San Juan de Brébeuf

LECCIONARIO V. 19 de octubre. San Juan de Brébeuf y San Isaac Jogues, presbíteros, y compañeros, mártires

Lecturas San Juan de Brébeuf y San Isaac Jogues, presbíteros, y compañeros, mártires.

El 19 de octubre, la Iglesia Católica conmemora la memoria de San Juan de Brébeuf, San Isaac Jogues y sus compañeros, presbíteros y mártires. Estos valientes hombres fueron misioneros jesuitas que llevaron el mensaje de Cristo a los pueblos indígenas en América del Norte durante el siglo XVII.

San Juan de Brébeuf nació en Francia en 1593 y fue ordenado sacerdote en 1622. Luego se unió a la Compañía de Jesús y fue enviado como misionero a Nueva Francia, la colonia francesa en América del Norte. Allí, trabajó arduamente para aprender las lenguas y las costumbres de los pueblos indígenas y estableció misiones en la región de los hurones.

San Isaac Jogues, también nacido en Francia en 1607, se unió a la Compañía de Jesús y fue enviado a Nueva Francia en 1636. Al igual que San Juan de Brébeuf, se dedicó a aprender las lenguas nativas y a compartir el Evangelio con los pueblos indígenas. Juntos, enfrentaron numerosos desafíos y dificultades, incluida la hostilidad de algunas tribus y las condiciones adversas de vida en la frontera.

Estos misioneros jesuitas dedicaron sus vidas al servicio de Dios y al anuncio del Evangelio. A pesar de las dificultades, perseveraron en su labor misionera, enseñando sobre el amor de Cristo y bautizando a muchos que deseaban seguir a Jesús. Su testimonio de fe y su amor por los pueblos indígenas son un ejemplo de entrega y sacrificio.

Desafortunadamente, su labor misionera fue interrumpida por la violencia. En 1642, San Isaac Jogues fue capturado por una tribu enemiga y fue sometido a torturas y maltratos durante varios meses. Fue finalmente liberado y regresó a Europa, pero decidió volver a Nueva Francia para continuar su misión.

En 1649, San Juan de Brébeuf y San Isaac Jogues fueron capturados nuevamente, junto con otros compañeros misioneros. Fueron torturados y finalmente martirizados, dando sus vidas por su fe en Cristo. Su sacrificio es un testimonio heroico de fidelidad y amor a Dios.

San Juan de Brébeuf, San Isaac Jogues y sus compañeros mártires son venerados como héroes de la fe y patronos de América del Norte. Su valiente testimonio nos desafía a vivir nuestra fe con coraje y entrega total a Dios. Son un recordatorio de que el anuncio del Evangelio a veces implica dificultades y sacrificios, pero que la gracia de Dios nos sostiene en todo momento.

En la memoria de San Juan de Brébeuf, San Isaac Jogues y sus compañeros mártires, podemos pedir su intercesión para que podamos ser testigos valientes de la fe en nuestro propio entorno. Que su ejemplo nos inspire a amar y servir a Dios y a nuestros hermanos con generosidad y sacrificio, incluso en medio de las dificultades. Amén.

19 de octubre: San Juan de Brébeuf y San Isaac Jogues, presbíteros, y compañeros, mártires

PRIMERA LECTURA

Llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 7-15

Hermanos:

El tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.

Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros.

Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros.

Todo es para vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6 (R.: 5)

R. Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R.

Hasta los gentiles decían:
El Señor ha estado grande con ellos.
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres. R.

Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R.

Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas. R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Mt 28, 19a. 20b

Id y haced discípulos de todos los pueblos
—dice el Señor—;
yo estoy con vosotros todos los días,
hasta el fin del mundo.

EVANGELIO

Id y haced discípulos de todos los pueblos

Lectura del santo evangelio según san Mateo 28, 16-20

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.

Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban.

Acercándose a ellos, Jesús les dijo:

—«Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra.

Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.

Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo».

Palabra del Señor.

Lecturas del Leccionario V para el mes de octubre