Semana 17 de Tiempo Ordinario. Año Impar

Semana 17 Tiempo Ordinario Año Impar

Semana 17 de Tiempo Ordinario en el Año Impar, según el Leccionario IV, es un período litúrgico en el que la Iglesia Católica se sumerge en una profunda reflexión a través de la Palabra de Dios, siguiendo un ciclo de lecturas específicamente diseñado para estos años. Durante este tiempo, los días feriales se enriquecen con lecturas continuas que abarcan una variedad de libros bíblicos, proporcionando a los fieles una oportunidad única de profundizar en su comprensión de las Escrituras y de la enseñanza católica.

En el Año Impar, el Leccionario IV ofrece una selección de textos del Antiguo Testamento, Salmos, Epístolas y Evangelios que se han elegido cuidadosamente para iluminar diferentes aspectos de la fe y la vida cristiana. Estas lecturas están diseñadas no solo para educar sino también para inspirar y guiar a los fieles en su caminar diario con Dios. Por ejemplo, los Evangelios de Marcos y Mateo son a menudo destacados, proporcionando reflexiones sobre la vida y enseñanzas de Jesucristo que son centrales para la fe católica.

17ª Semana de Tiempo Ordinario. Años impares

Lunes

PRIMERA LECTURA

Este pueblo ha cometido un pecado gravísimo haciéndose dioses de oro

Lectura del libro del Éxodo 32, 15-24. 30-34

En aquellos días, Moisés se volvió y bajó del monte con las dos tablas de la alianza en la mano. Las tablas estaban escritas por ambos lados; eran hechura de Dios, y la escritura era escritura de Dios, grabada en las tablas.

Al oír Josué el griterío del pueblo, dijo a Moisés:

—«Se oyen gritos de guerra en el campamento».

Contestó él:

—«No es grito de victoria, no es grito de derrota, que son cantos lo que oigo».

Al acercarse al campamento y ver el becerro y las danzas, Moisés, enfurecido, tiró las tablas y las rompió al pie del monte.

Después agarró el becerro que habían hecho, lo quemó y lo trituró hasta hacerlo polvo, que echó en agua, haciéndoselo beber a los israelitas.

Moisés dijo a Aarón:

—«¿Qué te ha hecho este pueblo, para que nos acarreases tan enorme pecado?».

Contestó Aarón:

—«No se irrite mi señor. Sabes que este pueblo es perverso. Me dijeron: «Haznos un Dios que vaya delante de nosotros, pues a ese Moisés que nos sacó de Egipto no sabemos qué le ha pasado». Yo les dije: «Quien tenga oro que se desprenda de él y me lo dé»; yo lo eché al fuego, y salió este becerro».

Al día siguiente, Moisés dijo al pueblo:

—«Habéis cometido un pecado gravísimo; pero ahora subiré al Señor a expiar vuestro pecado».

Volvió, pues, Moisés al Señor y le dijo:

—«Este pueblo ha cometido un pecado gravísimo, haciéndose dioses de oro. Pero ahora, o perdonas su pecado o me borras del libro de tu registro».

El Señor respondió:

—«Al que haya pecado contra mí lo borraré del libro. Ahora ve y guía a tu pueblo al sitio que te dije; mi ángel irá delante de ti; y cuando llegue el día de la cuenta, les pediré cuentas de su pecado».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 105, 19-20. 21-22. 23 (R.: 1a)

R. Dad gracias al Señor porque es bueno.

En Horeb se hicieron un becerro,
adoraron un ídolo de fundición;
cambiaron su gloria por la imagen
de un toro que come hierba. R.

Se olvidaron de Dios, su salvador,
que había hecho prodigios en Egipto,
maravillas en el país de Cam,
portentos junto al mar Rojo. R.

Dios hablaba ya de aniquilarlos;
pero Moisés, su elegido,
se puso en la brecha frente a él,
para apartar su cólera del exterminio. R.

Aleluya St 1, 18

El Padre, por propia iniciativa, con la palabra de la verdad,
nos engendró,
para que seamos como la primicia de sus criaturas.

EVANGELIO

El grano de mostaza se hace un arbusto, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 31-35

En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente:

—«El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas».

Les dijo otra parábola:

—«El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo fermente».

Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada.

Así se cumplió el oráculo del profeta:

«Abriré mi boca diciendo parábolas,
anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo».

Palabra del Señor.

Martes

PRIMERA LECTURA

El Señor hablaba con Moisés cara a cara

Lectura del libro del Éxodo 33, 7-11; 34, 5b-9. 28

En aquellos días, Moisés levantó la tienda de Dios y la plantó fuera, a distancia del campamento, y la llamó «tienda del encuentro». El que tenía que visitar al Señor salía fuera del campamento y se dirigía a la tienda del encuentro.

Cuando Moisés salía en dirección a la tienda, todo el pueblo se levantaba y esperaba a la entrada de sus tiendas, mirando a Moisés hasta que éste entraba en la tienda; en cuanto él entraba, la columna de nube bajaba y se quedaba a la entrada de la tienda, mientras él hablaba con el Señor, y el Señor hablaba con Moisés.

Cuando el pueblo veía la columna de nube a la puerta de la tienda, se levantaba y se prosternaba, cada uno a la entrada de su tienda.

El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con un amigo. Después él volvía al campamento, mientras Josué, hijo de Nun, su joven ayudante, no se apartaba de la tienda.

Y Moisés pronunció el nombre del Señor.

El Señor pasó ante él, proclamando:

—«Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad. Misericordioso hasta la milésima generación, que perdona culpa, delito y pecado, pero no deja impune y castiga la culpa de los padres en los hijos y nietos, hasta la tercera y cuarta generación».

Moisés al momento, se inclinó y se echó por tierra.

Y le dijo:

—«Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque ése es un pueblo de cerviz dura; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya».

Moisés estuvo allí con el Señor cuarenta días con sus cuarenta noches: no comió pan ni bebió agua; y escribió en las tablas las cláusulas del pacto, los diez mandamientos.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 102, 6-7. 8-9. 10-11. 12-13 (R.: 8a)

R. El Señor es compasivo y misericordioso.

El Señor hace justicia
y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a los hijos de Israel. R.

El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo. R.

No nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.
Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles. R.

Como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.
Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por sus fieles. R.

Aleluya

La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo;
quien lo encuentra vive para siempre.

EVANGELIO

Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 36-43

En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle:

—«Acláranos la parábola de la cizaña en el campo».

Él les contestó:

—«El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles.

Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga».

Palabra del Señor.

Miércoles

PRIMERA LECTURA

Al ver la cara de Moisés, no se atrevieron a acercarse a él

Lectura del libro del Éxodo 34, 29-35

Cuando Moisés bajó del monte Sinaí con las dos tablas de la alianza en la mano, no sabía que tenía radiante la piel de la cara, de haber hablado con el Señor. Pero Aarón y todos los israelitas vieron a Moisés con la piel de la cara radiante, y no se atrevieron a acercarse a él.

Cuando Moisés los llamó, se acercaron Aarón y los jefes de la comunidad, y Moisés les habló.

Después se acercaron todos los israelitas, y Moisés les comunicó las órdenes que el Señor le había dado en el monte Sinaí.

Y, cuando terminó de hablar con ellos, se echó un velo por la cara.

Cuando entraba a la presencia del Señor para hablar con él, se quitaba el velo hasta la salida. Cuando salía, comunicaba a los israelitas lo que le había mandado. Los israelitas veían la piel de su cara radiante, y Moisés se volvía a echar el velo por la cara, hasta que volvía a hablar con Dios.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 98, 5. 6. 7. 9 (R.: cf. 9c)

R. Santo eres, Señor, Dios nuestro.

Ensalzad al Señor, Dios nuestro,
postraos ante el estrado de sus pies:
Él es santo. R.

Moisés y Aarón con sus sacerdotes,
Samuel con los que invocan su nombre,
invocaban al Señor, y él respondía. R.

Dios les hablaba desde la columna de nube;
oyeron sus mandatos y la ley que les dio. R.

Ensalzad al Señor, Dios nuestro;
postraos ante su monte santo:
Santo es el Señor, nuestro Dios. R.

Aleluya Jn 15, 15b

A vosotros os llamo amigos
—dice el Señor—,
porque todo lo que he oído a mi Padre
os lo he dado a conocer.

EVANGELIO

Vende todo lo que tiene y compra el campo

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 44-46

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

—«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.

El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra».

Palabra del Señor.

Jueves

PRIMERA LECTURA

La nube cubrió la tienda del encuentro, y la gloria del Señor llenó el santuario

Lectura del libro del Éxodo 40, 16-21. 34-38

En aquellos días, Moisés hizo todo ajustándose a lo que el Señor le había mandado.

El día uno del mes primero del segundo año fue construido el santuario. Moisés construyó el santuario, colocó las basas, puso los tablones con sus trancas y plantó las columnas; montó la tienda sobre el santuario y puso la cubierta sobre la tienda; como el Señor se lo había ordenado a Moisés.

Colocó el documento de la alianza en el arca, sujetó al arca los varales y la cubrió con la placa. Después la metió en el santuario y colocó la cortina de modo que tapase el arca de la alianza; como el Señor se lo había ordenado a Moisés.

Entonces la nube cubrió la tienda del encuentro, y la gloria del Señor llenó el santuario.

Moisés no pudo entrar en la tienda del encuentro, porque la nube se había posado sobre ella, y la gloria del Señor llenaba el santuario.

Cuando la nube se alzaba del santuario, los israelitas levantaban el campamento, en todas las etapas. Pero, cuando la nube no se alzaba, los israelitas esperaban hasta que se alzase.

De día la nube del Señor se posaba sobre el santuario, y de noche el fuego, en todas sus etapas, a la vista de toda la casa de Israel.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 83, 3. 4. 5-6a y 8a. 11 (R.:2 )

R. ¡Qué deseables son tus moradas,
Señor de los ejércitos!

Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo. R.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío. R.

Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza;
caminan de baluarte en baluarte. R.

Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados. R.

Aleluya Cf. Hch 16, 14b

Ábrenos el corazón, Señor,
para que aceptemos las palabras de tu Hijo.

EVANGELIO

Reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 47-53

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

—«El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.

Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

¿Entendéis bien todo esto?».

Ellos le contestaron:

—«Sí».

Él les dijo:

—«Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo».

Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.

Palabra del Señor.

Viernes

PRIMERA LECTURA

En las festividades del Señor os reuniréis en asamblea litúrgica

Lectura del libro del Levítico 23, 1. 4-11. 15-16. 27. 34b-37

El Señor habló a Moisés:

—«Estas son las festividades del Señor, las asambleas litúrgicas que convocaréis a su debido tiempo.

El día catorce del primer mes, al atardecer, es la Pascua del Señor.

El día quince del mismo mes es la fiesta de los panes ázimos, dedicada al Señor.

Comeréis panes ázimos durante siete días.

El primer día, os reuniréis en asamblea litúrgica, y no haréis trabajo alguno.

Los siete días ofreceréis oblaciones al Señor.

Al séptimo, os volveréis a reunir en asamblea litúrgica, y no haréis trabajo alguno».

El Señor habló a Moisés:

—«Di a los israelitas: «Cuando entréis en la tierra que yo os voy a dar, y seguéis la mies, la primera gavilla se la llevaréis al sacerdote.

Éste la agitará ritualmente en presencia del Señor, para que os sea aceptada; la agitará el sacerdote el día siguiente al sábado.

Pasadas siete semanas completas, a contar desde el día siguiente al sábado, día en que lleváis la gavilla para la agitación ritual, hasta el día siguiente al séptimo sábado, es decir, a los cincuenta días, haréis una nueva ofrenda al Señor.

El día diez del séptimo mes es el Día de la expiación. Os reuniréis en asamblea litúrgica, haréis penitencia y ofreceréis una oblación al Señor.

El día quince del séptimo mes comienza la Fiesta de las tiendas, dedicada al Señor; y dura siete días.

El día primero os reuniréis en asamblea litúrgica. No haréis trabajo alguno.

Los siete días ofreceréis oblaciones al Señor.

Al octavo, volveréis a reuniros en asamblea litúrgica y a ofrecer una oblación al Señor. Es día de reunión religiosa solemne. No haréis trabajo alguno.

Éstas son las festividades del Señor en las que os reuniréis en asamblea litúrgica, y ofreceréis al Señor oblaciones, holocaustos y ofrendas, sacrificios de comunión y libaciones, según corresponde a cada día»».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 80, 3-4. 5-6ab. 10-11ab (R.: 2a)

R. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.

Acompañad, tocad los panderos,
las cítaras templadas y las arpas;
tocad la trompeta por la luna nueva,
por la luna llena, que es nuestra fiesta. R.

Porque es una ley de Israel,
un precepto del Dios de Jacob,
una norma establecida para José
al salir de Egipto. R.

«No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto». R.

Aleluya 1P 1, 25

La palabra del Señor permanece para siempre;
y esa palabra es el Evangelio que os anunciamos.

EVANGELIO

¿No es el hijo del carpintero? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 54-58

En aquel tiempo, fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada:

—«¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?».

Y aquello les resultaba escandaloso.

Jesús les dijo:

—«Sólo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta».

Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe.

Palabra del Señor.

Sábado

PRIMERA LECTURA

El año jubilar cada uno recobrará su propiedad

Lectura del libro del Levítico 25, 1. 8-17

El Señor habló a Moisés en el monte Sinaí:

—«Haz el cómputo de siete semanas de años, siete por siete, o sea cuarenta y nueve años.

A toque de trompeta darás un bando por todo el país, el día diez del séptimo mes.

El día de la expiación haréis resonar la trompeta por todo vuestro país.

Santificaréis el año cincuenta y promulgaréis manumisión en el país para todos sus moradores.

Celebraréis jubileo; cada uno recobrará su propiedad, y retornará a su familia.

El año cincuenta es para vosotros jubilar; no sembraréis ni segaréis el grano de ricio ni cortaréis las uvas de cepas bordes.

Porque es jubileo; lo considerarás sagrado. Comeréis de la cosecha de vuestros campos.

En este año jubilar cada uno recobrará su propiedad.

Cuando realices operaciones de compra y venta con alguien de tu pueblo, no lo perjudiques.

Lo que compres a uno de tu pueblo se tasará según el número de años transcurridos después del jubileo.

Él a su vez te lo cobrará según el número de cosechas anuales: cuantos más años falten, más alto será el precio; cuantos menos, menor será el precio. Porque él te cobra según el número de cosechas.

Nadie perjudicará a uno de su pueblo. Teme a tu Dios.

Yo soy el Señor, vuestro Dios».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 66, 2-3. 5. 7-8 (R.: 4)

R. Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R.

Aleluya Mt 5, 10

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos.

EVANGELIO

Herodes mandó decapitar a Juan, y sus discípulos fueron a contárselo a Jesús

Lectura del santo evangelio según san Mateo 14, 1-12

En aquel tiempo, oyó el virrey Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus ayudantes:

—«Ése es Juan Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso los poderes actúan en él».

Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le estaba permitido vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta.

El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos, y le gustó tanto a Herodes que juró darle lo que pidiera.

Ella, instigada por su madre, le dijo:

—«Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan Bautista».

El rey lo sintió; pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel.

Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre.

Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús.

Palabra del Señor.



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