Semana 27 de Tiempo Ordinario en el Año Par, según el Leccionario IV, la Iglesia Católica se embarca en un viaje continuo a través de la rica Palabra de Dios, ofreciendo a los fieles una secuencia de lecturas que iluminan la vida y enseñanzas de Jesucristo y la aplicación de su mensaje en la vida diaria. Este período se caracteriza por una inmersión profunda en las Escrituras, con un énfasis particular en los textos del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento que se alternan con los años impares, asegurando así una cobertura comprensiva y variada de la Biblia a lo largo de dos años.
Durante el Año Par, el Leccionario IV selecciona cuidadosamente lecturas del Antiguo Testamento que resaltan la promesa de Dios y su fidelidad hacia su pueblo, así como pasajes del Nuevo Testamento que se enfocan en las parábolas y enseñanzas de Jesús, especialmente aquellas que se encuentran en los Evangelios de Lucas y Juan. Estas selecciones están diseñadas para profundizar la comprensión y la relación de los fieles con Dios, animándolos a reflexionar sobre su propio camino de fe en respuesta a la Palabra.
27ª Semana de Tiempo Ordinario. Años pares
Lunes
PRIMERA LECTURA
No he recibido ni aprendido de ningún hombre el Evangelio,
sino por revelación de Jesucristo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 1, 6-12
Hermanos:
Me sorprende que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó a la gracia de Cristo, y os hayáis pasado a otro evangelio. No es que haya otro evangelio, lo que pasa es que algunos os turban para volver del revés el Evangelio de Cristo. Pues bien, si alguien os predica un evangelio distinto del que os hemos predicado —seamos nosotros mismos o un ángel del cielo—, ¡sea maldito! Lo he dicho y lo repito: Si alguien os anuncia un evangelio diferente del que recibisteis, ¡sea maldito! Cuando digo esto, ¿busco la aprobación de los hombres, o la de Dios?; ¿trato de agradar a los hombres? Si siguiera todavía agradando a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Os notifico, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 110, 1-2. 7-8. 9 y 10 (R.: cf. 5b)
R. El Señor recuerda siempre su alianza.
O bien:
R. Aleluya.
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman. R.
Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud. R.
Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.
La alabanza del Señor dura por siempre. R.
Aleluya Jn 13, 14
Os doy un mandamiento nuevo
—dice el Señor—:
que os améis unos a otros,
como yo os he amado.
EVANGELIO
¿Quién es mi prójimo?
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 25-37
En aquel tiempo, se presentó un maestro de la Ley y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba:
—«Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?».
Él le dijo:
—«¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?».
Él contestó:
—«Amarás al Señor, tu, Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo».
Él le dijo:
—«Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida».
Pero el maestro de la Ley queriendo justificarse, preguntó a Jesús:
—«¿Y quién es mi prójimo?».
Jesús le dijo:
—«Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo.
Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó en una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo:
«Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la vuelta».
¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?».
Él contestó:
—«El que practicó la misericordia con él».
Díjole Jesús:
—«Anda, haz tu lo mismo».
Palabra del Señor.
Martes
PRIMERA LECTURA
Reveló a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 1, 13-24
Hermanos:
Habéis oído hablar de mi conducta pasada en el judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba, y me señalaba en el judaísmo más que muchos de mi edad y de mi raza, como partidario fanático de las tradiciones de mis antepasados.
Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles, en seguida, sin consultar con hombres, sin subir a Jerusalén a ver a los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, y después volví a Damasco.
Más tarde, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Pedro, y me quedé quince días con él. Pero no vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el pariente del Señor. Dios es testigo de que no miento en lo que os escribo. Fui después a Siria y a Cilicia. Las Iglesias cristianas de Judea no me conocían personalmente; sólo habían oído decir que el antiguo perseguidor predicaba ahora la fe que antes intentaba destruir, y alababan a Dios por causa mía.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 138, 1-3. 13-14ab. 14c-15 (R.: 24b)
R. Guíame, Señor, por el camino eterno.
Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. R.
Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias,
porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras. R.
Conocías hasta el fondo de mi alma,
no desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R.
Aleluya Lc 11, 28
Dichosos los que escuchan la palabra de Dios
y la cumplen
EVANGELIO
Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la mejor parte
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo:
—«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano».
Pero el Señor le contestó:
—«Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán».
Palabra del Señor.
Miércoles
PRIMERA LECTURA
Reconocieron el don que he recibido
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 2, 1-2. 7-14
Hermanos:
Transcurridos catorce años, subí otra vez a Jerusalén en compañía de Bernabé, llevando también a Tito.
Subí por una revelación.
Les expuse el Evangelio que predico a los gentiles, aunque en privado, a los más representativos, por si acaso mis afanes de entonces o de antes eran vanos.
Al contrario, vieron que Dios me ha encargado de anunciar el Evangelio a los gentiles, como a Pedro de anunciarlo a los judíos; el mismo que capacita a Pedro para su misión entre los judíos me capacita a mí para la mía entre los gentiles.
Reconociendo, pues, el don que he recibido, Santiago, Pedro y Juan, considerados como columnas, nos dieron la mano a Bernabé y a mí en señal de solidaridad, de acuerdo en que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los judíos.
Una sola cosa nos pidieron: que nos acordáramos de sus pobres, y esto lo he tomado muy a pecho.
Pero cuando Pedro llegó a Antioquía, tuve que encararme con él, porque era reprensible.
Antes de que llegaran ciertos individuos de parte de Santiago, comía con los gentiles; pero cuando llegaron aquellos, se retrajo y se puso aparte, temiendo a los partidarios de la circuncisión.
Los demás judíos lo imitaron en esta simulación, tanto que el mismo Bernabé se vio arrastrado con ellos a la simulación.
Ahora que, cuando yo vi que su conducta no cuadraba con la verdad del Evangelio, le dije a Pedro delante de todos:
—«Si tú, siendo judío, vives a lo gentil y no a lo judío, ¿cómo fuerzas a los gentiles a las prácticas judías?».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 116, 1. 2 (R.: Mc 16, 15)
R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
O bien:
R. Aleluya.
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos. R.
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R.
Aleluya Rm 8, 15bc
Habéis recibido un espíritu de hijos adoptivos,
que nos hace gritar: «¡Abba!, Padre».
EVANGELIO
Señor, enséñanos a orar
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 1-4
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
—«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».
Él les dijo:
—«Cuando oréis decid: «Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación»».
Palabra del Señor.
Jueves
PRIMERA LECTURA
¿Recibisteis el Espíritu por observar la ley, o por haber respondido a la fe?
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3, 1-5
¡Insensatos gálatas!
¿Quién os ha embrujado?
¡Y pensar que ante vuestros ojos presentamos la figura de Jesucristo en la cruz!
Contestadme a una sola pregunta: ¿recibisteis el Espíritu por observar la ley, o por haber respondido a la fe?
¿Tan estúpidos sois?
¡Empezasteis por el espíritu para terminar con la carne!
¡Tantas magníficas experiencias en vano!
Si es que han sido en vano.
Vamos a ver: Cuando Dios os concede el Espíritu y obra prodigios entre vosotros, ¿por qué lo hace?
¿Porque observáis la ley, o porque respondéis a la fe?
Palabra de Dios.
Interleccional: Lucas 1. 69-70, 71-72. 73-75 (R.: cf. 68)
R. Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado a su pueblo.
Nos ha suscitado una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas. R.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza. R.
Y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días. R.
Aleluya Cf. Hch 16, 14b
Ábrenos el corazón, Señor,
para que aceptemos las palabras de tu Hijo.
EVANGELIO
Pedid y se os dará
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 5-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle:
«Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle».
Y, desde dentro, el otro le responde:
«No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos».
Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
Pues así os digo a vosotros:
Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre.
¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra?
¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?».
Palabra del Señor.
Viernes
PRIMERA LECTURA
Son los hombres de fe los que reciben la bendición con Abrahán, el fiel
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3, 7-14
Hermanos:
Comprended de una vez que hijos de Abrahán son los hombres de fe.
Además, la Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, le adelantó a Abrahán la buena noticia:
«Por ti serán benditas todas las naciones».
Así que son los hombres de fe los que reciben la bendición con Abrahán, el fiel.
En cambio, los que se apoyan en la observancia de la ley tienen encima una maldición, porque dice la Escritura:
«Maldito el que no cumple todo lo escrito en el libro de la ley».
Que en base a la ley nadie se justifica ante Dios es evidente, porque lo que está dicho es que «el justo vivirá por su fe», y la ley no arranca de la fe, sino que «el que la cumple vivirá por ella».
Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose por nosotros un maldito, porque dice la Escritura:
«Maldito todo el que cuelga de un árbol».
Esto sucedió para que, por medio de Jesucristo, la bendición de Abrahán alcanzase a los gentiles, y por la fe recibiéramos el Espíritu prometido.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 110, 1-2. 3-4. 5-6 (R.: cf. 5b)
R. El Señor recuerda siempre su alianza.
O bien:
R. Aleluya.
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman. R.
Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente. R.
Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles. R.
Aleluya Jn 12, 31b. 32
Ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera
—dice el Señor—.
Y cuando yo sea elevado sobre la tierra
atraeré a todos hacia mí.
EVANGELIO
Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 15-26
En aquel tiempo, habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud dijeron:
—«Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios».
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, leyendo sus pensamientos, les dijo:
—«Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo les demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín.
El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.
Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por el desierto, buscando un sitio para descansar; pero, como no lo encuentra, dice:
«Volveré a la casa de donde salí».
Al volver, se la encuentra barrida y arreglada.
Entonces va a coger otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí.
Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio».
Palabra del Señor.
Sábado
PRIMERA LECTURA
Todos sois hijos de Dios por la fe
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3, 22-29
Hermanos:
La Escritura presenta al mundo entero prisionero del pecado, para que lo prometido se dé por la fe en Jesucristo a todo el que cree.
Antes de que llegara la fe estábamos prisioneros, custodiados por la ley, esperando que la fe se revelase.
Así, la ley fue nuestro pedagogo hasta que llegara Cristo y Dios nos justificara por la fe.
Una vez que la fe ha llegado, ya no estamos sometidos al pedagogo, porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Los que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo os habéis revestido de Cristo. Ya no hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres, hombres y mujeres, porque todos sois uno en Cristo Jesús. Y, si sois de Cristo, sois descendencia de Abrahán y herederos de la promesa.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 104, 2-3. 4-5. 6-7 (R.: 8a)
R. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
O bien:
R. Aleluya.
Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas;
gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor. R.
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca. R.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R.
Aleluya Lc 11, 28
Dichosos los que escuchan la palabra de Dios
y la cumplen.
EVANGELIO
Dichoso el vientre que te llevó. Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a las gentes, una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo:
—«Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».
Pero él repuso:
—«Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».
Palabra del Señor.
✠ Versículos alternativos para el Aleluya
Ver índice de Semanas del año II – Tiempo Ordinario del Año Par