Semana 1 de Tiempo Ordinario. Año Impar

Semana 1 Tiempo Ordinario Año Impar

Semana 1 de Tiempo Ordinario en el Año Impar, según el Leccionario IV, es un período litúrgico en el que la Iglesia Católica se sumerge en una profunda reflexión a través de la Palabra de Dios, siguiendo un ciclo de lecturas específicamente diseñado para estos años. Durante este tiempo, los días feriales se enriquecen con lecturas continuas que abarcan una variedad de libros bíblicos, proporcionando a los fieles una oportunidad única de profundizar en su comprensión de las Escrituras y de la enseñanza católica.

En el Año Impar, el Leccionario IV ofrece una selección de textos del Antiguo Testamento, Salmos, Epístolas y Evangelios que se han elegido cuidadosamente para iluminar diferentes aspectos de la fe y la vida cristiana. Estas lecturas están diseñadas no solo para educar sino también para inspirar y guiar a los fieles en su caminar diario con Dios. Por ejemplo, los Evangelios de Marcos y Mateo son a menudo destacados, proporcionando reflexiones sobre la vida y enseñanzas de Jesucristo que son centrales para la fe católica.

1ª Semana de Tiempo Ordinario. Años impares

Lunes

PRIMERA LECTURA

Dios nos ha hablado por el Hijo

Comienzo de la carta a los Hebreos 1, 1-6

En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas.

Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha ido realizando las edades del mundo.

Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más sublime es el nombre que ha heredado.

Pues, ¿a qué ángel dijo jamás: «Hijo mío eres tú, hoy te he engendrado», o: «Yo seré para él un padre, y él será para mí un hijo»?

Y en otro pasaje, al introducir en el mundo al primogénito, dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 96, 1 y 2b. 6 y 7c. 9 (R.: cf. 7c)

R. Adorad a Dios, todos sus ángeles.

El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Justicia y derecho sostienen su trono. R.

Los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria.
Ante él se postran todos los dioses. R.

Porque tú eres, Señor,
altísimo sobre toda la tierra,
encumbrado sobre todos los dioses. R.

Aleluya Mc 1, 15

Está cerca el reino de Dios
—dice el Señor—
convertíos y creed en el Evangelio.

EVANGELIO

Convertíos y creed en el Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 14-20

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:

—«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio».

Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.

Jesús les dijo:

—«Venid conmigo y os haré pescadores de hombres».

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.

Palabra del Señor.

Martes

PRIMERA LECTURA

Dios juzgó conveniente perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de su salvación

Lectura de la carta a los Hebreos 2, 5-12

Hermanos: Dios no sometió a los ángeles el mundo venidero, del que estamos hablando; de ello dan fe estas palabras:

«¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
o el hijo del hombre, para que mires por él?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
todo lo sometiste bajo sus pies».

En efecto, puesto a someterle todo, nada dejó fuera de su dominio.

Pero ahora no vemos todavía que todo le esté sometido.

Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte.

Así, por la gracia de Dios, ha padecido la muerte para bien de todos.

Dios, para quien y por quien existe todo, juzgó conveniente, para llevar a una multitud de hijos a la gloria, perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de su salvación. El santificador y los santificados proceden todos del mismo.

Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos, cuando dice:

«Anunciaré tu nombre a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 8, 2 a y 5. 6-7. 8-9 (R.: cf. 7)

R. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.

¡Señor, dueño nuestro,
qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!
¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder? R.

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos. R.

Todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar. R.

Aleluya Cf. 1Ts 2, 13

Acoged la palabra de Dios,
no como palabra de hombre,
sino, cual es en verdad, como palabra de Dios.

EVANGELIO

Enseñaba con autoridad

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 21-28

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.

Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar:

—«¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».

Jesús lo increpó:

—«Cállate y sal de él».

El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos:

—«¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen».

Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.

Palabra del Señor.

Miércoles

PRIMERA LECTURA

Tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser compasivo

Lectura de la carta a los Hebreos 2, 14-18

Hermanos:

Los hijos de una familia son todos de la misma carne y sangre, y de nuestra carne y sangre participó también Jesús; así, muriendo, aniquiló al que tenía el poder de la muerte, es decir, al diablo, y liberó a todos los que por miedo a la muerte pasaban la vida entera como esclavos.

Notad que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote compasivo y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar así los pecados del pueblo. Como él ha pasado por la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora pasan por ella.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 104, 1-2. 3-4. 6-7. 8-9 (R.: 8a)

R. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

O bien:

R. Aleluya.

Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas. R.

Gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro. R.

¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R.

Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R.

Aleluya Jn 10, 27

Mis ovejas escuchan mi voz
—dice el Señor—,
y yo las conozco, y ellas me siguen.

EVANGELIO

Curó a muchos enfermos de diversos males

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 29-39

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.

Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron:

—«Todo el mundo te busca».

Él les respondió:

—«Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido».

Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.

Palabra del Señor.

Jueves

PRIMERA LECTURA

Animaos, los unos a los otros, mientras dure este «hoy»

Lectura de la carta a los Hebreos 3, 7-14

Hermanos:

Como dice el Espíritu Santo:

«Si escucháis hoy su voz,
no endurezcáis el corazón,

como cuando la rebelión,
cuando la prueba del desierto,

donde me pusieron a prueba vuestros padres y me tentaron,
a pesar de haber visto mis obras
durante cuarenta años;

por eso me indigné contra aquella generación, y dije:
«Siempre tienen el corazón extraviado;

no han conocido mis caminos,
por eso he jurado en mi cólera

que no entrarán en mi descanso»».

¡Atención, hermanos! Que ninguno de vosotros tenga un corazón malo e incrédulo, que lo lleve a desertar del Dios vivo.

Animaos, por el contrario, los unos a los otros, día tras día, mientras dure este «hoy», para que ninguno de vosotros se endurezca, engañado por el pecado.

En efecto, somos participes de Cristo, si conservamos firme hasta el final la actitud del principio.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 94, 6-7. 8-9. 10-11 (R.: 8)

R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
«No endurezcáis vuestro corazón».

Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras». R.

«Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
«Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»». R.

Aleluya Cf. Mt 4, 23

Jesús proclamaba el Evangelio del reino,
curando las dolencias del pueblo.

EVANGELIO

La lepra se le quitó, y quedó limpio

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 40-45

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:

—«Si quieres, puedes limpiarme».

Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo:

—«Quiero: queda limpio».

La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio.

Él lo despidió, encargándole severamente:

—«No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés».

Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.

Palabra del Señor.

Viernes

PRIMERA LECTURA

Empeñémonos en entrar en aquel descanso

Lectura de la carta a los Hebreos 4, 1-5. 11

Hermanos:

Temamos, no sea que, estando aún en vigor la promesa de entrar en su descanso, alguno de vosotros crea que ha perdido la oportunidad.

También nosotros hemos recibido la buena noticia, igual que ellos; pero el mensaje que oyeron de nada les sirvió, porque no se adhirieron por la fe a los que lo habían escuchado.

En efecto, entramos en el descanso los creyentes, de acuerdo con lo dicho:

«He jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»,

y eso que sus obras estaban terminadas desde la creación del mundo.

Acerca del día séptimo se dijo:

«Y descansó Dios el día séptimo
de todo el trabajo que había hecho».

En nuestro pasaje añade:

«No entrarán en mi descanso».

Empeñémonos, por tanto, en entrar en aquel descanso, para que nadie caiga, siguiendo aquel ejemplo de rebeldía.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 77, 3 y 4bc. 6c-7. 8 (R.: cf. 7c)

R. No olvidéis las acciones de Dios.

Lo que oímos y aprendimos,
lo que nuestros padres nos contaron,
lo contaremos a la futura generación:
las alabanzas del Señor, su poder. R.

Que surjan y lo cuenten a sus hijos,
para que pongan en Dios su confianza
y no olviden las acciones de Dios,
sino que guarden sus mandamientos. R.

Para que no imiten a sus padres,
generación rebelde y pertinaz;
generación de corazón inconstante,
de espíritu infiel a Dios. R.

Aleluya Lc 7, 16

Un gran Profeta ha surgido entre nosotros.
Dios ha visitado a su pueblo.

EVANGELIO

El Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados

Lectura del santo evangelio según san Marcos 2, 1-12

Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa.

Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les preponía la palabra.

Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico.

Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico:

—«Hijo, tus pecados quedan perdonados».

Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros:

—«¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?».

Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo:

—«¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico «tus pecados quedan perdonados» o decirle «levántate, coge la camilla y echa a andar»?

Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados…».

Entonces le dijo al paralítico:

—«Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa».

Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo:

—«Nunca hemos visto una cosa igual».

Palabra del Señor.

Sábado

PRIMERA LECTURA

Acerquémonos con seguridad al trono de la gracia

Lectura de la carta a los Hebreos 4, 12-16

Hermanos:

La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. Juzga los deseos e intenciones del corazón.

No hay criatura que escape a su mirada. Todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.

Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios.

No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado.

Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 18, 8. 9. 10. 15 (R.: cf. Jn 6, 63b)

R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R.

Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío. R.

Aleluya Lc 4, 18

El Señor me ha enviado
para anunciar el Evangelio a los pobres,
para anunciar a los cautivos la libertad.

EVANGELIO

No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores

Lectura del santo evangelio según san Marcos 2, 13-17

En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él, y les enseñaba.

Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:

—«Sígueme».

Se levantó y lo siguió.

Estando Jesús a la mesa en su casa, de entre los muchos que lo seguían un grupo de publicanos y pecadores se sentaron con Jesús y sus discípulos.

Algunos escribas fariseos, al ver que comía con publicanos y pecadores, les dijeron a los discípulos:

—«¡De modo que come con publicanos y pecadores!».

Jesús lo oyó y les dijo:

—«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores».

Palabra del Señor.



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