Semana 15 de Tiempo Ordinario. Año Impar

Semana 15 Tiempo Ordinario Año Impar

Semana 15 de Tiempo Ordinario en el Año Impar, según el Leccionario IV, es un período litúrgico en el que la Iglesia Católica se sumerge en una profunda reflexión a través de la Palabra de Dios, siguiendo un ciclo de lecturas específicamente diseñado para estos años. Durante este tiempo, los días feriales se enriquecen con lecturas continuas que abarcan una variedad de libros bíblicos, proporcionando a los fieles una oportunidad única de profundizar en su comprensión de las Escrituras y de la enseñanza católica.

En el Año Impar, el Leccionario IV ofrece una selección de textos del Antiguo Testamento, Salmos, Epístolas y Evangelios que se han elegido cuidadosamente para iluminar diferentes aspectos de la fe y la vida cristiana. Estas lecturas están diseñadas no solo para educar sino también para inspirar y guiar a los fieles en su caminar diario con Dios. Por ejemplo, los Evangelios de Marcos y Mateo son a menudo destacados, proporcionando reflexiones sobre la vida y enseñanzas de Jesucristo que son centrales para la fe católica.

15ª Semana de Tiempo Ordinario. Años impares

Lunes

PRIMERA LECTURA

Vamos a vencer con astucia a Israel,
porque está siendo más numeroso y fuerte que nosotros

Lectura del libro del Éxodo 1, 8-14. 22

En aquellos días, subió al trono en Egipto un Faraón nuevo, que no había conocido a José, y dijo a su pueblo:

—«Mirad, el pueblo de Israel está siendo más numeroso y fuerte que nosotros; vamos a vencerlo con astucia, pues si no, cuando se declare la guerra, se aliará con el enemigo, nos atacará, y después se marchará de nuestra tierra».

Así, pues, nombraron capataces que los oprimieran con cargas, en la construcción de las ciudades granero, Pitom y Ramsés. Pero, cuanto más los oprimían, ellos crecían y se propagaban más.

Hartos de los israelitas, los egipcios les impusieron trabajos crueles, y les amargaron la vida con dura esclavitud: el trabajo del barro, de los ladrillos, y toda clase de trabajos del campo; les imponían trabajos crueles.

Entonces el Faraón ordenó a toda su gente:

—«Cuando nazca un niño, echadlo al Nilo; si es niña, dejadla con vida».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 123, 1-3. 4-6. 7-8 (R.: 8a)

R. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
—que lo diga Israel—,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros. R.

Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó
en presa a sus dientes. R.

Hemos salvado la vida, como un pájaro
de la trampa del cazador;
la trampa se rompió, y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R.

Aleluya Mt, 5, 10

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos.

EVANGELIO

No he venido a sembrar paz, sino espadas

Lectura del santo evangelio según san Mateo 10, 34—11, 1

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:

—«No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espadas. He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa.

El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará.

El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe amí recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo.

El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro».

Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.

Palabra del Señor.

Martes

PRIMERA LECTURA

Lo llamó Moisés, porque lo había sacado del agua;
cuando creció, fue a donde estaban sus hermanos

Lectura del libro del Éxodo 2, 1-15a

En aquellos días, un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de la misma tribu; ella concibió y dio a luz un niño. Viendo qué hermoso era, lo tuvo escondido tres meses. No pudiendo tenerlo escondido por más tiempo, tomó una cesta de mimbre, la embadurnó de barro y pez, colocó en ella a la criatura, y la depositó entre los juncos, junto a la orilla del Nilo.

Una hermana del niño observaba a distancia para ver en qué paraba.

La hija del Faraón bajó a bañarse en el Nilo, mientras sus criadas la seguían por la orilla. Al descubrir la cesta entre los juncos, mandó a la criada a recogerla.

La abrió, miró dentro, y encontró un niño llorando.

Conmovida, comentó:

—«Es un niño de los hebreos».

Entonces, la hermana del niño dijo a la hija del Faraón:

—«¿Quieres que vaya a buscarle una nodriza hebrea que críe al niño?».

Respondió la hija del Faraón:

—«Anda».

La muchacha fue y llamó a la madre del niño.

La hija del Faraón le dijo:

—«Llévate al niño y críamelo, y yo te lo pagaré».

La mujer tomó al niño y lo crió.

Cuando creció el muchacho, se lo llevó a la hija del Faraón, que lo adoptó como hijo y lo llamó Moisés, diciendo:

—«Lo he sacado del agua».

Pasaron los años, Moisés creció, fue a donde estaban sus hermanos, y los encontró transportando cargas. Y vio cómo un egipcio maltrataba a un hebreo, uno de sus hermanos.

Miró a un lado y a otro, y, viendo que no había nadie, mató al egipcio y lo enterró en la arena.

Al día siguiente, salió y encontró a dos hebreos riñendo, y dijo al culpable:

—«¿Por qué golpeas a tu compañero?».

Él le contestó:

—«¿Quién te ha nombrado jefe y juez nuestro? ¿Es que pretendes matarme como mataste al egipcio?».

Moisés se asustó pensando: «La cosa se ha sabido».

Cuando el Faraón se enteró del hecho, buscó a Moisés para darle muerte; pero Moisés huyó del Faraón y se refugió en el país de Madián.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 68, 3. 14. 30-31. 33-34 (R.: cf. 33)

R. Humildes, buscad al Señor, y vivirá vuestro corazón.

Me estoy hundiendo en un cieno profundo
y no puedo hacer pie;
he entrado en la hondura del agua,
me arrastra la corriente. R.

Pero mi oración se dirige a ti,
Dios mío, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad,
que tu fidelidad me ayude. R.

Yo soy un pobre malherido;
Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias. R.

Miradlo, los humildes y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R.

Aleluya Cf. Sal 94, 8ab

No endurezcáis vuestro corazón;
escuchad la voz del Señor.

EVANGELIO

El día del juicio le será más llevadero a Tiro y Sidón y a Sodoma que a vosotras

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 20-24

En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido:

—«¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza.

Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.

Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno.

Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy.

Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti».

Palabra del Señor.

Miércoles

PRIMERA LECTURA

El ángel del Señor se apareció en una llamarada entre las zarzas

Lectura del libro del Éxodo 3, 1-6. 9-12

En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar a Horeb, el monte de Dios.

El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse.

Moisés se dijo:

—«Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver cómo es que no se quema la zarza».

Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza:

—«Moisés, Moisés».

Respondió él:

—«Aquí estoy».

Dijo Dios:

—«No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado».

Y añadió:

—«Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob».

Moisés se tapó la cara, temeroso de ver a Dios.

El Señor le dijo:

—«El clamor de los israelitas ha llegado a mí, y he visto cómo los tiranizan los egipcios.

Y ahora marcha, te envío al Faraón para que saques a mi pueblo, a los israelitas».

Moisés replicó a Dios:

—«¿Quién soy yo para acudir al Faraón o para sacar a los israelitas de Egipto?».

Respondió Dios:

—«Yo estoy contigo; y ésta es la señal de que yo te envío: cuando saques al pueblo de Egipto, daréis culto a Dios en esta montaña».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 102, 1-2. 3-4. 6-7 (R.: 8a)

R. El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R.

Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R.

El Señor hace justicia
y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a los hijos de Israel. R.

Aleluya Cf. Mt 11, 25

Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra,
porque has revelado los secretos del reino a la gente sencilla.

EVANGELIO

Has escondido estas cosas a los sabios y se las has revelado a la gente sencilla

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 25-27

En aquel tiempo, exclamó Jesús:

—«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor.

Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».

Palabra del Señor.

Jueves

PRIMERA LECTURA

Soy el que soy. «Yo-soy» me envía a vosotros

Lectura del libro del Éxodo 3, 13-20

En aquellos días, Moisés, después de oír la voz del Señor desde la zarza ardiendo, le replicó:

—«Mira, yo iré a los israelitas y les diré: «El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros». Si ellos me preguntan cómo se llama, ¿qué les respondo?».

Dios dijo a Moisés:

—«»Soy el que soy»; esto dirás a los israelitas: «‘Yo-soy’ me envía a vosotros»».

Dios añadió:

—«Esto dirás a los israelitas: «Yahvé (Él-es), Dios de vuestros padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Éste es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación».

Vete, reúne a los ancianos de Israel y diles: «El Señor, Dios de vuestros padres, de Abrahán, de Isaac y de Jacob, se me ha aparecido y me ha dicho: ‘Os tengo presentes y veo cómo os tratan los egipcios. He decidido sacaros de la opresión egipcia y llevaros al país de los cananeos, hititas, amorreos, fereceos, heveos y jebuseos, a una tierra que mana leche y miel'».

Ellos te harán caso, y tú, con los ancianos de Israel, te presentarás al rey de Egipto y le diréis: «El Señor Dios de los hebreos nos ha encontrado, y nosotros tenemos que hacer un viaje de tres jornadas por el desierto para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios».

Yo sé que el rey de Egipto no os dejará marchar si no es a la fuerza; pero yo extenderé la mano, heriré a Egipto con prodigios que haré en el país, y entonces os dejará marchar».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 104, 1 y 5. 8-9. 24-25. 26-27 (R.: 8a)

R. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

O bien:

R. Aleluya.

Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca. R.

Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R.

Dios hizo a su pueblo muy fecundo,
más poderoso que sus enemigos.
A éstos les cambió el corazón
para que odiasen a su pueblo,
y usaran malas artes con sus siervos. R.

Pero envió a Moisés, su siervo,
y a Aarón, su escogido,
que hicieron contra ellos sus signos,
prodigios en la tierra de Cam. R.

Aleluya Mt 11, 28

Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados,
y yo os aliviaré
—dice el Señor—.

EVANGELIO

Soy manso y humilde de corazón

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 28-30

En aquel tiempo, exclamó Jesús:

—«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra del Señor.

Viernes

PRIMERA LECTURA

Mataréis un cordero al atardecer; cuando vea la sangre, pasaré de largo

Lectura del libro del Éxodo 11, 10—12, 14

En aquellos días, Moisés y Aarón hicieron muchos prodigios en presencia del Faraón; pero el Señor hizo que el Faraón se empeñara en no dejar marchar a los israelitas de su territorio.

Dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto:

—«Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de Israel: «El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo.

Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito.

Lo guardaréis hasta el día catorce del mes, y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayáis comido.

Esta noche comeréis la carne, asada a fuego, comeréis panes sin fermentar y verduras amargas.

No comeréis de ella nada crudo ni cocido en agua, sino asado a fuego: con cabeza, patas y entrañas. No dejaréis restos para la mañana siguiente; y, si sobra algo, lo quemaréis.

Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el paso del Señor.

Esta noche pasaré por todo el país de Egipto, dando muerte a todos sus primogénitos, de hombres y animales; y haré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor.

La sangre será vuestra señal en las casas donde estéis; cuando vea la sangre, pasaré de largo; no os tocará la plaga exterminadora, cuando yo pase hiriendo a Egipto.

Este día será para vosotros memorable, en él celebraréis la fiesta del Señor, ley perpetua para todas las generaciones»».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 115, 12-13. 15-16bc. 17-18 (R.: 13)

R. Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.

O bien:

R. Aleluya.

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre. R.

Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Siervo tuyo soy, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas. R.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo. R.

Aleluya Jn 10, 27

Mis ovejas escuchan mi voz
—dice el Señor—,
y yo las conozco, y ellas me siguen.

EVANGELIO

El Hijo del hombre es señor del sábado

Lectura del santo evangelio según san Mateo 12, 1-8

Un sábado de aquéllos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los fariseos, al verlo, le dijeron:

—«Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado».

Les replicó:

—«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes.

¿Y no habéis leído en la Ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa?

Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo.

Si comprendierais lo que significa «quiero misericordia y no sacrificio», no condenaríais a los que no tienen culpa.

Porque el Hijo del hombre es señor del sábado».

Palabra del Señor.

Sábado

PRIMERA LECTURA

Noche en que el Señor sacó a Israel de Egipto

Lectura del libro del Éxodo 12, 37-42

En aquellos días, los israelitas marcharon de Ramsés hacia Sucot: eran seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños; y les seguía una multitud inmensa, con ovejas y vacas y enorme cantidad de ganado.

Cocieron la masa que habían sacado de Egipto, haciendo hogazas de pan ázimo, pues no había fermentado, porque los egipcios los echaban y no los dejaban detenerse; y tampoco se llevaron provisiones.

La estancia de los israelitas en Egipto duró cuatrocientos treinta años.

Cumplidos los cuatrocientos treinta años, el mismo día, salieron de Egipto las legiones del Señor.

Noche en que veló el Señor para sacarlos de Egipto: noche de vela para los israelitas por todas las generaciones.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 135, 1. 23. 24. 10. 12. 13-15

R. Porque es eterna su misericordia.

Dad gracias al Señor porque es bueno. R.

En nuestra humillación, se acordó de nosotros: R.

Y nos libró de nuestros opresores. R.

Él hirió a Egipto en sus primogénitos. R.

Y sacó a Israel de aquel país. R.

Con mano poderosa, con brazo extendido. R.

Él dividió en dos partes el mar Rojo. R.

Y condujo por en medio a Israel. R.

Arrojó en el mar Rojo al Faraón. R.

Aleluya 2Co 5, 19

Dios estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo,
y a nosotros nos ha confiado
la palabra de la reconciliación.

EVANGELIO

Les mandó que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta

Lectura del santo evangelio según san Mateo 12, 14-21

En aquel tiempo, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús.

Pero Jesús se enteró, se marchó de allí y muchos le siguieron.

Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran.

Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías:

«Mirad a mi siervo, mi elegido,
mi amado, mi predilecto.

Sobre él he puesto mi espíritu
para que anuncie el derecho a las naciones.

No porfiará, no gritará, no voceará por las calles.
La caña cascada no la quebrará,

el pábilo vacilante no lo apagará,
hasta implantar el derecho;
en su nombre esperarán las naciones».

Palabra del Señor.



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