Nuestra Señora la Virgen del Rosario

LECCIONARIO V. 7 de octubre. Nuestra Señora la Virgen del Rosario

Lecturas Nuestra Señora la Virgen del Rosario.

7 de octubre Nuestra Señora la Virgen del Rosario

El 7 de octubre, la Iglesia Católica celebra la fiesta de Nuestra Señora la Virgen del Rosario, una advocación mariana muy querida y venerada por los fieles. Esta festividad es una oportunidad para honrar a la Virgen María y recordar la importancia del rezo del Santo Rosario en la vida espiritual de los creyentes.

El Rosario es una devoción mariana que nos invita a meditar en los misterios de la vida de Jesús y de María. A través de la repetición de oraciones y la contemplación de estos misterios, el Rosario nos ayuda a profundizar en nuestra relación con Dios y a unirnos más estrechamente a María como madre espiritual.

En la fiesta de Nuestra Señora la Virgen del Rosario, podemos reflexionar sobre la importancia de esta devoción en nuestra vida diaria. El Rosario nos brinda la oportunidad de acercarnos a la Virgen María como intercesora y mediadora de gracias. A través de la recitación de las Ave Marías, los Padrenuestros y los Gloria, podemos ofrecer nuestras intenciones, pedir su intercesión y buscar su protección maternal.

Además, el Rosario nos permite meditar en los misterios de la vida de Jesús y de María. Cada misterio nos invita a contemplar diferentes momentos significativos de la vida de Cristo, como su nacimiento, su pasión, su resurrección y su ascensión al cielo. A medida que meditamos en estos misterios, podemos profundizar en el amor de Dios y en el ejemplo de vida de María, aprendiendo de ellos y dejándonos transformar por su gracia.

La Virgen del Rosario nos recuerda la importancia de la oración en nuestra vida espiritual. A través del rezo del Rosario, podemos encontrar consuelo, fortaleza y paz interior. María nos enseña a confiar en la oración como un medio poderoso para crecer en la fe, enfrentar los desafíos de la vida y acercarnos a Dios.

En esta fiesta, podemos acercarnos a Nuestra Señora la Virgen del Rosario y pedirle que nos guíe en nuestra vida de oración. Podemos pedirle que nos ayude a rezar el Rosario con devoción y atención, para que podamos experimentar sus bendiciones y la gracia de Dios en nuestras vidas. Que su intercesión nos fortalezca y nos ayude a seguir el ejemplo de su hijo Jesús.

Nuestra Señora la Virgen del Rosario, ruega por nosotros y acompáñanos en nuestro camino de fe. Ayúdanos a profundizar en nuestra relación con Dios a través del rezo del Santo Rosario, y danos la gracia de vivir una vida de oración constante y confiada. Amén.


7 de octubre: Nuestra Señora la Virgen del Rosario

PRIMERA LECTURA

Se dedicaban a la oración, junto con María, la madre de Jesús

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 1, 12-14

Después de subir Jesús al cielo, los apóstoles se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Llegados a casa, subieron a la sala, donde se alojaban: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Celotes y Judas el de Santiago.

Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.

Palabra de Dios.

Interleccional: Lucas 1, 46-47. 48-49. 50-51. 52-53. 54-55

R. Bienaventurada eres, Virgen María,
que llevaste en tu seno al Hijo del Padre eterno.

R. Aleluya.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador. R.

Porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo. R.

Y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón. R.

Derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos. R.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. R.

Aleluya Lc 1, 28

Alégrate, María, llena de gracia,
el Señor está contigo;
bendita tú eres entre las mujeres.

EVANGELIO

Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo:

—«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.

El ángel le dijo:

—«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».

Y María dijo al ángel:

—«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?».

El ángel le contestó:

—«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.

Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible».

María contestó:

—«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».

Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor.


Lecturas del Leccionario V para el mes de octubre


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