Semana 10 de Tiempo Ordinario. Año Par

Semana 10 Tiempo Ordinario Año Par

Semana 10 de Tiempo Ordinario en el Año Par, según el Leccionario IV, la Iglesia Católica se embarca en un viaje continuo a través de la rica Palabra de Dios, ofreciendo a los fieles una secuencia de lecturas que iluminan la vida y enseñanzas de Jesucristo y la aplicación de su mensaje en la vida diaria. Este período se caracteriza por una inmersión profunda en las Escrituras, con un énfasis particular en los textos del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento que se alternan con los años impares, asegurando así una cobertura comprensiva y variada de la Biblia a lo largo de dos años.

Durante el Año Par, el Leccionario IV selecciona cuidadosamente lecturas del Antiguo Testamento que resaltan la promesa de Dios y su fidelidad hacia su pueblo, así como pasajes del Nuevo Testamento que se enfocan en las parábolas y enseñanzas de Jesús, especialmente aquellas que se encuentran en los Evangelios de Lucas y Juan. Estas selecciones están diseñadas para profundizar la comprensión y la relación de los fieles con Dios, animándolos a reflexionar sobre su propio camino de fe en respuesta a la Palabra.

10ª Semana de Tiempo Ordinario. Años pares

Lunes

PRIMERA LECTURA

Elías sirve al Señor, Dios de Israel

Lectura del primer libro de los Reyes 17, 1-6

En aquellos días, Elías, el tesbita, de Tisbé de Galaad, dijo a Ajab:

—«¡Vive el Señor, Dios de Israel, a quien sirvo! En estos años no caerá rocío ni lluvia si yo no lo mando».

Luego el Señor le dirigió la palabra:

—«Vete de aquí hacia el oriente y escóndete junto al torrente Carit, que queda cerca del Jordán. Bebe del torrente y yo mandaré a los cuervos que te lleven allí la comida».

Elías hizo lo que le mandó el Señor, y fue a vivir junto al torrente Carit, que queda cerca del Jordán.

Los cuervos le llevaban pan por la mañana y carne por la tarde, y bebía del torrente.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 120, 1-2. 3-4. 5-6. 7-8 (R.: cf. 2)

R. Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R.

No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel. R.

El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche. R.

El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre. R.

Aleluya Mt 5, 12a

Estad alegres y contentos,
porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

EVANGELIO

Dichosos los pobres en el espíritu

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:

—«Dichosos los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.

Dichosos los que lloran,
porque ellos serán consolados.

Dichosos los sufridos,
porque ellos heredarán la tierra.

Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia,
porque ellos quedarán saciados.

Dichosos los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.

Dichosos los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.

Dichosos los que trabajan por la paz,
porque ellos se llamarán los Hijos de Dios.

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos.

Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros».

Palabra del Señor.

Martes

PRIMERA LECTURA

La orza de harina no se vació, como lo había dicho el Señor por medio de Elías

Lectura del primer libro de los Reyes 17, 7-16

En aquellos días, se secó el torrente donde se había escondido Elías, porque no había llovido en la región.

Entonces el Señor dirigió la palabra a Elías:

—«Anda, vete a Sarepta de Fenicia a vivir allí; yo mandaré a una viuda que te dé la comida».

Elías se puso en camino hacia Sarepta, y, al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí a una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo:

—«Por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para que beba».

Mientras iba a buscarla, le gritó:

—«Por favor, tráeme también en la mano un trozo de pan».

Respondió ella:

—«Te juro por el Señor, tu Dios, que no tengo ni pan; me queda sólo un puñado de harina en el cántaro y un poco de aceite en la alcuza. Ya ves que estaba recogiendo un poco de leña. Voy a hacer un pan para mí y para mi hijo; nos lo comeremos y luego moriremos».

Respondió Elías:

—«No temas. Anda, prepáralo como has dicho, pero primero hazme a mí un panecillo y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después.

Porque así dice el Señor, Dios de Israel:

«La orza de harina no se vaciará,
la alcuza de aceite no se agotará,
hasta el día en que el Señor envíe
la lluvia sobre la tierra»».

Ella se fue, hizo lo que le había dicho Elías, y comieron él, ella y su hijo.

Ni la orza de harina se vació, ni la alcuza de aceite se agotó, como lo había dicho el Señor por medio de Elías.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 4, 2-3. 4-5. 7-8 (R.: cf. 7)

R. Haz brillar sobre nosotros, Señor,
la luz de tu rostro.

Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración.
Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,
amaréis la falsedad y buscaréis el engaño? R.

Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor,
y el Señor me escuchará cuando lo invoque.
Temblad y no pequéis,
reflexionad en el silencio de vuestro lecho. R.

Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?».
Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría
que si abundara en trigo y en vino. R.

Aleluya Mt 5, 16

Alumbre así vuestra luz a los hombres,
para que vean vuestras buenas obras
y den gloria a vuestro Padre.

EVANGELIO

Vosotros sois la luz del mundo

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 13-16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?

No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.

Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.

Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.

Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo».

Palabra del Señor.

Miércoles

PRIMERA LECTURA

Que sepa este pueblo que tú eres el Dios verdadero, y que tú les cambiarás el corazón

Lectura del primer libro de los Reyes 18, 20-39

En aquellos días, el rey Ajab despachó órdenes a todo Israel, y los profetas de Baal se reunieron en el monte Carmelo.

Elías se acercó a la gente y dijo:

—«¿Hasta cuándo vais a caminar con muletas? Si el Señor es el verdadero Dios, seguidlo; si lo es Baal, seguid a Baal».

La gente no respondió una palabra. Entonces Elías les dijo:

—«He quedado yo solo como profeta del Señor, mientras que los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta. Que nos den dos novillos: vosotros elegid uno; que lo descuarticen y lo pongan sobre la leña, sin prenderle fuego; yo prepararé el otro novillo y lo pondré sobre la leña, sin prenderle fuego. Vosotros invocaréis a vuestro dios, y yo invocaré al Señor; y el dios que responda enviando fuego, ése es el Dios verdadero».

Toda la gente asintió:

—«¡Buena idea!».

Elías dijo a los profetas de Baal:

—«Elegid un novillo y preparadlo vosotros primero, porque sois más. Luego invocad a vuestro dios, pero sin encender el fuego».

Cogieron el novillo que les dieron, lo prepararon y estuvieron invocando a Baal desde la mañana hasta mediodía:

—«¡Baal, respóndenos!».

Pero no se oía una voz ni una respuesta, mientras brincaban alrededor del altar que habían hecho.

Al mediodía, Elías empezó a reírse de ellos:

—«¡Gritad más fuerte! Baal es dios, pero estará meditando, o bien ocupado, o estará de viaje; ¡a lo mejor está durmiendo y se despierta!».

Entonces gritaron más fuerte; y se hicieron cortaduras, según su costumbre, con cuchillos y punzones, hasta chorrear sangre por todo el cuerpo.

Pasado el mediodía, entraron en trance, y así estuvieron hasta la hora de la ofrenda. Pero no se oía una voz, ni una palabra, ni una respuesta.

Entonces Elías dijo a la gente:

—«¡Acercaos!».

Se acercaron todos, y él reconstruyó el altar del Señor, que estaba demolido: cogió doce piedras, una por cada tribu de Jacob, a quien el Señor había dicho: «Te llamarás Israel»; con las piedras levantó un altar en honor del Señor, hizo una zanja alrededor del altar, como para sembrar dos fanegas; apiló la leña, descuartizó el novillo, lo puso sobre la leña y dijo:

—«Llenad cuatro cántaros de agua y derramadla sobre la víctima y la leña».

Luego dijo:

—«¡Otra vez!».

Y lo hicieron otra vez.

Añadió:

—«¡Otra vez!».

Y lo repitieron por tercera vez.

El agua corrió alrededor del altar, e incluso la zanja se llenó de agua.

Llegada la hora de la ofrenda, el profeta Elías se acercó y oró:

—«¡Señor, Dios de Abrahán, Isaac e Israel! Que se vea hoy que tú eres el Dios de Israel, y yo tu siervo, que he hecho esto por orden tuya. Respóndeme, Señor, respóndeme, para que sepa este pueblo que tú, Señor, eres el Dios verdadero, y que eres tú quien les cambiará el corazón».

Entonces el Señor envió un rayo que abrasó la víctima, la leña, las piedras y el polvo, y secó el agua de la zanja.

Al verlo, cayeron todos sobre su rostro, exclamando:

—«¡El Señor es el Dios verdadero! ¡El Señor es el Dios verdadero!».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 15, 1-2a. 4. 5 y 8. 11 (R.: 1)

R. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien». R.

Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios. R.

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R.

Aleluya Sal 24, 4b. 5a

Dios mío, instrúyeme en tus sendas,
haz que camine con lealtad.

EVANGELIO

No he venido a abolir, sino a dar plenitud

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 17-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«No creáis que he venido a abolir la Ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.

Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley.

El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.

Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los cielos».

Palabra del Señor.

Jueves

PRIMERA LECTURA

Elías oró, y el cielo derramó lluvia

Lectura del primer libro de los Reyes 18, 41-46

En aquellos días, Elías dijo a Ajab:

—«Vete a comer y a beber, que ya se oye el ruido de la lluvia».

Ajab fue a comer y a beber, mientras Elías subía a la cima del Carmelo; allí se encorvó hacia tierra, con el rostro en las rodillas, y ordenó a su criado:

—«Sube a otear el mar».

El criado subió, miró y dijo:

—«No se ve nada».

Elías ordenó:

—«Vuelve otra vez».

El criado volvió siete veces, y a la séptima dijo:

—«Sube del mar una nubecilla como la palma de una mano».

Entonces Elías mandó:

—«Vete a decirle a Ajab que enganche y se vaya, no le coja la lluvia».

En un instante se oscureció el cielo con nubes empujadas por el viento, y empezó a diluviar.

Ajab montó en el carro y marchó a Yezrael. Y Elías, con la fuerza del Señor, se ciñó y fue corriendo delante de Ajab, hasta la entrada de Yezrael.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 64, 10abcd. 10e-11. 12-13 (R.: 2a)

R. Oh Dios, tú mereces un himno en Sión.

Tú cuidas de la tierra, la riegas
y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua,
preparas los trigales. R.

Riegas los surcos, igualas los terrenos,
tu llovizna los deja mullidos,
bendices sus brotes. R.

Coronas el año con tus bienes,
tus carriles rezuman abundancia;
rezuman los pastos del páramo,
y las colinas se orlan de alegría. R.

Aleluya Jn 13, 34

Os doy un mandamiento nuevo
—dice el Señor—:
que os améis unos a otros,
como yo os he amado.

EVANGELIO

Todo el que esté peleado con su hermano será procesado

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 20-26

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No matarás», y el que mate será procesado.

Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama «renegado», merece la condena del fuego.

Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.

Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último cuarto».

Palabra del Señor.

Viernes

PRIMERA LECTURA

Ponte de pie en el monte ante el Señor

Lectura del primer libro de los Reyes 19, 9a. 11-16

En aquellos días, cuando Elías llegó a Horeb, el monte de Dios, se metió en una cueva donde pasó la noche. El Señor le dijo:

—«Sal y ponte de pie en el monte ante el Señor. ¡El Señor va a pasar!».

Vino un huracán tan violento que descuajaba los montes y hacía trizas las peñas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento.

Después del viento, vino un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto, vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego.

Después del fuego, se oyó una brisa tenue; al sentirla, Elías se tapó el rostro con el manto, salió afuera y se puso en pie a la entrada de la cueva.

Entonces oyó una voz que le decía:

—«¿Qué haces, aquí, Elías?».

Respondió:

—«Me consume el celo por el Señor, Dios de los ejércitos, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derruido tus altares y asesinado a tus profetas; sólo quedo yo, y me buscan para matarme».

El Señor dijo:

—«Desanda tu camino hacia el desierto de Damasco y, cuando llegues, unge rey de Siria a Jazael, rey de Israel a Jehú, hijo de Nimsí, y profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, de Prado Bailén».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 26, 7-8a. 8b-9abc. 13-14 (R.: 8b)

R. Tu rostro buscaré, Señor.

Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro». R.

Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio; no me deseches. R.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R.

Aleluya Flp 2, 15d. 16a

Brilláis como lumbreras del mundo,
mostrando una razón para vivir.

EVANGELIO

El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 27-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«Habéis oído el mandamiento «no cometerás adulterio». Pues yo os digo: El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior.

Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno.

Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno.

Está mandado: «El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio».

Pues yo os digo: El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio».

Palabra del Señor.

Sábado

PRIMERA LECTURA

Eliseo se levantó y marchó tras Elías

Lectura del primer libro de los Reyes 19, 19-21

En aquellos días, Elías se marchó del monte y encontró a Eliseo, hijo de Safat, arando con doce yuntas en fila, él con la última. Elías pasó a su lado y le echó encima el manto.

Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió:

—«Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo».

Elías le dijo:

—«Ve y vuelve; ¿quién te lo impide?».

Eliseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; hizo fuego con los aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente; luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a su servicio.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 15, 1-2a y 5. 7-8. 9-10 (R.: 5a)

R. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien».
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano. R.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R.

Aleluya Sal 118, 36a. 29b

Inclina mi corazón a tus preceptos, Señor,
y dame la gracia de tu voluntad.

EVANGELIO

Yo os digo que no juréis en absoluto

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 33-37

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No jurarás en falso» y «Cumplirás tus votos al Señor».

Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir «sí» o «no». Lo que pasa de ahí viene del Maligno».

Palabra del Señor.



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