Semana 6 de Tiempo Ordinario. Año Par

Semana 6 Tiempo Ordinario Año Par

Semana 6 de Tiempo Ordinario en el Año Par, según el Leccionario IV, la Iglesia Católica se embarca en un viaje continuo a través de la rica Palabra de Dios, ofreciendo a los fieles una secuencia de lecturas que iluminan la vida y enseñanzas de Jesucristo y la aplicación de su mensaje en la vida diaria. Este período se caracteriza por una inmersión profunda en las Escrituras, con un énfasis particular en los textos del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento que se alternan con los años impares, asegurando así una cobertura comprensiva y variada de la Biblia a lo largo de dos años.

Durante el Año Par, el Leccionario IV selecciona cuidadosamente lecturas del Antiguo Testamento que resaltan la promesa de Dios y su fidelidad hacia su pueblo, así como pasajes del Nuevo Testamento que se enfocan en las parábolas y enseñanzas de Jesús, especialmente aquellas que se encuentran en los Evangelios de Lucas y Juan. Estas selecciones están diseñadas para profundizar la comprensión y la relación de los fieles con Dios, animándolos a reflexionar sobre su propio camino de fe en respuesta a la Palabra.

6ª Semana de Tiempo Ordinario. Años pares

Lunes

PRIMERA LECTURA

Al ponerse a prueba vuestra fe, os dará constancia, y seréis perfectos e íntegros

Comienzo de la carta del apóstol Santiago 1, 1-11

Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, saluda a las doce tribus dispersas.

Hermanos míos, teneos por muy dichosos cuando os veáis asediados por toda clase de pruebas. Sabed que, al ponerse a prueba vuestra fe, os dará constancia. Y si la constancia llega hasta el final, seréis perfectos e íntegros, sin falta alguna.

En caso de que alguno de vosotros se vea falto de sabiduría, que se la pida a Dios. Dios da generosamente y sin echar en cara, y él se la dará.

Pero tiene que pedir con fe, sin titubear lo más mínimo, porque quien titubea se parece al oleaje del mar sacudido y agitado por el viento.

Un individuo así no se piense que va a recibir nada del Señor; no sabe lo que quiere y no sigue rumbo fijo.

El hermano de condición humilde esté orgulloso de su alta dignidad, y el rico, de su pobre condición, pues pasará como la flor del campo: sale el sol y con su ardor seca la hierba, cae la flor, y su bello aspecto perece; así se marchitará también el rico en sus empresas.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 118, 67. 68. 71. 72. 75. 76 (R.: 77a)

R. Cuando me alcance tu compasión, viviré, Señor.

Antes de sufrir, yo andaba extraviado,
pero ahora me ajusto a tu promesa. R.

Tú eres bueno y haces el bien;
instrúyeme en tus leyes. R.

Me estuvo bien el sufrir,
así aprendí tus mandamientos. R.

Más estimo yo los preceptos de tu boca
que miles de monedas de oro y plata. R.

Reconozco, Señor, que tus mandamientos son justos,
que con razón me hiciste sufrir. R.

Que tu bondad me consuele,
según la promesa hecha a tu siervo. R.

Aleluya Jn 14, 6

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida
—dice el Señor—;
nadie va al Padre, sino por mí.

EVANGELIO

¿Por qué esta generación reclama un signo?

Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 11-13

En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo. Jesús dio un profundo suspiro y dijo:

—« ¿Por qué esta generación reclama un signo? Os aseguro que no se le dará un signo a esta generación».

Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.

Palabra del Señor.

Martes

PRIMERA LECTURA

Dios no tienta a nadie

Lectura de la carta del apóstol Santiago 1, 12-18

Queridos hermanos:

Dichoso el hombre que soporta la prueba, porque, una vez aquilatado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que lo aman.

Cuando alguien se ve tentado, no diga que Dios lo tienta; Dios no conoce la tentación al mal y él no tienta a nadie.

A cada uno le viene la tentación cuando su propio deseo lo arrastra y seduce; el deseo concibe y da a luz el pecado, y el pecado, cuando se comete, engendra muerte. Mis queridos hermanos, no os engañéis.

Todo beneficio y todo don perfecto viene de arriba, del Padre de los astros, en el cual no hay fases ni períodos de sombra.

Por propia iniciativa, con la palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como la primicia de sus criaturas.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 93, 12-13a. 14-15. 18-19 (R.: 12a)

R. Dichoso el hombre a quien tú educas, Señor.

Dichoso el hombre a quien tú educas,
al que enseñas tu ley,
dándole descanso tras los años duros. R.

Porque el Señor no rechaza a su pueblo,
ni abandona su heredad:
el justo obtendrá su derecho,
y un porvenir los rectos de corazón. R.

Cuando me parece que voy a tropezar,
tu misericordia, Señor, me sostiene;
cuando se multiplican mis preocupaciones,
tus consuelos son mi delicia. R.

Aleluya Jn 14, 23

El que me ama guardará mi palabra
—dice el Señor—,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él.

EVANGELIO

Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes

Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 14-21

En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó llevar pan, y no tenían más que un pan en la barca.

Jesús les recomendó:

—«Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes».

Ellos comentaban:

—«Lo dice porque no tenemos pan».

Dándose cuenta, les dijo Jesús:

—«¿Por qué comentáis que no tenéis pan? ¿No acabáis de entender? ¿Tan torpes sois? ¿Para qué os sirven los ojos si no veis, y los oídos si no oís? A ver, ¿cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil? ¿Os acordáis?».

Ellos contestaron:

—«Doce».

—«¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?».

Le respondieron:

—«Siete».

Él les dijo:

—«¿Y no acabáis de entender?».

Palabra del Señor.

Miércoles

PRIMERA LECTURA

Llevad a la práctica la palabra y no os limitéis a escucharla

Lectura de la carta del apóstol Santiago 1, 19-27

Tened esto presente, mis queridos hermanos: sed todos prontos para escuchar, lentos para hablar y lentos para la ira. Porque la ira del hombre no produce la justicia que Dios quiere.

Por lo tanto, eliminad toda suciedad y esa maldad que os sobra y aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros.

Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismos, pues quien escucha la palabra y no la pone en práctica se parece a aquel que se miraba la cara en el espejo y, apenas se miraba, daba media vuelta y se olvidaba de cómo era.

Pero el que se concentra en la ley perfecta, la de la libertad, y es constante, no para oír y olvidarse, sino para ponerla por obra, éste será dichoso al practicarla.

Hay quien se cree religioso y no tiene a raya su lengua; pero se engaña, su religión es vacía.

La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5 (R.: 1b)

R. ¿Quién puede habitar en tu monte santo, Señor?

El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R.

El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R.

El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R.

Aleluya Cf. Ef 1, 17-18

El Padre de nuestro Señor Jesucristo
ilumine los ojos de nuestro corazón,
para que comprendamos cuál es la esperanza
a que nos llama.

EVANGELIO

El ciego estaba curado y veía todo con claridad

Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 22-26

En aquel tiempo, Jesús y los discípulos llegaron a Betsaida.

Le trajeron un ciego, pidiéndole que lo tocase.

Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó:

—«¿Ves algo?».

Empezó a distinguir y dijo:

—«Veo hombres; me parecen árboles, pero andan».

Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado y veía con toda claridad.

Jesús lo mandó a casa, diciéndole:

—«No entres siquiera en la aldea».

Palabra del Señor.

Jueves

PRIMERA LECTURA

¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres?
Vosotros, en cambio, habéis afrentado al pobre

Lectura de la carta del apóstol Santiago 2, 1-9

Hermanos míos, no juntéis la fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso con el favoritismo.

Por ejemplo: llegan dos hombres a la reunión litúrgica. Uno va bien vestido y hasta con anillos en los dedos; el otro es un pobre andrajoso.

Veis al bien vestido y le decís: «Por favor, siéntate aquí, en el puesto reservado». Al pobre, en cambio: «Estate ahí de pie o siéntate en el suelo».

Si hacéis eso, ¿no sois inconsecuentes y juzgáis con criterios malos?

Queridos hermanos, escuchad: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que lo aman?

Vosotros, en cambio, habéis afrentado al pobre.

Y, sin embargo, ¿no son los ricos los que os tratan con despotismo y los que os arrastran a los tribunales? ¿No son ellos los que denigran ese nombre tan hermoso que os impusieron?

¿Cumplís la ley soberana que enuncia la Escritura: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo»? Perfectamente.

Pero, si mostráis favoritismos, cometéis un pecado y la ley prueba vuestro delito.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 33, 2-3. 4-5. 6-7 (R.: 7a)

R. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R.

Aleluya Cf. Jn 6, 63c. 68c

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida;
tú tienes palabras de vida eterna.

EVANGELIO

Tú eres el Mesías. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho

Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 27-33

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino, preguntó a sus discípulos:

—«¿Quién dice la gente que soy yo?».

Ellos le contestaron:

—«Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas».

Él les preguntó:

—«Y vosotros, ¿quién decís que soy?».

Pedro le contestó:

—«Tú eres el Mesías».

Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie.

Y empezó a instruirlos:

—«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».

Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Jesús se volvió y, de cara a los discípulos, increpó a Pedro:

—«¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».

Palabra del Señor.

Viernes

PRIMERA LECTURA

Lo mismo que un cuerpo sin espíritu es un cadáver, también la fe sin obras

Lectura de la carta del apóstol Santiago 2, 14-24. 26

¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa fe lo podrá salvar?

Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos del alimento diario, y que uno de vosotros les dice: «Dios os ampare; abrigaos y llenaos es estómago», y no les dais lo necesario para el cuerpo; ¿de qué sirve?

Esto pasa con la fe: si no tiene obras, por sí sola está muerta.

Alguno dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras, y yo, por las obras, te probaré mi fe».

Tú crees que hay un solo Dios; muy bien, pero eso lo creen también los demonios, y los hace temblar.

¿Quieres enterarte, tonto, de que la fe sin obras es inútil? ¿No quedó justificado Abrahán, nuestro padre, por sus obras, por ofrecer a su hijo Isaac en el altar? Ya ves que la fe actuaba en sus obras, y que por las obras la fe llegó a su madurez.

Así se cumplió lo que dice aquel pasaje de la Escritura: «Abrahán creyó a Dios, y esto le valió la justificación». Y en otro pasaje se le llama «amigo de Dios».

Veis que el hombre queda justificado por las obras, y no por la fe sólo.

Por lo tanto, lo mismo que un cuerpo sin espíritu es un cadáver, también la fe sin obras es un cadáver.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 111, 1-2. 3-4. 5-6 (R.: cf. 1)

R. Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor.

O bien:

R. Aleluya.

Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita. R.

En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo. R.

Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo. R.

Aleluya Jn 15, 15b

A vosotros os llamo amigos
—dice el Señor—,
porque todo lo que he oído a mi Padre
os lo he dado a conocer.

EVANGELIO

El que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará

Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 34—9, 1

En aquel tiempo, Jesús llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo:

—«El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará. Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar uno para recobrarla? Quien se avergüence de mí y de mis palabras, en esta generación descreída y malvada, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando venga con la gloria de su Padre entre los santos ángeles».

Y añadió:

—«Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto llegar el reino de Dios en toda su potencia».

Palabra del Señor.

Sábado

PRIMERA LECTURA

La lengua, ningún hombre es capaz de domarla

Lectura de la carta del apóstol Santiago 3, 1-10

Hermanos míos, sois demasiados los que pretendéis ser maestros, y tened por cierto que nuestra sentencia será más severa.

Todos faltamos a menudo, y si hay uno que no falta en el hablar es un hombre perfecto, capaz de tener a raya su persona entera.

A los caballos les ponemos el bocado para que nos obedezcan, y así dirigimos a todo el animal; fijaos también en los barcos: por grandes que sean y por recio que sople el viento, se gobiernan con un timón pequeñísimo y siguen el rumbo que quiere el piloto.

Eso pasa con la lengua: como miembro es pequeño, pero puede alardear de muchas hazañas.

Mirad cómo una chispa de nada prende fuego a tanta madera. También la lengua es una chispa; entre los miembros del cuerpo, la lengua representa un mundo de iniquidad, contamina a la persona entera, pone al rojo el curso de la existencia, y sus llamas vienen del infierno.

Toda especie de fieras y pájaros, de reptiles y bestias marinas, se pueden domar y han sido domadas por el hombre; la lengua, en cambio, ningún hombre es capaz de domarla: es dañina e inquieta, cargada de veneno mortal; con ella bendecimos al que es Señor y Padre; con ella maldecimos a los hombres, creados a semejanza de Dios; de la misma boca salen bendiciones y maldiciones. Eso no puede ser, hermanos míos.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 11, 2-3. 4-5. 7-8 (R.: 8a)

R. Tú nos guardarás, Señor.

Sálvanos, Señor, que se acaban los buenos,
que desaparece la lealtad entre los hombres:
no hacen más que mentir a su prójimo,
hablan con labios embusteros
y con doblez de corazón. R.

Estirpe el Señor los labios embusteros
y la lengua fanfarrona
de los que dicen: «La lengua es nuestra fuerza,
nuestros labios nos defienden,
¿quién será nuestro amo?». R.

Las palabras del Señor son palabras auténticas,
como plata limpia de ganga,
refinada siete veces.
Tú nos guardarás, Señor,
nos librarás para siempre de esa gente. R.

Aleluya Cf. Mc 9, 7

Se abrió el cielo,
y se oyó la voz del Padre:
«Éste es mi Hijo amado; escuchadlo».

EVANGELIO

Se transfiguró delante de ellos

Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 2-13

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.

Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús:

—«Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».

Estaban asustados, y no sabía lo que decía.

Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube:

—«Éste es mi Hijo amado; escuchadlo».

De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.

Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:

—«No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos».

Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».

Le preguntaron:

—«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».

Les contestó él:

—«Elías vendrá primero y lo restablecerá todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Os digo que Elías ya ha venido, y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito».

Palabra del Señor.



Ver índice de Semanas del año II – Tiempo Ordinario del Año Par

123456
789101112
131415161718
192021222324
252627282930
31323334
Semanas del año IITiempo Ordinario del Año Par
error: Content is protected !!