Semana 16 de Tiempo Ordinario. Año Par

Semana 16 Tiempo Ordinario Año Par

Semana 16 de Tiempo Ordinario en el Año Par, según el Leccionario IV, la Iglesia Católica se embarca en un viaje continuo a través de la rica Palabra de Dios, ofreciendo a los fieles una secuencia de lecturas que iluminan la vida y enseñanzas de Jesucristo y la aplicación de su mensaje en la vida diaria. Este período se caracteriza por una inmersión profunda en las Escrituras, con un énfasis particular en los textos del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento que se alternan con los años impares, asegurando así una cobertura comprensiva y variada de la Biblia a lo largo de dos años.

Durante el Año Par, el Leccionario IV selecciona cuidadosamente lecturas del Antiguo Testamento que resaltan la promesa de Dios y su fidelidad hacia su pueblo, así como pasajes del Nuevo Testamento que se enfocan en las parábolas y enseñanzas de Jesús, especialmente aquellas que se encuentran en los Evangelios de Lucas y Juan. Estas selecciones están diseñadas para profundizar la comprensión y la relación de los fieles con Dios, animándolos a reflexionar sobre su propio camino de fe en respuesta a la Palabra.

16ª Semana de Tiempo Ordinario. Años pares

Lunes

PRIMERA LECTURA

Te han explicado, hombre, lo que Dios desea de ti

Lectura de la profecía de Miqueas 6, 1-4. 6-8

Escuchad lo que dice el Señor:

«Levántate y llama a juicio a los montes,
que escuchen los collados tu voz».

Escuchad, montes, el juicio del Señor;
atended, cimientos de la tierra:

El Señor entabla juicio con su pueblo
y pleitea con Israel:

«Pueblo mío, ¿qué te hice
o en qué te molesté? Respóndeme.

Te saqué de Egipto, de la esclavitud te redimí,
y envié por delante a Moisés, Aarón y María».

«¿Con qué me acercaré al Señor,
me inclinaré ante el Dios de las alturas?

¿Me acercaré con holocaustos,
con novillos de un año?

¿Se complacerá el Señor
en un millar de carneros,
o en diez mil arroyos de grasa?

¿Le daré un primogénito para expiar mi culpa;
el fruto de mi vientre, para expiar mi pecado?».

«Te han explicado, hombre, el bien,
lo que Dios desea de ti:

simplemente, que respetes el derecho,
que ames la misericordia
y que andas humilde con tu Dios».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 49, 5-6. 8-9. 16bc-17. 21 y 23 (R.: 23b)

R. Al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios.

«Congregadme a mis fieles,
que sellaron mi pacto con un sacrificio».
Proclame el cielo su justicia;
Dios en persona va a juzgar. R.

«No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños». R.

«¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?». R.

«Esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.
El que me ofrece acción de gracias,
ése me honra;
al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios». R.

Aleluya Cf. Sal 94, 8ab

No endurezcáis hoy vuestro corazón;
escuchad la voz del Señor

EVANGELIO

Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará

Lectura del santo evangelio según san Mateo 12, 38-42

En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús:

—«Maestro, queremos ver un signo tuyo».

Él les contestó:

—«Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.

Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.

Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón».

Palabra del Señor.

Martes

PRIMERA LECTURA

Arrojará a lo hondo del mar todos nuestros delitos

Lectura de la profecía de Miqueas 7, 14-15. 18-20

Señor, pastorea a tu pueblo con el cayado,
a las ovejas de tu heredad,

a las que habitan apartadas en la maleza,
en medio del Carmelo.

Pastarán en Basán y Galaad,
como en tiempos antiguos;

como cuando saliste de Egipto
y te mostraba mis prodigios.

¿Qué Dios como tú, que perdonas el pecado
y absuelves la culpa al resto de tu heredad?

No mantendrá por siempre la ira,
pues se complace en la misericordia.

Volverá a compadecerse
y extinguirá nuestras culpas,

arrojará a lo hondo del mar
todos nuestros delitos.

Serás fiel a Jacob, piadoso con Abrahán,
como juraste a nuestros padres en tiempos remotos.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 84, 2-4. 5-6. 7-8 (R.: 8a)

R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.

Señor, has sido bueno con tu tierra,
has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados,
has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira. R.

Restáuranos, Dios salvador nuestro;
cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas a estar siempre enojado,
o a prolongar tu ira de edad en edad? R.

¿No vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación. R.

Aleluya Jn 14, 23

El que me ama guardará mi palabra
—dice el Señor—,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él.

EVANGELIO

Señalando con la mano a los discípulos, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos»

Lectura del santo evangelio según san Mateo 12, 46-50

En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él. Uno se lo avisó:

—«Oye, tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo».

Pero él contestó al que le avisaba:

—«¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?».

Y, señalando con la mano a los discípulos dijo:

—«Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre».

Palabra del Señor.

Miércoles

PRIMERA LECTURA

Te nombré profeta de los gentiles

Comienzo del libro de Jeremías 1, 1. 4-10

Palabras de Jeremías, hijo de Helcías, de los sacerdotes residentes en Anatot, territorio de Benjamín.

Recibí esta palabra del Señor:

—«Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te nombré profeta de los gentiles».

Yo repuse:

—«¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho».

El Señor me contestó:

—«No digas: «Soy un muchacho», que a donde yo te envíe, irás, y lo que yo te mande, lo dirás. No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte».

Oráculo del Señor.

El Señor extendió la mano y me tocó la boca; y me dijo:

—«Mira: yo pongo mis palabras en tu boca, hoy te establezco sobre pueblos y reyes, para arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para edificar y plantar».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17 (R.: cf. 15)

R. Mi boca contará tu salvación, Señor.

A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame. R.

Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. R.

Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías. R.

Mi boca contará tu auxilio,
y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R.

Aleluya

La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo;
quien lo encuentra vive para siempre.

EVANGELIO

Cayó en tierra buena y dio grano

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 1-9

Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente quedó de pie en la orilla.

Les habló mucho rato en parábolas:

—«Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.

Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.

Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.

El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.

El que tenga oídos que oiga».

Palabra del Señor.

Jueves

PRIMERA LECTURA

Me abandonaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron aljibes agrietados

Lectura del libro de Jeremías 2, 1-3. 7-8. 12-13

Recibí esta palabra del Señor:

«Ve y grita a los oídos de Jerusalén: «Así dice el Señor:

Recuerdo tu cariño de joven,
tu amor de novia,

cuando me seguías por el desierto,
por tierra yerma.

Israel era sagrada para el Señor,
primicia de su cosecha:

quien se atrevía a comer de ella lo pagaba,
la desgracia caía sobre él
—oráculo del Señor—.

Yo os conduje a un país de huertos,
para que comieseis sus buenos frutos;

pero entrasteis y profanasteis mi tierra,
hicisteis abominable mi heredad.

Los sacerdotes no preguntaban: ‘¿Dónde está el Señor?’,
los doctores de la ley no me reconocían,
los pastores se rebelaron contra mí,

los profetas profetizaban por Baal,
siguiendo dioses que de nada sirven.

Espantaos, cielos, de ello,
horrorizaos y pasmaos
—oráculo del Señor—.

Porque dos maldades ha cometido mi pueblo:

Me abandonaron a mí, fuente de agua viva,
y cavaron aljibes, aljibes agrietados,
que no retienen el agua»».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 35, 6-7ab. 8-9. 10-11 (R.: 10a)

R. En ti, Señor, está la fuente viva.

Señor, tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes;
tu justicia hasta las altas cordilleras,
tus sentencias son como el océano inmenso. R.

¡Qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!,
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;
se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias. R.

Porque en ti está la fuente viva,
y tu luz nos hace ver la luz.
Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,
tu justicia con los rectos de corazón. R.

Aleluya Cf. Mt 11, 25

Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra,
porque has revelado los secretos del reino a la gente sencilla.

EVANGELIO

A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 10-17

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron:

—«¿Por qué les hablas en parábolas?».

Él les contestó:

—«A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías:

“Oiréis con los oídos sin entender;
miraréis con los ojos sin ver;

porque está embotado el corazón de este pueblo,
son duros de oído, han cerrado los ojos;

para no ver con los ojos, ni oír con los oídos,
ni entender con el corazón,
ni convertirse para que yo los cure.”

¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron».

Palabra del Señor.

Viernes

PRIMERA LECTURA

Os daré pastores a mi gusto; acudirán a Jerusalén todos los paganos

Lectura del libro de Jeremías 3, 14-17

Volved, hijos apóstatas
—oráculo del Señor—,
que yo soy vuestro dueño;

cogeré a uno de cada ciudad,
a dos de cada tribu,
y os traeré a Sión;

os daré pastores a mi gusto
que os apacienten con saber y acierto;

entonces, cuando crezcáis y os multipliquéis en el país
—oráculo del Señor—,

ya no se nombrará el arca de la alianza del Señor,
no se recordará ni mencionará,
no se echará de menos ni se hará otra.

En aquel tiempo, llamarán a Jerusalén «Trono del Señor»,
acudirán a ella todos los paganos,

porque Jerusalén llevará el nombre del Señor,
y ya no seguirán la maldad de su corazón obstinado.

Palabra de Dios

Interleccional: Jeremías 31, 10. 11 -12ab. 13 (R.: cf. 10d)

R. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.

Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño». R.

«Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte».
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R.

Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas. R.

Aleluya Cf. Lc 8, 15

Dichosos los que con un corazón noble y generoso
guardan la palabra de Dios
y dan fruto perseverando.

EVANGELIO

El que escucha la palabra y la entiende, ése dará fruto

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 18-23

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador:

Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino.

Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, sucumbe.

Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno».

Palabra del Señor.

Sábado

PRIMERA LECTURA

¿Creéis que es una cueva de bandidos el templo que lleva mi nombre?

Lectura del libro de Jeremías 7, 1-11

Palabra del Señor que recibió Jeremías:

—«Ponte a la puerta del templo, y grita allí esta palabra: «¡Escucha, Judá, la palabra del Señor, los que entráis por esas puertas para adorar al Señor!

Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel:

Enmendad vuestra conducta y vuestras acciones,
y habitaré con vosotros en este lugar.

No os creáis seguros con palabras engañosas,
repitiendo: ‘Es el templo del Señor,
el templo del Señor, el templo del Señor’.

Si enmendáis vuestra conducta y vuestras acciones,
si juzgáis rectamente entre un hombre y su prójimo,

si no explotáis al forastero, al huérfano y a la viuda,
si no derramáis sangre inocente en este lugar,

si no seguís a dioses extranjeros, para vuestro mal,
entonces habitaré con vosotros en este lugar,

en la tierra que di a vuestros padres,
desde hace tanto tiempo y para siempre.

Mirad: Vosotros os fiáis
de palabras engañosas que no sirven de nada.

¿De modo que robáis, matáis, adulteráis,
juráis en falso,

quemáis incienso a Baal,
seguís a dioses extranjeros y desconocidos,

y después entráis
a presentaros ante mí en este templo,
que lleva mi nombre,

y os decís: ‘Estamos salvos’,
para seguir cometiendo esas abominaciones?

¿Creéis que es una cueva de bandidos
este templo que lleva mi nombre?

Atención, que yo lo he visto»».
Oráculo del Señor.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 83, 3. 4. 5-6a y 8a. 11 (R.: 2)

R. ¡Qué deseables son tus moradas,
Señor de los ejércitos!

Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo. R.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
y la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío. R.

Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza;
caminan de baluarte en baluarte. R.

Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados. R.

Aleluya St 1, 21bc

Aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada
y es capaz de salvaros.

EVANGELIO

Dejadlos crecer juntos hasta la siega

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 24-30

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente:

—«El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo:

«Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?».

Él les dijo:

«Un enemigo lo ha hecho».

Los criados le preguntaron:

«¿Quieres que vayamos a arrancarla?».

Pero él les respondió:

«No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores:

‘Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero'»».

Palabra del Señor.



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