San Juan de Capistrano

LECCIONARIO V. 23 de octubre. San Juan de Capistrano, presbítero

Lecturas San Juan de Capistrano, presbítero.

23 de octubre San Juan de Capistrano

El 23 de octubre, la Iglesia Católica conmemora la memoria de San Juan de Capistrano, un presbítero franciscano italiano conocido por su celo apostólico y su defensa de la fe católica. San Juan de Capistrano nació en 1386 en Capistrano, Italia, y dedicó su vida al servicio de Dios y al anuncio del Evangelio.

San Juan de Capistrano se unió a la Orden Franciscana en su juventud y se destacó por su profunda vida de oración y su amor por los pobres. Fue ordenado sacerdote y se convirtió en un predicador elocuente y fervoroso, conocido por su capacidad para mover a las multitudes y por su firmeza en la defensa de la fe católica.

Uno de los aspectos más destacados del ministerio de San Juan de Capistrano fue su labor en la predicación de misiones populares. Viajó extensamente por Europa, llevando el mensaje del Evangelio a las personas comunes y corrientes. Su predicación se caracterizaba por su pasión, su claridad doctrinal y su llamado a la conversión y la penitencia.

San Juan de Capistrano también fue un defensor incansable de la fe católica. En una época de agitación religiosa y conflictos, se enfrentó a la herejía y trabajó para fortalecer la fe de los fieles. Participó activamente en la reforma de la Iglesia y se esforzó por promover la unidad y la fidelidad a la enseñanza de Cristo.

Además de su ministerio en la predicación y la defensa de la fe, San Juan de Capistrano también se destacó en el ámbito político, siendo un consejero y diplomático de gran influencia. Fue enviado por el Papa como embajador para mediar en conflictos y promover la paz entre las naciones.

San Juan de Capistrano falleció el 23 de octubre de 1456, dejando un legado de santidad y entrega total a Dios. Fue canonizado como santo por el Papa Alejandro VIII en 1690. Su vida y su ministerio nos inspiran a vivir nuestra fe con valentía y a estar dispuestos a defender la verdad del Evangelio en un mundo que a veces es hostil hacia ella.

En la memoria de San Juan de Capistrano, podemos reflexionar sobre la importancia de ser testigos valientes de nuestra fe y de estar dispuestos a llevar el mensaje del Evangelio a todas las personas. Podemos pedir su intercesión para que, al igual que él, podamos ser instrumentos de la gracia de Dios en el mundo y vivir nuestra vocación cristiana con fervor y entrega total.

San Juan de Capistrano, presbítero, ruega por nosotros y ayúdanos a ser fieles testigos de la fe en nuestro tiempo. Inspíranos a vivir una vida de oración, caridad y valentía, y a seguir el ejemplo de Cristo en todo momento. Que tu ejemplo de santidad nos guíe en nuestro camino hacia la santidad. Amén.


23 de octubre: San Juan de Capistrano, presbítero

PRIMERA LECTURA

Nos encargó el ministerio de la reconciliación

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 14-20

Hermanos:

Nos apremia el amor de Cristo, al considerar que, si uno murió por todos, todos murieron.

Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos.

Por tanto, no valoramos a nadie según la carne. Si alguna vez juzgamos a Cristo según la carne, ahora ya no.

El que es de Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado. Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el ministerio de la reconciliación.

Es decir, Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuenta de sus pecados, y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación.

Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 15, 1-2a y 5. 7-8. 11 (R.: cf. 5a)

R. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien».
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano. R.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 8, 12b

Yo soy la luz del mundo
—dice el Señor—;
el que me sigue tendrá la luz de la vida.

EVANGELIO

Te seguiré a donde vayas

Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 57-62

En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, le dijo uno:

—«Te seguiré a donde vayas». Jesús le respondió:

—«Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».

A otro le dijo:

—«Sígueme».

Él respondió:

—«Déjame primero ir a enterrar a mi padre».

Le contestó:

—«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios».

Otro le dijo:

—«Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia».

Jesús le contestó:

—«El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios».

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de octubre


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