LECCIONARIO V. 5 de octubre. Témporas de acción de gracias y de petición
Lecturas Témporas de acción de gracias y de petición.
Las Témporas son una oportunidad para que la comunidad cristiana exprese su agradecimiento a Dios por las bendiciones recibidas durante el año y para pedir su guía y ayuda en la vida cotidiana. Estos días se celebran después de las vacaciones y la recolección de las cosechas, cuando la comunidad vuelve a sus actividades habituales.
La primera jornada de las Témporas es un día de acción de gracias. Es un momento para reflexionar sobre las bendiciones recibidas, tanto a nivel personal como comunitario. Es un tiempo para expresar gratitud por la provisión de Dios, su cuidado amoroso y su fidelidad constante. Durante esta jornada, se pueden leer pasajes bíblicos que resalten el agradecimiento y se pueden ofrecer oraciones de alabanza y gratitud.
El segundo día de las Témporas es un día penitencial. Es un momento para reconocer nuestras faltas, arrepentirnos y buscar el perdón de Dios. Es una oportunidad para examinar nuestras vidas a la luz de los mandamientos de Dios y reconocer nuestras debilidades y errores. Durante este día, se pueden leer pasajes bíblicos que hablen de la necesidad de la confesión y el arrepentimiento, y se pueden ofrecer oraciones de contrición y búsqueda de perdón.
El tercer día de las Témporas es un día de petición por la actividad humana. Es un momento para presentar ante Dios nuestras necesidades y preocupaciones, tanto a nivel personal como comunitario. Es una oportunidad para pedir su guía y ayuda en nuestras actividades diarias, en nuestro trabajo, en nuestras relaciones y en todas las áreas de nuestra vida. Durante esta jornada, se pueden leer pasajes bíblicos que hablen de la confianza en Dios y su disposición para escuchar nuestras peticiones, y se pueden ofrecer oraciones de intercesión y petición.
Si las Témporas se celebran solo en un día, se pueden seleccionar lecturas y oraciones que abarquen los tres aspectos de acción de gracias, penitencia y petición. Es importante recordar que las Témporas son un tiempo de reflexión y renovación espiritual, una oportunidad para acercarnos a Dios y buscar su voluntad en nuestras vidas.
Que en la celebración de las Témporas, podamos experimentar la gracia y la misericordia de Dios, expresar nuestro agradecimiento, arrepentirnos de nuestras faltas y presentar nuestras peticiones ante Él. Que estas jornadas nos renueven en nuestra fe y nos inspiren a vivir en comunión con Dios y en servicio a los demás. Amén.
5 de octubre: Témporas de acción de gracias y de petición
Las Témporas son días de acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios, terminadas las vacaciones y la recolección de las cosechas, al reemprender la actividad habitual.
Se celebrarán, al menos, el día 5 de octubre (o el día 6, cuando el día 5 sea domingo), y, siempre que sea posible, es aconsejable celebrarlas también otros dos días de la misma semana.
Los tres días que se sugieren para la celebración amplia de las Témporas son:
Día de petición por la actividad humana
Cuando la celebración de las Témporas se limita a un solo día, se elegirán, de entre las diversas lecturas que se proponen para los tres días, aquellos formularios que abarquen los tres aspectos de esta celebración, es decir, la acción de gracias, la petición y la conversión.
LECTURAS PARA CUANDO LAS TÉMPORAS SE CELEBRAN SÓLO EL DÍA 5 DE OCTUBRE
PRIMERA LECTURA
Dios te da la fuerza para crearte estas riquezas
Lectura del libro del Deuteronomio 8, 7-18
Habló Moisés al pueblo, diciendo:
—«Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y veneros que manan en el monte y la llanura, tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares y de miel, tierra en que no comerás tasado el pan, en que no carecerás de nada, tierra que lleva hierro en sus rocas, y de cuyos montes sacarás cobre, entonces comerás hasta hartarte, y bendecirás al Señor, tu Dios, por la tierra buena que te ha dado.
Pero cuidado, no te olvides del Señor, tu Dios, siendo infiel a los preceptos, mandatos y decretos que yo te mando hoy.
No sea que, cuando comas hasta hartarte, cuando te edifiques casas hermosas y las habites, cuando críen tus reses y ovejas, aumenten tu plata y tu oro, y abundes de todo, te vuelvas engreído y te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres, para afligirte y probarte, y para hacerte el bien al final.
Y no digas: «Por mi fuerza y el poder de mi brazo me he creado estas riquezas».
Acuérdate del Señor, tu Dios: que es él quien te da la fuerza para crearte estas riquezas, y así mantiene la promesa que hizo a tus padres, como lo hace hoy».
Palabra de Dios.
Interleccional: 1 Crónicas 29, 10. 11abc. 11d-12a. 12bcd (R.: 12b)
R. Tú eres Señor del universo.
Bendito eres, Señor,
Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos. R.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuánto hay en cielo y tierra. R.
Tú eres rey y soberano de todo.
De ti viene la riqueza y la gloria. R.
Tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos. R.
SEGUNDA LECTURA
Os pedimos que os reconciliéis con Dios
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 17-21
Hermanos:
El que es de Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.
Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el ministerio de la reconciliación.
Es decir, Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuentas de sus pecados, y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación.
Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por nuestro medio.
En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.
Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios.
Palabra de Dios.
Aleluya Mc 1, 15
Está cerca el reino de Dios:
convertíos y creed en el Evangelio.
EVANGELIO
Quien pide recibe
Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 7-11
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden!».
Palabra del Señor.
Día de acción de gracias
PRIMERA LECTURA. 1
El dominio del hombre sobre el mundo es don de Dios
Lectura del libro del Génesis 1, 27-30
Creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo:
—«Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra».
Y dijo Dios:
—«Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la faz de la tierra; y todos los árboles frutales que engendran semilla os servirán de alimento; y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todo ser que respira, la hierba verde les servirá de alimento».
Y así fue.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 8, 4-5. 6-7. 8-9. 10 (R.: cf. 7)
R. Señor, diste al hombre el mando sobre las obras de tus manos.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder? R.
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies. R.
Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar. R.
Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra! R.
PRIMERA LECTURA. 2
Dios te da la fuerza para crearte estas riquezas
Lectura del libro del Deuteronomio 8, 7-18
Habló Moisés al pueblo, diciendo:
—«Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y veneros que manan en el monte y la llanura, tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares y de miel, tierra en que no comerás tasado el pan, en que no carecerás de nada, tierra que lleva hierro en sus rocas, y de cuyos montes sacarás cobre, entonces comerás hasta hartarte, y bendecirás al Señor, tu Dios, por la tierra buena que te ha dado.
Pero cuidado, no te olvides del Señor, tu Dios, siendo infiel a los preceptos, mandatos y decretos que yo te mando hoy.
No sea que, cuando comas hasta hartarte, cuando te edifiques casas hermosas y las habites, cuando críen tus reses y ovejas, aumenten tu plata y tu oro, y abundes de todo, te vuelvas engreído y te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres, para afligirte y probarte, y para hacerte el bien al final.
Y no digas: «Por mi fuerza y el poder de mi brazo me he creado estas riquezas».
Acuérdate del Señor, tu Dios: que es él quien te da la fuerza para crearte estas riquezas, y así mantiene la promesa que hizo a tus padres, como lo hace hoy».
Palabra de Dios.
Interleccional: 1 Crónicas 29, 10. 11 abc. 11 d- 12a. 12bcd (R.: 12b)
R. Tú eres Señor del universo.
Bendito eres, Señor,
Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos. R.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra. R.
Tú eres rey y soberano de todo.
De ti viene la riqueza y la gloria. R.
Tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos. R.
SEGUNDA LECTURA. 1
Sed agradecidos
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 15b-17
Hermanos:
Sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente.
Cantad a, Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.
Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA. 2
Los ancianos se postraban para dar gracias
Lectura del libro del Apocalipsis 4, 10-11
Yo, Juan, vi que los veinticuatro ancianos se postraban ante el que está sentado en el trono, diciendo:
—«Eres digno, Señor, Dios nuestro,
de recibir la gloria, el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado».
Palabra de Dios.
Aleluya
A ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos.
A ti, eterno Padre, te venera toda la creación.
EVANGELIO. 1
Se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias
Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 11-19
Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:
—«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros».
Al verlos, les dijo:
—«Id a presentaros a los sacerdotes».
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias.
Éste era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo:
—«¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?».
Y le dijo:
—«Levántate, vete; tu fe te ha salvado».
Palabra del Señor.
EVANGELIO. 2
Anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo
Lectura del santo evangelio según san Marcos 5, 18-20
En aquel tiempo, mientras se embarcaba Jesús, el endemoniado le pidió que lo admitiese en su compañía. Pero no se lo permitió, sino que le dijo:
—«Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo por su misericordia».
El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.
Palabra del Señor.
Día penitencial
Es de alabar que en este día tenga lugar, además de la misa por el perdón de los pecados, una celebración comunitaria del sacramento de la penitencia.
Para esta celebración de las Témporas del día penitencial están indicados principalmente los siguientes textos:
PRIMERA LECTURA. 1
Arrepentíos y convertíos de vuestros delitos
Lectura de la profecía de Ezequiel 18, 21-23. 30-32
Así dice el Señor Dios:
«Si el malvado se convierte de los pecados cometidos
y guarda mis preceptos, practica el derecho y la justicia,
ciertamente vivirá y no morirá.
No se le tendrán en cuenta los delitos que cometió,
por la justicia que hizo, vivirá.
¿Acaso quiero yo la muerte del malvado
—oráculo del Señor—,
y no que se convierta de su conducta y que viva?
Pues bien, casa de Israel,
os juzgaré a cada uno según su proceder
—oráculo del Señor—.
Arrepentíos y convertíos de vuestros delitos,
y no caeréis en pecado.
Quitaos de encima los delitos que habéis perpetrado
y estrenad un corazón nuevo y un espíritu nuevo;
y así no moriréis, casa de Israel.
Pues no quiero la muerte de nadie
—oráculo del Señor—.
¡Arrepentíos, y viviréis!».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17 (R.: cf. 3a)
R. Misericordia, Señor: hemos pecado.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R.
PRIMERA LECTURA. 2
Rasgad los corazones y no las vestiduras
Lectura de la profecía de Joel 2, 12-18
Ahora —oráculo del Señor—
convertíos a mí de todo corazón
con ayuno, con llanto, con luto.
Rasgad los corazones y no las vestiduras;
convertíos al Señor, Dios vuestro,
porque es compasivo y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad;
y se arrepiente de las amenazas.
Quizá se arrepienta
y nos deje todavía su bendición,
la ofrenda, la libación para el Señor, vuestro Dios.
Tocad la trompeta en Sión,
proclamad el ayuno, convocad la reunión.
Congregad al pueblo, santificad la asamblea,
reunid a los ancianos.
Congregad a muchachos y niños de pecho.
Salga el esposo de la alcoba,
la esposa del tálamo.
Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes,
ministros del Señor, y digan:
—«Perdona, Señor, a tu pueblo;
no entregues tu heredad al oprobio,
no la dominen los gentiles;
no se diga entre las naciones:
¿Dónde está su Dios?
El Señor tenga celos por su tierra,
y perdone a su pueblo».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 129, 1-2. 3-4. 5-6. 7-8 (R.: 3)
R. Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R.
Si llevas cuenta de los delitos,
Señor, ¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto. R.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora. R.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R.
SEGUNDA LECTURA. 1
Os pedimos que os reconciliéis con Dios
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 17-21
Hermanos:
El que es de Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.
Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el ministerio de la reconciliación.
Es decir, Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuentas de sus pecados, y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación.
Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por nuestro medio.
En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.
Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios.
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA. 2
Quitémonos lo que nos estorba y el pecado que nos ata
Lectura de la carta a los Hebreos 12, 1-5
Hermanos:
Una nube ingente de testigos nos rodea: por tanto, quitémonos lo que nos estorba y el pecado que nos ata, y corramos en la carrera que nos toca, sin retirarnos, fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús, que, renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz, despreciando la ignominia, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.
Recordad al que soportó la oposición de los pecadores, y no os canséis ni perdáis el ánimo.
Todavía no habéis llegado a la sangre en vuestra pelea contra el pecado.
Habéis olvidado la exhortación paternal que os dieron:
—«Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor, no te enfades por su reprensión».
Palabra de Dios.
Aleluya Mc 1, 15
Está cerca el reino de Dios:
convertíos y creed en el Evangelio.
EVANGELIO. 1
Convertíos y creed en el Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 1-8. 14-15
Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
Está escrito en el profeta Isaías:
«Yo envío mi mensajero delante de ti
para que te prepare el camino.Una voz grita en el desierto:
«Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos»».
Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán.
Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba:
—«Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias.
Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo».
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:
—«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio».
Palabra del Señor.
EVANGELIO. 2
Producid el fruto que la conversión pide
Lectura del santo evangelio según san Lucas 3, 7-14
En aquel tiempo, muchos iban a que Juan los bautizara; y les decía:
—«¡Camada de víboras! ¿Quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente? Producid el fruto que la conversión pide y no os hagáis ilusiones, pensando: «Abrahán es nuestro padre», porque os digo que de estas piedras Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán. El hacha está tocando la base de los árboles, y el árbol que no dé buen fruto será talado y echado al fuego».
La gente le preguntaba:
—«¿Entonces, qué hacemos?».
Él contestó:
—«El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo».
Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron:
—«Maestro, ¿qué hacemos nosotros?».
Él les contestó:
—«No exijáis más de lo establecido».
Unos militares le preguntaron:
-«¿Qué hacemos nosotros?».
Él les contestó:
—«No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga».
Palabra del Señor.
Día de petición por la actividad humana
Para esta celebración de las Témporas del día de petición por la actividad humana están indicados principalmente los siguientes textos:
PRIMERA LECTURA. 1
Se puso a rezar al Señor, llorando a todo llorar
Lectura del primer libro de Samuel 1, 10-18
En aquellos días, Ana, con el alma llena de amargura, se puso a rezar al Señor, llorando a todo llorar. Y añadió esta promesa:
—«Señor de los ejércitos, si te fijas en la humillación de tu sierva y te acuerdas de mí, si no te olvidas de tu sierva y le das a tu sierva un hijo varón, se lo entrego al Señor de por vida, y no pasará la navaja por su cabeza».
Mientras ella rezaba y rezaba al Señor, Elí observaba sus labios. Y, como Ana hablaba para sí, y no se oía su voz aunque movía los labios, Eli la creyó borracha y le dijo:
—«¿Hasta cuándo te va a durar la borrachera? A ver si se te pasa el efecto del vino».
Ana respondió:
—«No es así, Señor. Soy una mujer que sufre. No he bebido vino ni licor, estaba desahogándome ante el Señor. No creas que esta sierva tuya es una descarada; si he estado hablando hasta ahora, ha sido de pura congoja y aflicción».
Entonces Eli le dijo:
—«Vete en paz. Que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido».
Ana respondió:
—«Que puedas favorecer siempre a esta sierva tuya».
Luego se fue por su camino, comió, y no parecía la de antes.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 27, 1ab-2. 7. 8-9 (R.: 2a)
R. Escucha, Señor, mi voz suplicante.
A ti, Señor, te invoco;
Roca mía, no seas sordo a mi voz.
Escucha mi voz suplicante
cuando te pido auxilio,
cuando alzo las manos
hacia tu santuario. R.
El Señor es mi fuerza y mi escudo:
en él confía mi corazón;
me socorrió, y mi corazón se alegra
y le canta agradecido. R.
El Señor es fuerza para su pueblo,
apoyo y salvación para su Ungido.
Salva a tu pueblo y bendice tu heredad,
sé su pastor y llévalos siempre. R.
PRIMERA LECTURA. 2
Señor, todo está bajo tu poder
Lectura del libro de Ester 4, 17b-17e. 17k-17l
En aquellos días, Mardoqueo oró así, recordando todas las hazañas del Señor:
—«Señor, Señor, rey y dueño de todo, porque todo está bajo tu poder, y no hay quien se oponga a tu voluntad de salvar a Israel.
Tú creaste el cielo y la tierra y todas las maravillas que hay bajo el cielo, y eres Señor de todo; ni hay, Señor, quien se te pueda oponer.
No desprecies la porción que te rescataste del país de Egipto; escucha mi súplica, apiádate de tu heredad, cambia nuestro duelo en fiesta, para que vivamos celebrando tu nombre, Señor. No hagas enmudecer la boca de los que te alaban».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 24, 1-3. 4-5. 6-7 (R.: 2a)
R. Dios mío, en ti confío,no quede yo defraudado.
A ti, Señor, levanto mi alma;
Dios mío, en ti confío,
no quede yo defraudado,
que no triunfen de mí mis enemigos;
pues los que esperan en ti no quedan defraudados,
mientras que el fracaso malogra a los traidores. R.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando. R.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R.
SEGUNDA LECTURA. 1
No dejamos de rezar y de pedir
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 9-11
Hermanos:
No dejamos de rezar a Dios por vosotros y de pedir que consigáis un conocimiento perfecto de su voluntad, con toda sabiduría e inteligencia espiritual.
De esta manera, vuestra conducta será digna del Señor, agradándole en todo; fructificaréis en toda clase de obras buenas y aumentará vuestro conocimiento de Dios.
El poder de su gloria os dará fuerza para soportar todo con paciencia y magnanimidad, con alegría.
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA. 2
Mucho puede hacer la oración intensa del justo
Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 13-18
Queridos hermanos:
¿Sufre alguno de vosotros? Rece. ¿Está alegre alguno? Cante cánticos. ¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, y que recen sobre él, después de ungirlo con óleo, en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo curará, y, si ha cometido pecado, lo perdonará. Así, pues, confesaos los pecados unos a otros, y rezad unos por otros, para que os curéis.
Mucho puede hacer la oración intensa del justo. Elías, que era un hombre de la misma condición que nosotros, oró fervorosamente para que no lloviese; y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. Luego volvió a orar, y el cielo derramó lluvia y la tierra produjo sus frutos.
Palabra de Dios.
Aleluya Sal 67, 20b. 21a
Dios lleva nuestras cargas, es nuestra salvación.
Nuestro Dios es un Dios que salva.
EVANGELIO. 1
Quien pide recibe
Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 7-11
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden!».
Palabra del Señor.
EVANGELIO. 2
Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan
Lectura del santo evangelio según san Lucas 18, 1-8
En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola:
—«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.
En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: «Hazme justicia frente a mi adversario».
Por algún tiempo se negó, pero después se dijo:
«Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara»».
Y el Señor añadió:
—«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».
Palabra del Señor.
Lecturas del Leccionario V para el mes de octubre
1 de octubre: Santa Teresa del Niño Jesús
2 de octubre: Santos Ángeles Custodios
3 de octubre: San Francisco de Borja
4 de octubre: San Francisco de Asís
5 de octubre: Témporas de acción de gracias y de petición (o si se celebra un solo día)
Si las Témporas se celebran en tres días:
6 de octubre: San Bruno
7 de octubre: Nuestra Señora, la Virgen del Rosario
9 de octubre: San Dionisio y compañeros
9 de octubre: San Juan Leonardi
10 de octubre: Santo Tomás de Villanueva
11 de octubre: Santa Soledad Torres Acosta
12 de octubre: Nuestra Señora del Pilar
14 de octubre: San Calixto I
15 de octubre: Santa Teresa de Jesús
16 de octubre: Santa Eduvigis
16 de octubre: Santa Margarita María de Alacoque
17 de octubre: San Ignacio de Antioquía
18 de octubre: San Lucas
19 de octubre: San Juan de Brébeuf, san Isaac Jogues y compañeros
19 de octubre: San Pablo de la Cruz
23 de octubre: San Juan de Capistrano
24 de octubre: San Antonio María Claret
28 de octubre: San Simón y san Judas