le mandó el Señor.
Pasados siete días vino el diluvio a la tierra.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 28, 1a y 2. 3ac-4. 3b y 9c-10 (R.: 11b)
R. El Señor bendice a su pueblo con la paz.
Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R.
La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica. R.
El Dios de la gloria ha tronado.
En su templo un grito unánime: «¡Gloria!».
El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno. R.
Aleluya Jn 14, 23
El que me ama guardará mi palabra
—dice el Señor—,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él.
EVANGELIO
Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes
Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 14-21
En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó llevar pan, y no tenían más que un pan en la barca.
Jesús les recomendó:
—«Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes».
Ellos comentaban:
—«Lo dice porque no tenemos pan».
Dándose cuenta, les dijo Jesús:
—«¿Por qué comentáis que no tenéis pan? ¿No acabáis de entender? ¿Tan torpes sois? ¿Para qué os sirven los ojos si no veis, y los oídos si no oís? A ver, ¿cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil? ¿Os acordáis?».
Ellos contestaron:
—«Doce».
—«¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?».
Le respondieron:
—«Siete».
Él les dijo:
—«¿Y no acabáis de entender?».
Palabra del Señor.
Miércoles
PRIMERA LECTURA
Miró Noé y vio que la superficie estaba seca
Lectura del libro del Génesis 8, 6-13. 20-22
Pasados cuarenta días, Noé abrió el tragaluz que había hecho en el arca y soltó el cuervo, que voló de un lado para otro, hasta que se secó el agua en la tierra.
Después soltó la paloma, para ver si el agua sobre la superficie estaba ya somera. La paloma, no encontrando donde posarse, volvió al arca con Noé, porque todavía había agua sobre la superficie. Noé alargó el brazo, la agarró y la metió consigo en el arca.
Esperó otros siete días y de nuevo soltó la paloma desde el arca; ella volvió al atardecer con una hoja de olivo arrancada en el pico.
Noé comprendió que el agua sobre la tierra estaba somera; esperó otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió.
El año seiscientos uno, el día primero del mes primero, se secó el agua en la tierra. Noé abrió el tragaluz del arca, miró y vio que la superficie estaba seca.
Noé construyó un altar al Señor, tomó animales y aves de toda especie pura y los ofreció en holocausto sobre el altar.
El Señor olió el aroma que aplaca y se dijo:
—«No volveré a maldecir la tierra a causa del hombre, porque el corazón humano piensa mal desde la juventud. No volveré a matar a los vivientes, como acabo de hacerlo. Mientras dure la tierra, no han de faltar siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 115, 12-13. 14-15. 18-19 (R.: 17a)
R. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
O bien:
R. Aleluya.
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre. R.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles. R.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén. R.
Aleluya Cf. Ef 1, 17-18
El Padre de nuestro Señor Jesucristo
ilumine los ojos de nuestro corazón,
para que comprendamos cuál es la esperanza
a que nos llama.
EVANGELIO
El ciego estaba curado y veía todo con claridad
Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 22-26
En aquel tiempo, Jesús y los discípulos llegaron a Betsaida.
Le trajeron un ciego, pidiéndole que lo tocase.
Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó:
—«¿Ves algo?».
Empezó a distinguir y dijo:
—«Veo hombres; me parecen árboles, pero andan».
Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado y veía con toda claridad.
Jesús lo mandó a casa, diciéndole:
—«No entres siquiera en la aldea».
Palabra del Señor.
Jueves
PRIMERA LECTURA
Pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra
Lectura del libro del Génesis 9, 1-13
Dios bendijo a Noé y a sus hijos, diciéndoles:
—«Creced, multiplicaos y llenad la tierra. Todos los animales de la tierra os temerán y respetarán; aves del cielo, reptiles del suelo, peces del mar, están en vuestro poder. Todo lo que vive y se mueve os servirá de alimento; os lo entrego, lo mismo que los vegetales.
Pero no comáis carne con sangre, que es su vida. Pediré cuentas de vuestra sangre y vida, y se las pediré a cualquier animal; y al hombre le pediré cuentas de la vida de su hermano. Si uno derrama la sangre de un hombre, otro derramará la suya, porque Dios hizo al hombre a su imagen. Vosotros creced y multiplicaos, moveos por la tierra y dominadla».
Dios dijo a Noé y a sus hijos:
—«Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañaron: aves, ganado y fieras; con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Hago un pacto con vosotros: el diluvio no volverá a destruir la vida, ni habrá otro diluvio que devaste la tierra».
Y Dios añadió:
—«Ésta es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las edades: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 101, 16-18. 19-21. 29 y 22-23 (R.: 20b)
R. El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra.
Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión,
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R.
Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R.
Los hijos de tus siervos vivirán seguros,
su linaje durará en tu presencia,
para anunciar en Sión el nombre del Señor,
y su alabanza en Jerusalén,
cuando se reúnan unánimes los pueblos
y los reyes para dar culto al Señor R.
Aleluya Cf. Jn 6, 63c. 68c
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida;
tú tienes palabras de vida eterna.
EVANGELIO
Tú eres el Mesías. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho
Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 27-33
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino, preguntó a sus discípulos:
—«¿Quién dice la gente que soy yo?».
Ellos le contestaron:
—«Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas».
Él les preguntó:
—«Y vosotros, ¿quién decís que soy?».
Pedro le contestó:
—«Tú eres el Mesías».
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie.
Y empezó a instruirlos:
—«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».
Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Jesús se volvió y, de cara a los discípulos, increpó a Pedro:
—«¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».
Palabra del Señor.
Viernes
PRIMERA LECTURA
Voy a bajar y a confundir su lengua
Lectura del libro del Génesis 11, 1-9
Toda la tierra hablaba la misma lengua con las mismas palabras.
Al emigrar (el hombre) de oriente, encontraron una llanura en el país de Senaar y se establecieron allí.
Y se dijeron unos a otros:
—«Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos».
Emplearon ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de cemento.
Y dijeron:
—«Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance al cielo, para hacernos famosos, y para no dispersarnos por la superficie de la tierra».
El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres; y se dijo:
—«Son un solo pueblo con una sola lengua. Si esto no es más que el comienzo de su actividad, nada de lo que decidan hacer les resultará imposible. Voy a bajar y a confundir su lengua, de modo que uno no entienda la lengua del prójimo».
El Señor los dispersó por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad.
Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y desde allí los dispersó por la superficie de la tierra.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 32, 10-11. 12-13. 14-15 (R.: 12b)
R. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad. R.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres. R.
Desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones. R.
Aleluya Jn 15, 15b
A vosotros os llamo amigos
—dice el Señor—,
porque todo lo que he oído a mi Padre
os lo he dado a conocer.
EVANGELIO
El que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará
Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 34—9, 1.
En aquel tiempo, Jesús llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo:
—«El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará. Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar uno para recobrarla? Quien se avergüence de mí y de mis palabras, en esta generación descreída y malvada, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando venga con la gloria de su Padre entre los santos ángeles».
Y añadió:
—«Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto llegar el reino de Dios en toda su potencia».
Palabra del Señor.
Sábado
PRIMERA LECTURA
Por la fe, sabemos que la palabra de Dios configuró el universo
Lectura de la carta a los Hebreos 11, 1-7
Hermanos:
La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve. Por su fe, son recordados los antiguos.
Por la fe, sabemos que la palabra de Dios configuró el universo, de manera que lo que está a la vista no proviene de nada visible.
Por la fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio mejor que Caín; por ella, Dios mismo, al recibir sus dones, lo acreditó como justo; por ella, sigue hablando después de muerto.
Por fe, fue arrebatado Henoc, sin pasar por la muerte; no lo encontraban, porque Dios lo había arrebatado; en efecto, antes de ser arrebatado se le acreditó que había complacido a Dios, y sin fe es imposible complacerle, pues el que se acerca a Dios debe creer que existe y que recompensa a quienes lo buscan.
Por fe, Noé, advertido por Dios de lo que aún no se veía, tomó precauciones y construyó un arca para salvar a su familia; por la fe, condenó al mundo y consiguió la justicia que viene de la fe.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 144, 2-3. 4-5. 10-11 (R.: cf. 1b)
R. Bendeciré tu nombre; Señor, por siempre.
Día tras día te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R.
Una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. R.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.
Aleluya Cf. Mc 9, 7
Se abrió el cielo,
y se oyó la voz del Padre:
«Éste es mi Hijo amado; escuchadlo».
EVANGELIO
Se transfiguró delante de ellos
Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 2-13
En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.
Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús:
—«Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
Estaban asustados, y no sabía lo que decía.
Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube:
—«Éste es mi Hijo amado; escuchadlo».
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:
—«No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos».
Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».
Le preguntaron:
—«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».
Les contestó él:
—«Elías vendrá primero y lo restablecerá todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Os digo que Elías ya ha venido, y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito».
Palabra del Señor.
Ver índice de Semanas del año I – Tiempo Ordinario del Año Impar