Misa de San Pedro, apóstol

LECCIONARIO VI. MISAS VOTIVAS. MISA DE SAN PEDRO, APÓSTOL

Lecturas Misa de San Pedro, apóstol.

LECCIONARIO VI. MISAS VOTIVAS. MISA DE SAN PEDRO, APÓSTOL

La «Misa de San Pedro, Apóstol» es una celebración litúrgica que honra a San Pedro, uno de los doce apóstoles de Jesucristo y una figura central en la fundación de la Iglesia. San Pedro, originalmente llamado Simón, fue un pescador de Galilea que, tras ser llamado por Jesús, se convirtió en el líder de los apóstoles y el primer Papa de la Iglesia Católica. Esta misa votiva se celebra para reconocer y venerar la misión y el testimonio de San Pedro, quien, con su vida y su martirio, estableció los cimientos de la Iglesia y dejó un legado de fe y liderazgo.

Las lecturas seleccionadas para esta misa están diseñadas para resaltar diferentes aspectos de la vida y el ministerio de San Pedro. La primera lectura, tomada del libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 12, 1-11), narra la liberación milagrosa de San Pedro de la prisión por un ángel del Señor. Este pasaje subraya la protección divina sobre Pedro y su misión, destacando su papel como líder de la Iglesia y su valentía frente a la persecución. La intervención divina en su liberación simboliza la providencia de Dios en la vida de sus siervos y la importancia de la oración comunitaria.

El salmo responsorial (Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9) es un canto de alabanza y gratitud a Dios por su liberación y protección. El salmista proclama la bondad del Señor y su disposición a escuchar y salvar a los justos de todas sus angustias. Este salmo refuerza la idea de que Dios está siempre presente y activo en la vida de sus fieles, brindándoles consuelo y salvación en tiempos de necesidad.

La segunda lectura, extraída de la segunda carta de San Pablo a Timoteo (2 Tim 4, 6-8. 17-18), presenta a San Pablo reflexionando sobre su vida y su ministerio mientras enfrenta su inminente martirio. Pablo expresa su confianza en haber combatido el buen combate, haber terminado la carrera y haber guardado la fe. Este pasaje subraya la perseverancia y la fidelidad de Pablo hasta el final, así como su esperanza en la recompensa eterna que le espera. También destaca la fortaleza que recibió del Señor para proclamar el Evangelio a todas las naciones, a pesar de las dificultades y persecuciones.

El evangelio según San Mateo (Mt 16, 13-19) contiene la famosa confesión de Pedro en Cesarea de Filipo, donde reconoce a Jesús como el Mesías, el Hijo del Dios vivo. En respuesta, Jesús declara a Pedro como la «roca» sobre la cual edificará su Iglesia y le otorga las llaves del reino de los cielos, con el poder de atar y desatar. Este evangelio destaca la autoridad y el liderazgo de Pedro en la Iglesia, así como su papel fundamental en la continuidad de la misión de Cristo.

En conjunto, estas lecturas invitan a los fieles a contemplar el legado de San Pedro, reconociendo su valentía, su fe y su dedicación al Evangelio. La Misa de San Pedro, Apóstol, no solo celebra a este pilar de la Iglesia, sino que también llama a los creyentes a seguir su ejemplo de fidelidad y entrega a la misión de Cristo. Esta celebración litúrgica es una oportunidad para renovar el compromiso de vivir según los valores del Evangelio y para pedir la intercesión de San Pedro en la vida de la Iglesia y en la misión evangelizadora de cada cristiano.

Se toman las lecturas de la fiesta de la Cátedra de san Pedro, día 22 de febrero, que reproducimos a continuación.


LA CATEDRA DEL APÓSTOL SAN PEDRO

PRIMERA LECTURA

Presbítero como ellos y testigo de los sufrimientos de Cristo

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 5, 1-4

Queridos hermanos:

A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a manifestarse, os exhorto:

Sed pastores del rebaño de Dios que tenéis a vuestro cargo, gobernándolo no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por sórdida ganancia, sino con generosidad; no como déspotas sobre la heredad de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño.

Y cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 22, 1-3. 4. 5. 6 (R.: 1)

R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor,
nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre. R.

Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.

Aleluya y versículo antes del evangelio Mt 16, 18

Tú eres Pedro,
y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,
y el poder del infierno no la derrotará.

EVANGELIO

Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos

Lectura del santo evangelio según san Mateo 16, 13-19

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:

—«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».

Ellos contestaron:

—«Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».

Él les preguntó:

—«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».

Simón Pedro tomó la palabra y dijo:

—«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo».

Jesús le respondió:

—«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.

Ahora te digo yo:

Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.

Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo».

Palabra del Señor.


MISAS VOTIVAS


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